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Las lámparas ultravioletas domésticas no eliminan el Covid-19 y pueden dañar la salud

VERIFICA RTVE
8 min.

Durante los últimas semanas, circulan vídeos con productos para desinfectar de Covid-19 distintos objetos. En concreto, nos fijamos en las lámparas de luz ultravioleta a la venta en webs de comercio electrónico que supuestamente eliminan el coronavirus de una superficie en cuestión de cinco segundos. En esas páginas, además, se incluye un video donde se muestra cómo se deben utilizar estos dispositivos para eliminar el COVID-19. VERIFICA RTVE ha podido comprobar que es falso que estas lámparas sean efectivas y que, además, pueden llegar a suponer un grave riesgo para la salud de la personas.

Desde su cuenta de Twitter, Marían García (@boticariagarcia), doctora en Farmacia y profesora de la Universidad Isabel I, alertaba de este fraude: “Esto no elimina el virus en 5 segundos. Esto es una ESTAFA que además pone en riesgo la salud ofreciendo falsa sensación de seguridad. Y @sanidadgob y las autoridades competentes deberían actuar”. VERIFICA RTVE se ha puesto en contacto con Marían García que nos ha explicado que este tipo de lámparas no tienen la potencia necesaria para matar el coronavirus y su uso puede ser perjudicial.

¿Cuántos tipos de radiación ultravioleta existen?

En primer lugar, hay que distinguir que existen varios tipos de luz ultravioleta dependiendo del intervalo de longitud de onda. Muchos hemos oído hablar de las radiaciones de tipo A (400 a 315 nanómetros) y B (de 315 a 280 nanómetros), procedentes del sol o las camas solares. La radiación del tipo C, también producida por el sol, es la longitud de onda ultravioleta más corta (280 a 100 nanómetros) y se filtra casi por completo al pasar por la atmósfera, por lo que los seres humanos estamos poco o nada expuestos a este tipo de rayo, tal y como indica la Comisión Europea.

Carles Martínez-Romero, profesor asistente de la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai (Estados Unidos), explica a VERIFICA RTVE que los rayos ultravioleta se emplean para la eliminación de los virus. "Concretamente, los rayos C (UVC) tienen la capacidad de inactivar tanto patógenos infecciosos, como bacterias y virus. Los rayos UVA y UVB (que son los que provienen de la luz solar) no tienen esta propiedad”.

Por su parte, Conchi Lillo, profesora de la Universidad de Salamanca y Neurobióloga, explica que este tipo de lámparas desinfectantes de uso doméstico “no son efectivas para eliminar el coronavirus”. Duda de que las que se vendan sean de verdad de rayos UVC y si de verdad lo son, para que “sean efectivas deben tener una potencia determinada y estar un tiempo determinado encendidas”. En este sentido, Martínez-Romero confirma que “estudios científicos sobre la inactivación del coronavirus mediante UVC han concluído que se necesitan entre 5 y 10 minutos para llegar al 100% de inactivación. Por lo tanto, 5 segundos me parece muy poco”. Un tiempo que en los vídeos virales que promocionan estos productos reducen a solo cinco segundos, algo irrisorio.

Este aspecto también es resaltado por la viróloga del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas de Castilla y La Mancha, que a su juicio con cinco segundos no es posible la eliminación del virus. Además, defiende que “si los UVC dañan al virus te dañan también a ti”.

¿Cómo afectan las radiaciones UVC a la salud?

Según la profesora Conchi Lillo, este tipo de lámparas suponen un peligro para la salud de los compradores ya que pueden dañar nuestro ADN porque afecta a uno de sus componentes, en concreto la timina, además de nuestros ojos. Como ya hemos explicado, su onda es muy corta y el impacto de radiación directa es muy peligrosa para la salud, tal y como se explica en el documento “Health effects of UVC lamp radiation”, de la UE.

Así, se han notificado varios accidentes relacionados con lesiones cutáneas u oculares. Por ejemplo, tal y como recogió EFE y publicó La Vanguardia, en 2018, el descuido de una profesora que olvidó apagar una luz ultravioleta en una escuela de Tianjin, causó heridas y quemaduras a más de 40 niños. O la exposición accidental de un grupo de 26 estudiantes de medicina con unas lámparas germicidas que provocó daños oculares y daños en piel y cara en este artículo publicado por Photochemistry and Photobiology en 2006.

Por su parte, la Comisión Europea también se ha pronunciado sobre el riesgo de las lámparas UVC en el Dictamen del Comité Científico independiente de Riesgos Sanitarios, Ambientales y Emergentes (SCHEER) sobre los efectos biológicos de la radiación UVC. Los expertos de la CE sostiene que el número de incidentes es tan reducido que en su opinión faltan datos para hacer una evaluación del riesgo si bien cataloga la radiación UVC, como el resto de longitudes de onda de luz ultravioleta, como cancerígena para los seres humanos.

El modo más eficaz de eliminar los virus es limpiarse las manos con un gel desinfectante hidroalcohólico o lavarlas con agua y jabón

La OMS advierte que no deben utilizarse lámparas de luz ultravioleta (UVC) para desinfectar las manos u otras zonas de la piel: La radiación UVC puede irritar la piel y dañar los ojos. “El modo más eficaz de eliminar los virus es limpiarse las manos con un gel desinfectante hidroalcohólico o lavarlas con agua y jabón”. En la misma línea se ha pronunciado el Consejo General de Colegios farmaceúticos al afirmar que “No se deben utilizar lámparas ultravioletas para esterilizar las manos u otras partes del cuerpo, ya que la radiación ultravioleta puede causar eritemas (irritación de la piel).

Además a Conchi Lillo, tras ver el video de promoción de estos aparatos nos ha explicado que “la luz es eficaz allí donde incide. Al pasar así por encima de la mascarilla, no desinfectaría en los recovecos ni los pliegues”.

¿Cómo se emplean los rayos UVC en los laboratorios?

El uso de rayos UVC es habitual en hospitales y laboratorios pero utilizando medidas de protección. Así, Carles Martínez-Romero nos ha explicado que en los laboratorios que se trabaja con cultivo celular se pueden encontrar cabinas de flujo laminar donde se trabaja en esterilidad. Cuando se termina de usar la cabina, se limpia con etanol y posteriormente se activa una luz UVC al cerrar la puerta, que está hecha de un cristal que bloquea la luz UV. De hecho, existen unas pautas para el empleo profesional de estas luces en el ámbito científico.

Un entorno incompatible con el ámbito doméstico, que a juicio de expertos como María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y microbióloga del Hospital de A Coruña, necesita de una regulación de su uso para prevenir malos usos. Según su criterio, esta luz UVC puede provocar “quemaduras, fototoxicidad y daños en la retina y ADN”.

El doctor Santiago F. Elena, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas, detalla a Verifica RTVE que dependiendo del virus la intensidad de la luz varía para que sea efectiva. Por ejemplo, para eliminar el 90% del virus de la gripe, hacen falta unos 29 milivatios por centímetro cuadrado (mW/cm2), pero para el virus del SIDA hacen falta hasta 6160 durante más tiempo, tal y como se recoge en el documento “Use of UV Germicidal lamps inside Biosafety Cabinets” elaborado por la Universidad de Columbia.

La International Ultraviolet Association Inc afirma que como cualquier sistema de desinfección, los dispositivos UVC deben usarse adecuadamente para ser seguros. Algunos de los dispositivos además de utilizar luz en longitudes de onda peligrosa producen ozono como parte de su ciclo. Por tanto el manual de instrucciones debe contar con todas las especificaciones del producto en el cumplimiento de las medidas de seguridad e incluidas en las declaraciones de confianza y seguridad.

Uso contra el COVID-19

Internacionalmente, en los últimos meses es cierto que la luz UVC se ha utilizado para desinfectar autobuses en China o aeropuertos en la India. En Nueva York también está previsto que se utilice para desinfectar los vagones del metro. En España, con el estallido de la pandemia,el Ejército de Tierra ha acelerado la implementación de un robot con capacidad superior germicida que se ha comenzado a probar en el Centro de Comunicaciones de Naciones Unidas en Manises (Valencia). El proyecto se ha denominado “Atila”, Antivirus por iluminación de luz ultravioleta autónomo.

Existe un tipo de luz Ultravioleta conocida como UVC lejana cuyo rango (280 nm – 200 nm) es más limitado que la UVC (280 nm – 100 nm) y que manteniendo las propiedades higienizantes no daña ni la piel ni el ojo, por lo que este tipo de radiación sería más segura para la salud y a la vez mantendría la capacidad de limpiar. De hecho Christian Zollner, investigador del del Centro de Electrónica de Energía y Iluminación de Estado Sólido de la Universidad de California de Santa Bárbara se encuentra investigando en la actualidad el uso este tipo de rayos (entre 260-285 nanómetros) en la lucha contra el coronavirus en superficies y potencialmente en el aire y el agua.

Por tanto desde VERIFICA RTVE concluímos que el uso doméstico de lámparas desinfectantes ultravioletas no es efectivo debido a que necesita ser aplicado sobre la superficie lisa durante un tiempo prolongado en unas condiciones de seguridad que en el entorno del hogar no se pueden tener. Además, está confirmado que este tipo de radiaciones puede llegar a suponer un riesgo para la salud.

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