Rusia ha sufrido este lunes la embestida de las nuevas sanciones occidentales, que ponen en el punto de mira al Banco Central e incluyen la expulsión del sistema SWIFT de varios bancos, lo que se ha traducido en el desplome de casi un 30% del rublo y ha obligado a Moscú a sacar su arsenal para asegurar la estabilidad financiera.
A primera hora de la mañana del lunes, el rublo se ha desplomado casi un 30% en el mercado Forex frente al dólar y el euro, una caída no vista desde al menos 1993 y 1994, respectivamente, algo que tampoco han podido cambiar las palabras del Kremlin o las medidas urgentes tomadas de urgencia por parte del Banco de Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se ha reunido de urgencia con el primer ministro, Mijaíl Mishustin, la gobernadora del Banco Central de Rusia (BCR), Elvira Nabiúlina, y a otros responsables de carteras económicas del Ejecutivo para analizar la situación y repasar las medidas para estabilizar el mercado financiero.
Palabras y reuniones que no tranquilizan
"Son sanciones severas, son problemáticas, pero Rusia tiene el potencial necesario para compensar el daño que están causando", ha señalado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. El Banco de Rusia ya anunció previamente haber constatado "cambios cardinales en las condiciones externas" por las sanciones impuestas por Europa.
A media tarde, la divisa había ralentizado la caída hasta el entorno del 23% tanto para el dólar como para el euro, hasta los 103,16 rublos por dólar y los 115,7 rublos por la moneda de la eurozona, pero seguía en mínimos históricos.
La Bolsa no ha llegado a abrirse este lunes porque así lo ordenó el Banco Central, y se mantendrá cerrada hasta el 5 de marzo.
Así, Rusia ha evitado, al menos hasta este martes, un batacazo mayor como el que sufrió el índice MOEX el jueves pasado en respuesta al anuncio de Putin de lanzar una ofensiva militar contra Ucrania y las primeras sanciones contra el mercado financiero y la deuda soberana. La Bolsa se desplomó entonces un 45% y los principales valores se dejaron más del 58%.
Sin colas en los cajeros
Pese a la importante devaluación del rublo, en las entidades bancarias de Moscú visitadas por EFE reinaba una aparente tranquilidad este lunes, sin grandes colas frente a los cajeros.
"He venido para sacar un poco de efectivo porque nunca se sabe", ha comentado a EFE una joven moscovita cerca de una de las oficinas céntricas del mayor banco ruso Sberbank, uno de los afectados por las sanciones occidentales.
Mientras, en una filial del banco VTB, otro blanco de las restricciones impuestas a Rusia por la guerra en Ucrania, se han podido ver aún menos clientes, sobre todo frente a los cajeros automáticos.
Este banco ha enviado a sus clientes un mensaje de texto para avisarles de la posibilidad de que los servicios de pago de Apple, Google y Samsung no estén ya disponibles a través de los sistemas de pago Visa y Mastercard.
Además, el Banco Central ha asegurado que las tarjetas de débito y crédito emitidos en Rusia seguirán funcionando dentro del país, pero ya no pueden ser utilizadas en el extranjero.
La incertidumbre sí ha estado presente en una sucursal de VBT, donde varias embajadas y empresas extranjeras tienen sus cuentas y dependen de las transferencias internacionales.
Esta entidad, controlada por el Estado ruso, será previsiblemente uno de los afectados por la decisión de la UE, Reino Unido, Canadá y Japón de excluir a una serie de entidades financieras del sistema de pago internacional SWIFT, un golpe sin precedentes a la economía de Rusia en respuesta a la invasión rusa.
El SPFS, el SWIFT ruso
Nabiúlina ha invitado hoy en un intento desesperado a los participantes del mercado financiero extranjero a unirse al análogo ruso, el denominado SPFS, que "puede reemplazar el SWIFT dentro del país".
Según la agencia TASS, el SPFS comenzó a operar en su totalidad en 2017 y puede transmitir datos en formato SWIFT sobre cualquier transacción en cualquier divisa, pero no depende de sus canales.
Actualmente, 38 participantes extranjeros de nueve países se encuentran conectados al sistema ruso, cantidad insuficiente para evitar el golpe, ya que el SWIFT reúne a más de 9.000 miembros a nivel mundial.
Medidas para salvaguardar la estabilidad
En paralelo, el BCR ha procedido a tomar una serie de medidas para intentar tranquilizar a los bancos y al mercado. Así, el consejo de directores del BCR ha elevado de golpe el tipo de interés del 9,5% al 20% para respaldar la estabilidad financiera y proteger los ahorros de la población.
Putin ha dado, no obstante, la orden de mantener las tasas de interés para las hipotecas de los rusos. El BCR también ha liberado las reservas de capital acumuladas por valor de 733.000 millones de rublos (6.245 millones de euros o 6.963 millones de dólares) para préstamos al consumo y préstamos hipotecarios no garantizados en rublos y moneda extranjera.
Al mismo tiempo, ha recomendado a las entidades financieras reestructurar la deuda de sus clientes en lugar de imponer sanciones o multas si su situación financiera se ha deteriorado por las sanciones.
Por otra parte, ha decidido prohibir a los residentes de Rusia transferir divisas al exterior, además de ordenar a los exportadores rusos que conviertan a rublos el 80% de los ingresos obtenidos desde enero de 2022.
El Banco Central no ha reaccionado aún a las sanciones de la UE, EE.UU. y Canadá contra la propia entidad monetaria, a la que impedirán usar sus reservas para financiar la guerra contra Ucrania y fortalecer el rublo.
EE.UU. ha elevado este lunes las sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania y ha prohibido a las entidades norteamericanas cualquier operación con el Banco Central de Rusia, además de congelar todos los activos en dólares de esta entidad, según ha informado EFE.
Por su parte, Canadá también ha prohibido este lunes a sus instituciones financieras que realicen "transacciones" con el Banco de Rusia para evitar que pueda utilizar sus reservas de divisas internacionales y limitar la capacidad de Moscú para financiar la invasión de Ucrania.