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Este mensaje sobre trabajadores esenciales que sugiere que el confinamiento fue perjudicial es un bulo

Verifica RTVE
6 min.

Con los rebrotes de COVID-19 y algunas restricciones locales al movimiento se están volviendo a compartir viejos contenidos que desinforman sobre las medidas de aislamiento. En Telegram un mensaje asegura que un “estudio encargado por el gobierno demuestra que el confinamiento ha aumentado el número de infectados”. Es un bulo.

El mensaje, distribuido varias veces en los últimos días en un canal que impulsa teorías de la conspiración, ha sido visualizado por cerca de 3.000 personas y reproducido en otros foros en la Web. Atribuye la información a un experto francés, Didier Raoult, que sugirió en mayo replantearse el confinamiento tras un estudio que mostraba una prevalencia del virus del 6,3% en trabajadores no esenciales frente a otra del 5,3% en los esenciales (previsiblemente, los que más salieron de casa). Un tuit de Raoult realizando estos comentarios fue recogido en mayo por una publicación de EE.UU. que es la que el mensaje enlaza para obtener más información.

Las cifras del 6,3% y el 5,3% pueden verse en el informe preliminar del Estudio nacional de sero-epidemiología de la infección por SARS-CoV-2 en España. El Gobierno de España lo publicó en mayo de 2020 (página 8).

A día de hoy, ningún estudio encargado por el Gobierno demuestra que el confinamiento aumentase el número de infectados. Verifica RTVE

Su versión final, publicada en The Lancet, aclara sin embargo que: “Los participantes que trabajaban en sectores esenciales no mostraron valores de seroprevalencia más altos que la población en general, con la excepción de los trabajadores del ámbito de la salud (rango de especificidad-sensibilidad 8.3 – 11.7%), de quienes ya se ha informado que tienen una mayor exposición al SARS-CoV-2”. “Es totalmente lógico, si pensamos que los sanitarios son de los trabajadores más expuestos”, explica a VerificaRTVE Usama Bilal, profesor asistente en el departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Escuela de Salud Pública Dornsife, en la Universidad de Drexel, Filadelfia.

El Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social afirma que no cuenta con datos de contagio por tipo de trabajador.

CC.OO. sí ha extraído cifras que muestran mayor incidencia del virus entre los trabajadores esenciales, pero no la relación exacta de estos con el confinamiento. Están recogidas en el informe Condiciones de Trabajo, Inseguridad y Salud en el Contexto del COVID-19, realizado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS-CCOO) y la Universidad Autónoma de Barcelona.

En la página 33 de este estudio se dice que sólo un 3,9% de los trabajadores no esenciales analizados han tenido una incapacidad temporal por ser caso confirmado o sospechoso de COVID-19 o por tener contacto con un caso sospechoso o confirmado. Frente a ellos, un porcentaje más elevado de profesionales de sectores de actividad esenciales manifiesta alguno de esos motivos de incapacidad (13.4%). De los más de 20.000 participantes en la encuesta, sólo un 5,4% la respondió estando en período de confinamiento. La mayoría (83,8%) lo hizo en la fase 0 del plan de desescalada del Gobierno y uno de cada diez en la fase 1.

Trabajadores y clases sociales

Bilal cree que la expresión “trabajadores esenciales” es complicada: “¿Son aquellos que deben seguir trabajando? ¿Que deben seguir trabajando en persona? ¿Que no pueden trabajar remotamente? No existe una definición clara”. También apunta a su gran variedad: “Por ejemplo incluye médicos, personal de enfermería y otro personal sanitario especializado, personal sanitario no especializado (celadores, personal de limpieza). Incluye también otro personal de limpieza, personal de supermercados, de transporte, policía, bomberos…”.

En cualquier caso el confinamiento, subraya Bilal, “no es una medida para ‘salvar’ a los trabajadores esenciales, sino a toda la población. Es decir, que los trabajadores esenciales tengan más o menos prevalencia no significa que el confinamiento funcione o no funcione, dado que su función no es que estos trabajadores tengan más o menos exposición, sino que toda la población tenga menos incidencia de la enfermedad. Ahora mismo, comparando España con EE.UU., un país que ha hecho las cosas muy mal en temas de confinamientos, podemos ver la enorme diferencia que hay”.

Las investigaciones más recientes sugieren que, más que dividir a los trabajadores en esenciales y no esenciales afectados, de lo que puede hablarse es de clases sociales más y menos perjudicadas por la COVID-19: “Lo que está claro es que la capacidad para negociar dónde se trabaja (en remoto o en el lugar de trabajo) es siempre mayor para los trabajadores de clases más altas, y por ello la prevalencia del trabajo en persona durante la pandemia ha recaído más en gente de clases más bajas”.

Resultados positivos del confinamiento

Manuel Franco, profesor de Epidemiología en la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) y profesor invitado en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins de EE.UU., subraya a Verifica RTVE que “el confinamiento es la medida más drástica que hemos tomado en muchos países y ha sido fundamental para parar la transmisión del virus”. Franco dirige una investigación sobre coronavirus y desigualdad social en la UAH donde han participado Bilal y otra investigadora, María Lázaro, y cree que el virus no entiende de países ni fronteras, pero sí de aspectos como “el tipo de trabajo que tenemos, si podemos teletrabajar o no, la movilidad en las grandes ciudades y el estado de salud basal con el que nos encuentra el contagio”.

Un estudio del Imperial College de Londres concluyó en marzo de 2020 que las medidas tomadas en 11 países de Europa, incluida España, pudieron evitar entre 21.000 y 120.000 muertes por el virus. Esas medidas fueron el aislamiento de casos sospechosos, el cierre de centros educativos, la prohibición de reuniones masivas y el distanciamiento social, incluyendo los confinamientos.

Se trata de estimaciones y no de análisis basados en hechos sucedidos, pero ningún cálculo fiable efectuado apunta a día de hoy en otra dirección: “El efecto de políticas anti-contagio de amplia escala en la pandemia COVID-19” y “Calculando los efectos de intervenciones no farmacéuticas contra la COVID-19 en Europa” son otros dos análisis que también destacan los beneficios del confinamiento.

El experto y el medio

El mensaje dice que Raoult es un experto que “ha salvado millones de vidas por sus estudios desde los inicios de la pandemia”. Este microbiólogo era un profesional muy reputado hasta que empezó a promover tratamientos alternativos contra el coronavirus sin esperar a resultados científicos sólidos, como destaca este largo perfil de él en The New York Times. Otros medios se han referido a polémicas relacionadas con sus afirmaciones, como Radio France International o Esquire.

Por otra parte, la publicación a la que remite el mensaje es una vieja conocida de los verificadores. Se trata de una cabecera extremista de EE.UU. que frecuentemente publica bulos.

El mensaje analizado se basa en datos preliminares sobre trabajadores y los vincula de modo sesgado al confinamiento, contradiciendo explicaciones científicas más sólidas sobre los beneficios que esta medida aportó. A día de hoy, ningún estudio encargado por el Gobierno demuestra que el confinamiento aumentase el número de infectados. La afirmación es un bulo.

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