La invasión rusa de Ucrania continúa con ataques cada vez más contundentes en la sexta jornada de guerra. Las tropas rusas han vuelto a bombardear intensamente la segunda ciudad del país, Járkov, donde un proyectil ha caído junto a la sede del Gobierno regional y se ha golpeado a barrios residenciales. Es el ataque más destructivo desde que comenzó la guerra.
Los ejércitos también combaten en el sur-este, en Jersón, junto a la desembocadura del río Dníeper, y en Mariúpol. Esta zona es decisiva para Rusia: quiere enlazar territorialmente los territorios prorrusos de Lugansk y Donetsk (al este, en la región del Donbás) con la península de Crimea (sur), que se anexionó unilateralmente en 2014.
El otro "objetivo clave", como ha recordado el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, es Kiev. La capital aún resiste, pero allí Vladímir Putincon el bombardeo de una torre de comunicación y la llamada a la evacuación de civiles.
Ataque a las infraestructuras estratégicas de Kiev
Al menos cinco personas han muerto en el ataque a la torre de televisión de Kiev, según el Gobierno de Ucrania. Los canales de televisión ucranianos han dejado de emitir después del bombardeo ruso, cercano al lugar histórico Babi Yar, donde los nazis masacraron a más de 100.000 personas.
Rusia había avisado de su intención de bombardear edificios oficiales, infraestructuras de los servicios de seguridad y centros de telecomunicaciones en la capital, por lo que este sería solo el primero de los ataques aéreos en el interior de la ciudad. Muchos de esos objetivos están en zonas pobladas y el mismo Kremlin ha pedido a los civiles que evacúen sus viviendas.
Así, los kievitas se preparan estas horas para una ofensiva mayor: imágenes vía satélite han captado el avance de un enorme convoy militar ruso. Son 65 kilómetros de carros blindados, artillería y otros vehículos que estarían a menos de 30 kilómetros de la ciudad.
No obstante, la marcha rusa hacia la capital se ha ralentizado por problemas de avituallamiento y la resistencia ucraniana, según el Pentagono. La tropas de defensa han conseguido obstaculizar la ofensiva al dañar los puentes que tiene que cruzar el convoy para llegar a Kiev, ha informado Víctor García Guerrero, enviado especial de TVE a la capital ucraniana, que este martes ha amanecido nevada.
El Gobierno ucraniano cifra en al menos 352 muertos y más de un millar de heridos las víctimas de la invasión, en el último parte oficial del pasado domingo. Al menos 677.000 personas han huido de la guerra, la mayoría en dirección a Polonia, y hay un millón de desplazados internos, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Zelenski ha asegurado que su pueblo está "luchando por la libertad" durante una intervención ovacionada en el Parlamento Europeo. "No nos abandonen", ha reiterado el presidente ucraniano quien, más tarde en una entrevista a Reuters, ha recordado que "si cae Ucrania, todo ese ejército ruso estará en las fronteras de la UE".
Fuertes bombardeos en Járkov
En el noroeste de Ucrania, la ciudad de Járkov ha vuelto a ser víctima de fuertes bombardeos este martes. Con 1,5 millones de habitantes, es la segunda ciudad más importante del país y está cerca de la frontera rusa, por lo que desde el comienzo de la invasión ha sufrido intensos ataques. Los rusos necesitan conquistarla para poder avanzar por el este hacia Kiev sin dejar un peligroso núcleo de resistencia a su espalda.
Uno de los objetivos en Járkov este martes ha sido el edificio del Gobierno regional, situado en la plaza central, que ha sufrido el impacto de un proyectil de artillería. El asesor del Ministerio del Interior, Anton Geraschenko, ha asegurado que ha habido 10 muertos y 35 heridos y que "una tercera parte del edificio ha quedado destruida". "Es un crimen terrible", ha agregado. El consulado de Eslovenia también ha sido destruido, según fuentes oficiales eslovenas.
Ucrania ha acusado a Rusia de haber bombardeado también con intensidad barrios residenciales en la ciudad nororiental. Las autoridades han informado de ocho personas muertas y seis heridas en uno de esos ataques. El lunes, Járkov vivió su jornada más trágica hasta el momento, con 11 víctimas civiles en el bombardeo de un edificio de viviendas.
A 100 kilómetros de Járkov, en Okhtyrka, en la región de Sumy, más de 70 militares y civiles ucranianos han muerto en los bombardeos con lanzaderas múltiples Grad, según el jefe de la administración militar regional, Dmytro Zhyvytskyi. La ciudad de Lebedyn, en la misma región, también está sitiada.
Rusia asegura que controla el Mar de Azov
El Ministerio de Defensa ruso ha asegurado que Ucrania "ya no tiene acceso al Mar de Azov", lo que de ser cierto significaría que las tropas rusas han tomado o al menos aislado la ciudad de Mariúpol, en la región de Donetsk, al este del país.
Mariúpol, que lleva días de asedio porque es un enclave estratégico, se ha quedado este martes sin electricidad después de la ofensiva rusa, pero los enviados especiales de TVE informan de que sigue bajo control ucraniano. Pese a la resistencia, las tropas rusas en la zona se muestran confiadas en que caerá en las próximas 24 horas.
Por su parte, el Kremlin ya ha anunciado que los milicianos prorrusos han alcanzado el límite administrativo de la de región Donetsk avanzando desde el este y han confluido con las tropas rusas que progresaban desde el sur. El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, ha asegurado que continuarán avanzando hasta lograr "todos sus objetivos".
Las tropas rusas atacan Jersón
Las tropas rusas avanzan en este frente del este y sur, pero los ucranianos mantienen todas sus posiciones importantes. Entre la costa del Mar de Azov y la del Mar Negro, Rusia ha atacado la ciudad de Jersón (300.000 habitantes), a las puertas de Crimea.
Más arriba del país, el enviado de TVE, Óscar Mijallo, ha informado de que en Zaporiyia una explosión ha destruido la vía del ferrocarril. Se espera también un ataque inminente, por lo que la población ha improvisado barricadas en las calles con sacos de arena y se preparan para contener al ejército ruso. En los alrededores de la ciudad se han producido intensos movimientos militantes que el Ministerio de Defensa ucraniano ha prohibido grabar a la prensa, bajo pena de arresto, para no dar información a los rusos.
En la ciudad de Dnipro, otra localidad estratégica con varios puentes sobre el río Dníeper, las sirenas han sonado en la mañana del martes.
Rusia ha reconocido bajas, pero no ha facilitado cifras, y asegura que ha alcanzado 1.325 objetivos de infraestructura exclusivamente militar. Por su parte, el Ejército ucraniano asegura que ha dado muerte a 5.710 soldados rusos y ha inutilizado 29 aviones y 198 tanques. Ninguna de estas informaciones ha podido ser verificada por fuentes independientes.
La embajadora ucraniana en Washington, Oksana Markarova, ha asegurado que Rusia ha utilizado bombas termobáricas. También conocidas como bombas de vacío, este tipo de armas provocan explosiones de alta temperatura, son capaces de vaporizar cuerpos humanos y están prohibidas por la convención de Ginebra.
Las negociaciones iniciadas el lunes entre representantes de ambos países acabaron sin resultado, aunque ambas partes acordaron volver a reunirse esta semana.
La mayor parte de la comunidad internacional continúa mostrando su rechazo a la guerra. La UE y Estados Unidos han acordado enviar armas y las sanciones internacionales están haciendo mella en la economía rusa, pero el presidente ruso, Vladímir Putin, está recurriendo a sus reservas de oro y divisas e incluso podría usar criptomonedas para eludir las restricciones.