Juliette Binoche y Robert Pattinson son las dos grandes estrellas del jueves en San Sebastián. La actriz europea y el actor británico han presentado High Life, de la cineasta francesa Claire Denis: la auténtica bomba atómica de la sección oficial del festival. O enamora o se aborrece. Una película de ciencia ficción áspera, fatalista, de ambientación sucia y convincente que podría aspirar a todo.
Pero la unanimidad ha llegado con Entre dos aguas, del catalán Isaki Lacuesta: una obra rotunda en la que el director recupera dos personajes de La leyenda del tiempo (2006). Los entonces adolescentes son ahora dos hermanos, Israel y Cheíto, varados en la dura realidad social de las marismas gaditanas. Uno, recién salido de la cárcel por tráfico de drogas busca su lugar. Otro, cocinero de la marina, trata de ayudarle.
Entre dos aguas imbrica realidad social con ficción en un pequeño milagro que se coloca como favorito a la Concha de Oro. Sería la segunda para Lacuesta, que ya ganó en 2011 con Los pasos dobles. Su protagonista, Israel Gómez, pura realidad conmovedora, también podría ganar premio.
“La película tiene la premisa de ser una película muy realista. Nos inspiramos en situaciones reales, por ejemplo Cheíto es militar, pero Israel nunca ha estado en la cárcel. Es una ficción que quiere ser un trabajo de empatía. Que no parezca que es una película escrita”, dice Lacuesta, que comparte la autoría con sus guionistas y sus actores "autores de los diálogos".
Kiko Veneno y Raül Refree ponen música al paisanaje. “La leyenda den tiempo es una película que llevo en el corazón porque toca el cante y a los gitanos. Y por eso quería poner música a la luz de San Fernando, territorio mítico que conozco bien”, dice Veneno.
Han pasado 12 años, pero las zonas marginales de San Fernando no han cambiado. Pese a lo vital del retrato, quedan unos personajes atrapados. Y Entre dos aguas es una ventana única para asomarse a una realidad social poco conocida. “Estamos muy determinados a vivir con gente de nuestra clase social y que políticamente piensa como nosotros. Y el cine y la literatura potencian lo contrario: te permiten ponerte en lugar de otros que no piensan como tú”.
El desasosegante espacio de Claire Denis
Binoche ha apostado fuerte este año. Ayer presentaba Vision, de Naomi Kawase: un cuento sobre la necesidad de curar heridas y la búsqueda de la felicidad, que ha resultado fallido. Lo heavy venía hoy, con su papel de médico dentro de una nave espacial que se aleja del sistema solar con un grupo de presos como tripulantes.
Al mando Claire Denis, la autora más esperada de la sección oficial. Y además de Binoche, Robert Pattinson y Mia Goth, presenten en San Sebastián. Pattinson ha confesado que llevaba años buscando trabajar con Denis. Y ésta le ha colocado como el último hombre en el espacio: un convicto monacal que cuida de un bebé en los confines del Sistema Solar.
“Lo abordo como un hombre desesperado, sin plan, y eso es lo que me encantó del trabajo. Nunca lo había hecho y tenía la curiosidad de un papel más físico y menos cerebral”, ha dicho el actor británico.
Denis aclara: “Nos imaginábamos a un hombre sin esperanza fuera de la Tierra. Todos a su alrededor han muerto y está solo con una niña. No puede morir porque no la puede dejar: tiene una responsabilidad hasta el momento en que esa niña pueda quedarse sola en el mundo”.
El tiempo dirá si High Life se convierte en película de culto o será una mera extravagancia de la ciencia ficción. La propia Denis reconoce sus dificultades: “No estoy segura de que sea importante que los actores entiendan todo. Si entras dentro de un agujero negro, alcanzas un lugar que se llama singularidad del agujero negro donde el tiempo y el espacio se unen. ¿Qué significa eso? No lo podía explicar, así que el guion quizá era difícil de entender”.