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La invasión de Ucrania impacta en la campaña electoral en Francia

  • Macron ha sido el líder europeo más visible en el diálogo con Putin en un intento por evitar la guerra

  • El conflicto ha modificado la agenda del presidente galo y de los partidos de izquierdas

MAVI DOÑATE (Corresponsal de TVE en París)
6 min.

“El acto de guerra de Rusia tendrá consecuencias profundas y duraderas en nuestras vidas y en la geopolítica de nuestro continente”. Este fue el mensaje que el presidente francés, Emmanuel Macron, transmitió a la nación el pasado jueves, el mismo día en el que Vladimir Putin iniciaba su ofensiva en Ucrania. Macron habló sin paños calientes del coste de una guerra a las puertas de Europa que, se está todavía recuperando del azote de la pandemia de la COVID-19, y que en Francia ha tenido un gran impacto económico.

El mensaje realista tiene además en Francia la coordenada temporal de las elecciones presidenciales del 10 de abril, con primera vuelta y el 24 del mismo mes, con la segunda y definitiva. La invasión de Rusia a Ucrania y la guerra posterior ha entrado de lleno en una campaña que, ya algunos analistas, definían como extraña porque entre otros motivos, el propio Macron ha esperado a la última semana para presentar su candidatura a la reelección.

Es el 4 de marzo, a 37 días de la primera cita con las urnas, cuando se cierra el plazo para que los candidatos concurran oficialmente a ser elegidos. Un día después, el 5 de marzo estaba fijado el primer mitin en Marsella, pero Macron, que sigue sumergido de lleno en la agenda internacional por Ucrania, lo ha suspendido.

Macron, una de las caras más visibles en el diálogo con Putin

El presidente galo, también con la tesitura de que Francia ostenta hasta julio la presidencia de la UE, ha sido el líder europeo más visible en el diálogo con Putin para, primero, avanzar en los Acuerdos de Minsk y pacificar la zona del Donbas, al este de Ucrania dominada por los separatistas prorrusos, y después, evitar la invasión posterior de todo el país con el cerco a Kiev, su capital.

Tan solo diecisiete días median entre la imagen de la mesa de 4 metros en la que Putin sentó a Macron en Moscú, a la frase del presidente francés “hemos intentado evitar la guerra, pero ya está aquí y nosotros en ella”.

Una de las pruebas de cómo Macron debe mediar con sus tiempos de la campaña en su propio país, y por otro el tema de Ucrania, se da en el último día de febrero, cuando recibe en el Elíseo al canciller alemán, Olaf Scholz y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y en otras dependencias del Palacio, el primer ministro Jean Castex se encuentra con los candidatos de los partidos políticos para, eso sí, también hablar de Ucrania y Rusia y ahondar en la decisión del Gobierno de aumentar las entregas de equipos de defensa a Kiev y endurecer las sanciones económicas y financieras contra Moscú.

¿El papel activo de Macron se puede traducir en más votos en las urnas?

Pocos analistas lo creen. Los editorialistas de los principales diarios franceses, o los activos tertulianos en las cadenas de información continua, no auguran que Macron vaya a tener un respaldo mayor o menor por su actuación que, además, no dio el mejor resultado. De todas formas, sigue en conversaciones con Putin, la última llamada hasta ahora, la del lunes 28 de febrero, para pedirle que pare los ataques contra civiles y sus residencias, que preserve las infraestructuras civiles y asegure las rutas sobre todo la del sur de Kiev.

Macron sigue semana tras semana encabezando los sondeos de intención de voto, con entre un 25 y 27%, y con entre nueve y diez puntos de diferencia con los dos candidatos de extrema derecha Marine Le Pen, y Eric Zemmour que se van alternando en el segundo y tercer puesto, según la semana, y por delante de Valérie Pécresse, de la derecha tradicional. Las encuestas también dan el triunfo a Macron en la segunda vuelta, por lo que saldría reelegido presidente de la República.

Cambios en las agendas de los candidatos

La invasión de Ucrania ha modificado la agenda también de los partidos de la izquierda. La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, ha priorizado estar presente en las manifestaciones de apoyo a los ucranianos, y junto al candidato de los Verdes, Yannick Jadot, ha criticado duramente Jean-Luc Melenchon, que representa la opción más de la extrema izquierda francesa, por haber expresado en más de una ocasión su simpatía por Vladimir Putin. Melenchon ha reconocido durante un viaje a Reunión este fin de semana (26-27 de febrero) haber “cometido un error” según recoge AFP.

La readaptación de la extrema derecha francesa

Algo parecido les ha pasado a Le Pen y Zemmour que, por cierto, alcanzaron en el último momento la totalidad de los 500 avales que exige el sistema francés para presentar una candidatura electoral al Elíseo. Le Pen, del Partido Reagrupación Nacional, con un electorado de extrema derecha de clase trabajadora, y Zemmour, con unos posibles votantes del espectro más burgués a su formación “Reconquete”, han tenido que reacomodar sus mensajes de admiración hacia el líder ruso. Le Pen que, de momento ha suspendido su campaña hasta que consiga las firmas de apoyo, tiene en su álbum político fotos de encuentros afables en los que tanto ella como Putin sonríen tranquilos a la cámara.

y Zemmour condenaron la invasión el mismo día que empezaba, aunque después sus mensajes no son nada solidarios con los miles de refugiados que llegarán a Europa.

Zemmour ha dicho en la cadena RTL que prefería que estas personas se queden en Polonia porque si llegan a Francia se corre el peligro de una “desestabilización del país”, y definió a Putin como un “demócrata autoritario dentro de la tradición rusa”.

Marine Le Pen, que ya se disputó la segunda vuelta contra Macron en las elecciones de 2017, y que en estas podría tener posibilidades de estar en la misma tesitura, no apoya las duras sanciones a Rusia porque pueden tener un efecto boomerang para Francia, dice en su cuenta de Twitter.

Y la candidata Pécresse de Los Republicanos, la derecha tradicional, defiende que “todos los que han mostrado su fascinación por Putin están hoy desprestigiados para presidir Francia”. Pécresse hizo estas declaraciones en la inauguración de la Feria Agrícola de Paris, en la que, en otras circunstancias, Emmanuel Macron, podría haber ya hablado en clave electoral dado los plazos temporales, pero no fue así.

Quizá esta campaña presidencial se recuerde en Francia como la que no tuvo una agenda propia, y en la que cada acto se marcó desde una guerra que nadie creyó que se podía producir.

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