Noticias
Coronavirus

La vacuna de Oxford contra la COVID-19 es segura en ancianos y genera en ellos una respuesta inmune robusta

RTVE.es / AGENCIAS
4 min.

Los resultados de la fase 2 de pruebas clínicas de la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por la universidad inglesa de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca demuestran que es segura en personas ancianas sanas y provoca en ellas una respuesta inmune robusta, informa este jueves la revista médica The Lancet.

Aunque esta vacuna experimental se encuentra ya ultimando la fase 3 de ensayos clínicos -la última antes de la comercialización-, los datos se refieren a la fase previa, en la que se administró a 560 adultos sanos, entre ellos 240 de más de 70 años, con el objetivo de valorar su impacto en el sistema inmune y posibles efectos secundarios.

Los "prometedores resultados preliminares" indican que esta vacuna contra el virus SARS-CoV-2 ofrece "similares resultados de seguridad e inmunogenicidad en los adultos sanos de más edad que en aquellos de entre 18 y 55 años", aseguran los investigadores.

Células T y anticuerpos

Según The Lancet, los resultados de la fase 2 permiten concluir que la vacuna provoca "pocos efectos secundarios" e "induce una respuesta en ambas partes del sistema inmune en todos los grupos de edad tanto con una dosis baja como estándar".

De acuerdo con el estudio, la vacuna británica activa los dos principales brazos del sistema inmune, ya que genera una respuesta de las células T (capaces de encontrar y atacar células infectadas por el virus) a los catorce días de la primera dosis, y una respuesta de anticuerpos a los 28 días de la dosis de refuerzo (que atacarían al virus cuando circulase por la sangre o sistema linfático).

Los autores apuntan que la Fase 3 de las pruebas clínicas, que está en marcha, debe confirmar estos resultados y determinar "hasta qué punto la vacuna es efectiva para proteger de la infección por SARS-CoV-2" en un grupo más amplio y heterogéneo de personas, que incluya gente de edad avanzada con patologías previas.

Efectos secundarios "leves"

Los autores señalan que los efectos secundarios del fármaco experimental de Oxford fueron "leves" (como dolor por la inyección, fatiga, dolor de cabeza, fiebre o dolor muscular). Se detectaron trece casos de gravedad en los seis meses desde la primera dosis pero que no se consideran relacionados con las vacunas.

Los investigadores explican que los efectos secundarios fueron incluso menos comunes en los adultos de mayor edad que en los más jóvenes, y la respuesta inmune fue "similar" en todos los grupos de edad tras la dosis de refuerzo.

La investigadora Sarah Gilbert afirma que este estudio "responde a algunas de las cuestiones" planteadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la necesidad de que las vacunas COVID protejan a las personas adultas de más edad. Sin embargo, apunta, quedan por responder otras "preguntas sobre la eficacia y duración de la protección" y además aún se debe probar el fármaco en gente mayor con patologías para asegurar que protege a quienes tienen más riesgo de enfermar de gravedad.

Los autores reconocen que su experimento "tiene limitaciones", por ejemplo que las personas estudiadas más mayores tenían una media de edad de 73 o 74 años y estaban sanas, lo que no refleja la situación en las residencias de ancianos. Además, añaden que la mayoría de voluntarios de cualquier edad eran blancos y no fumadores, por lo que en la tercera fase de los ensayos clínicos han extendido las pruebas a gente de diferentes procedencias y hábitos.

El investigador jefe del estudio, Andrew Pollard, ha querido dejar claro que aún es muy pronto para conocer en profundidad la eficacia de la vacuna, aunque cree que los resultados definitivos de los ensayos clínicos se podrán conocer "en las próximas semanas". “Nos estamos acercando, y definitivamente va a ser antes de Navidad, en base al progreso”, ha declarado el director del Oxford Vaccine Group a la cadena de radio de la BBC en respuesta a cuándo darían a conocer los datos de eficacia y los resultados del estudio.

Una de las primeras vacunas que podría llegar a España

Este proyecto de vacuna se basa en una versión atenuada del virus del resfriado común de los chimpancés, que se caracteriza por su seguridad. Si finalmente demuestra su seguridad y eficacia, podría estar ya disponible incluso para finales de este año, puesto que una parte de su producción se inició en paralelo a las pruebas clínicas.

La Comisión Europea (CE) firmó un contrato con AstraZeneca para el suministro de hasta 300 millones de dosis de esta vacuna, destinadas a la población de la UE. España se ha asegurado más de 30 millones de dosis, de las que podría recibir una partida inicial de tres millones este mismo mes de diciembre.

Noticias

Televisión

Radio

Deportes

Infantil

A la Carta

Playz