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Los Goya

Nominados al mejor cortometraje de ficción: cinco daños en la estructura

  • Los finalistas de los Goya 2022 escarban en profundas grietas que condicionan nuestra convivencia

  • Tótem Loba (Verónica Echegui), Farrucas (Ian de la Rosa), Votamos (Santiago Requejo), Mindanao (Borja Soler) y Yallla, Carlo D'Ursi

FÉLIX PIÑUELA (DIRECTOR DE VERSIÓN ESPAÑOLA)
6 min.

El cortometraje es un formato idóneo para el aprendizaje, para la experimentación, para el ensayo. Todo eso es cierto, pero ¡cuidado! No nos confundamos. Esto no significa que las películas cortas sean siempre esbozos, intentos, borradores, amagos o tarjetas de presentación. Los cortos pueden ser gran cine así como los cuentos o los relatos breves pueden ser gran literatura. ¿Alguien diría de Carver, Cheever o Borges que son autores en ciernes, a la espera de escribir su gran novela de más de trescientas páginas?

[TODOS LOS NOMINADOS A LOS PREMIOS GOYA 2022]

Si la mirada es afilada, diez minutos pueden ser suficientes para conmover, para cautivar, para desvelar pliegues ocultos de nuestra realidad. En algo coinciden las películas largas y cortas finalistas de este año: Todas ellas escarban en profundos daños estructurales que condicionan nuestra convivencia a día de hoy. Así, los abismos de clase están en el fondo de películas como Libertad o El buen patrón; el abismo de la pobreza en Mediterráneo; y el abismo de la pérdida y la memoria marcada por la violencia en Maixabel o Madres paralelas.

Veamos que grietas en la estructura han encontrado los cortometrajistas.

Tótem Loba (Verónica Echegui)

Sin duda una de las más felices sorpresas de la temporada cinematográfica es esta irrupción en la dirección de la actriz Verónica Echegui. Tótem loba es una película apabullante. Todo en ella es estremecedor, vibrante, terrorífico por momentos, pero eso no es todo.

Trailer TÓTEM LOBA from Estela Films on Vimeo.

Y aquí abro un paréntesis. En Versión española recibimos cada año cientos de cortometrajes interesados en participar en nuestro concurso, algo que nos permite tener una visión de conjunto de las temáticas y los estilos que van surgiendo. Así hemos sido testigos de la llegada, cada vez en mayor número, de las jóvenes cineastas a la dirección, y cómo eso ha enriquecido la paleta temática. En la reciente edición, por ejemplo, muchos trabajos ponen el foco en las distintas formas del miedo que experimentan las mujeres en el día a día: volviendo a casa, en la escuela, en el trabajo.. Todos ellos sobrecogedores.

Pero Verónica Echegui va más allá. Tira del hilo y encuentra una pista ancestral, atávica, ritual, que arroja una luz cegadora sobre lo que somos y lo que ya no queremos seguir siendo más. La grieta del machismo asumido como esencia y tradición. En sus imágenes podemos sentir además el latido de cineastas tan distanciados como Bigas Luna o José Luis Borau, como Icíar Bollaín o Chicho Ibáñez Serrador.

Una auténtica maravilla sostenida en el conmovedor rostro de Isa Montalbán, otro de los hallazgos de la película. Felicidades Verónica. Queremos más.

Farrucas (Ian de la Rosa)

Ver a Hadoum, Fátima, Sheima y Sokayna, protagonistas de Farrucas, bailando y cantando "Las gitanas lo bailan así" de Canelita, es uno de los acontecimientos de la temporada. Un momento irresistible que perdurará, lleno de energía y encanto, y que de alguna manera concentra las principales virtud de este milagro que es Farrucas. Una película que nos regala una experiencia, algo que sólo el buen cine puede ofrecer: colarnos en una intimidad desconocida.

FARRUCAS (Ian de la Rosa) Trailer from Marvin&Wayne on Vimeo.

Durante quince minutos vivimos en el degradado barrio de El Puche en Almería, acompañando a cuatro adolescentes de origen marroquí que celebran humildemente el cumpleaños de Fátima. En ese encuentro compartimos alegrías, bromas, ilusiones, sueños... Pero también asistimos a la toma de conciencia de unas niñas que están dejando de ser niñas y empiezan a mirar al futuro con un realismo crudo, desesperanzado.

Ian de la Rosa, director de Farrucas, extrae oro de las cuatro amigas en cada plano y acierta a poner sobre la mesa un problema de gran calado a partir de una historia mínima. La grieta de la integración y las posibilidades reales de escapar de la pobreza.

Votamos (Santiago Requejo)

De acuerdo: una junta de vecinos para decidir sobre alguna derrama no es una de esas realidades en las que nos gustaría colarnos. Pero es que la deriva que toma la reunión que nos propone Santiago Requejo nos deja completamente pegados a la pantalla.

En un elegante y virtuoso plano secuencia de doce minutos asistimos a un inesperado debate, fuera del orden del día, entre los amigables vecinos de un edificio cualquiera. El tono del encuentro cambia cuando uno de ellos anuncia que va a alquilar su piso a un compañero de trabajo, una persona con una enfermedad psiquiátrica.

La noticia desata los miedos, recelos y prejuicios de todos los presentes y aviva una intensa discusión en la que todos nos sentimos interpelados. La grieta de las enfermedades psíquicas y su aceptación en sociedad.

A destacar la interpretación de los nueve actores que merecen ser nombrados aquí: Raúl Fernández de Pablo, Miriam Díaz Aroca, Charo Reina, Agustín Ustarroz, David Tereiro, Teresa del Olmo, Neus Sanz, Fernando Ustarroz y Alberto Chaves. Un enorme reto para todos ellos en una puesta en escena altísimo riesgo donde nada podía fallar. Estupendos todos ellos desde el jovial arranque hasta el estremecedor minuto final.

Mindanao (Borja Soler)

Borja Soler nos cuenta las desquiciadas últimas horas en libertad de la alcaldesa de una ciudad del Levante, acompañada por su inefable círculo más cercano. Con guion del propio Soler y el gran Daniel Remón, Mindanao se fija en otra gran grieta patria: la corrupción.

Apoyado en la solvencia de dos actrices gigantes como Carmen Machi y Paulina García, la película se va adentrando en los pliegues personales de una historia que todos hemos conocido abriendo los telediarios.

Mindanao (Borja Soler) - Trailer from Marvin&Wayne on Vimeo.

Se podría acusar cierta teatralidad en el diálogo y de incurrir en algún recurso manido (ese Rosebud en forma de Burman Flax…) pero aprueba con nota en su encomiable propósito de indagar más allá del titular de prensa, de buscar a la persona debajo del personaje. El corto se mueve en la atmósfera densa de una gran resaca, la que siguió a una farra de años y años. Ahora ya sólo queda escuchar al Dúo Dinámico: Dime si algo hice mal sin querer, si tuve errores, te ruego que me perdones, y todo será de nuevo como ayer.

Yallla, Carlo D'Ursi

Yallah es un término árabe que significa “vamos” y es la única palabra que vamos a escuchar en esta película. Carlo D´Ursi nos lleva a la Franja de Gaza para contarnos un hecho real; el asesinato de cuatro niños por un dron del ejército israelí.

La maldita grieta de la guerra. Con un exquisito gusto por el encuadre, alternando blanco y negro y color, Yalla narra con pulso firme la locura de la destrucción en medio de la nada. El alto contraste entre la aventura de la infancia y la robótica frialdad del nuevo armamento.

Un cortometraje de denuncia que abre con un plano extraordinario que avanza sutilmente todo lo que luego vendrá, y que concluye dejándonos helados en medio del desierto.

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