Llegó la hora de la verdad y los próximos días y semanas serán decisivos para la gobernabilidad del país. El presidente del PP y vencedor de las elecciones del 23J, Alberto Núñez Feijóo, se encamina a una investidura que será fallida, salvo un giro de guion y sorpresa absoluta que nadie espera la semana que viene. Y tras él, espera su turno el presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, que tiene más opciones de sacar adelante una suma que le permita ser investido. Pero la negociación que le posibilitaría repetir en La Moncloa se antoja complicada y todo lleva a una palabra que apunta a convertirse- ya se ha convertido- en la principal protagonista política: amnistía.
Esta semana política ha servido para evidenciar que, por segunda vez en esta incipiente legislatura y en la que aún todo está por escribir, Sánchez es capaz de fraguar una mayoría parlamentaria. La primera fue para convertir a Francina Armengol en presidenta del Congreso y la segunda para aprobar el uso de las lenguas cooficiales en la actividad parlamentaria, compromiso que posibilitó precisamente una mayoría progresista en la Mesa.
De nuevo PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y el BNG han formado un bloque compacto (en esta ocasión se sumaba también CC), ese bloque que Sánchez quiere y necesita fraguar para mantenerse en La Moncloa. Y un bloque que el PP ha tratado de romper para que Feijóo tenga opciones de gobernar.
Pero el tiempo de Sánchez aún no ha llegado, por lo menos oficialmente, y la próxima semana será el momento de Feijóo como candidato en una investidura en la que, por primera vez, habrá dos aspirantes de facto y en la que muchos mensajes y condiciones políticas no irán dirigidas al candidato formal y sí al que lo será en semanas, si el guion del PSOE sigue su curso. El debate arrancará el martes 26 con el discurso del candidato y la intervención de los grupos y continuará con una segunda jornada de debate y votación, que debería salir por mayoría absoluta, y pasadas 48 horas, el viernes 29, una segunda votación, por mayoría simple.
Los partidos nacionalistas e independentistas aprovecharán para venderse como el elemento clave y determinante para poner o quitar presidentes y, en ese punto, tienen más que decir y pedir a Sánchez que a un Feijóo al que han dado la espalda.
El PP se topa con ese muro parlamentario y solo es capaz de sumar 172 votos junto con Vox, UPN y CC. Insuficientes. Solo le faltan cuatro, pero esos cuatro apoyos se han convertido en un abismo para los 'populares', que han llamado sin cesar a la puerta del PNV, que parece tener claro que su apoyo iría al lado contrario.
La amnistía, en el centro de todo
Un PP que este domingo protagonizará un acto cargado de simbolismo para decir un 'no' rotundo a esa posible ley de amnistía que estaría negociando el PSOE con los independentistas.
Estaría porque el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha dicho esta semana que ya está pactada y Sánchez ha evitado desmentir esas afirmaciones en lo que se ha entendido como una forma de abrir paso e ir abonando el terreno a esa hipotética medida.
El presidente del Gobierno se cuida de no pronunciar la palabra 'amnistía' y se ha limitado a decir que hay que respetar los tiempos y que ahora es el de la investidura de Feijóo. Con cierta sorna, desde el Ejecutivo socialista en funciones dicen: "Igual se le ha olvidado, pero el próximo martes Feijóo tiene una cita muy importante a las 12:00". Y afean a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que incluso haya pedido elecciones sin haberse celebrado aún el pleno de investidura de su líder. "No confían ni ellos", añaden.
Sánchez poco a poco va dando alguna pista sobre sus intenciones: “Voy a ser coherente con la política de normalización y estabilización de la situación política en Cataluña. Y estoy diciendo mucho”. Estas han sido sus palabras esta semana desde Nueva York. En esa política de normalización para Cataluña entrarían los indultos, primero, y la reforma de la sedición y la malversación, después.
¿La amnistía es el tercer paso y definitivo que le permitirá seguir en el Gobierno? De momento desde la parte socialista del Ejecutivo guardan silencio, mientras que el que sería su socio de Gobierno, Sumar, ve "avances" hacia esa amnistía, principal condición que plantea el independentismo para la investidura de un Sánchez que llegó a decir que su gobierno no la "aceptaría" y que no estaba recogida en la Constitución.
ERC interpreta las palabras del líder socialista como una apertura de puertas hacia esa senda y el PNV cree que el presidente fue "enigmáticamente valiente".
"Las conversaciones pueden ser discretas, pero los acuerdos son transparentes". Sánchez quiso dejar claro también que cuando haya pacto, si lo hay, lo explicará, pero de momento los socialistas quieren mantener toda la prudencia y discreción, por lo menos hasta que pase el tiempo de Feijóo y se avance a la siguiente pantalla, que no sería otra que una nueva ronda de consultas de los grupos con el rey y la convocatoria de una investidura del socialista, previsiblemente para el próximo mes de octubre. Sánchez ha dicho que cuando él sea candidato oficial a una nueva investidura hablará "claro" sobre la amnistía.
Feijóo, por su parte, endurece el tono y le acusa de "fraude electoral reincidente" y habla de "condena a la democracia", de "enmienda a la totalidad al Estado de Derecho" y de "golpe a la separación de poderes" para definir las, en su opinión, claras intenciones de Sánchez con respecto a amnistiar a los responsables del 'procés'.
A días de su investidura cree que esta es "imprescindible" ante lo que califica de "punto de inflexión" en la historia de España porque da por hecho que Sánchez avanza hacia la amnistía.
El PP busca una grieta en el PSOE tras las voces discrepantes
La relevancia del momento político actual lo marca la toma de posiciones de expresidentes de Gobierno y exlíderes políticos ante esa hipotética amnistía y en este punto el PSOE encuentra reticencias muy relevantes en sus propias filas. Los exmandatarios socialistas Felipe González y Alfonso Guerra se han revuelto esta semana en contra de la amnistía llegando a calificar a Sánchez de "desleal" y "disidente". No han gustado en Ferraz estas palabras, pero tampoco es la primera vez que ambos censuran con dureza las posiciones del actual secretario general.
Y si Sánchez no encuentra apoyo en sus antecedesores, Feijóo sí estará arropado este domingo por los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy en un acto en el que estará la plana mayor 'popular' y los 'barones' territoriales.
El PP busca la grieta en la bancada socialista y sacar de ahí los cuatro apoyos que le faltan a Feijóo para ser investido. La número dos del partido, Cuca Gamarra, ha llamado a los socialistas a "reconsiderar" su posición, lo que le ha valido las críticas del PSOE, que ven al PP "desesperado" al alentar el transfuguismo y avisan de que "cualquier intento de socavar la unidad está dirigido al fracaso". También uno de los principales líderes territoriales, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, llamó este mismo viernes al transfuguismo instando a los diputados socialistas a "rebelarse por sus principios" apoyando a Feijóo para evitar la amnistía.
Pero incluso 'barones' muy críticos con Sánchez en el PSOE como Emiliano García Page y Javier Lambán han despejado toda duda sobre una rebelión interna socialista.
Y mientras Feijóo y todo el PP estén clamando en el acto contra la política de Sánchez en Cataluña- quieren reunir este domingo en la capital a 10.000 personas para mostrar músculo-, el líder socialista intervendrá en la Fiesta de la Rosa del PSC en Pineda de Gavà. Ambos mostrarán dos modelos, dos posiciones con respecto a un mismo problema: Cataluña, que vuelve a ser el asunto central político.
Cierto es que el PNV y EH Bildu son también claves para cualquier investidura. Así, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, bromeaba esta semana asegurando que ahora mismo el PSOE está "en el ritual de apareamiento y luciendo sus mejores plumajes" con los partidos soberanistas catalanes, y que "lo aceptan con paciencia y resignación" pero que "llegará su momento".
Feijóo se someterá en tres días al escrutinio de un Congreso que, todo apunta, le dará la espalda en su mayoría; y Sánchez prepara su siguiente batalla política y parlamentaria. Tras un verano con movimientos político, llega un otoño caliente con todo por decidir.
Solo hay una cosa cierta: tras la investidura de Feijóo, el reloj hacia las elecciones generales comienza a correr. Salvo eso, pocas certezas.