5 min.
Hirokazu Kore-eda (Tokio, 1962) es un donostiarra sentimental. Acude casi cada año con su nueva película, disfruta el ambiente y se le nota. 2018 es además su año: tras la Palma de Oro en Cannes, recibe el premio Donostia a su carrera (el primero que obtiene un asiático). “Vengo me premien o no: por las personas que hacen el festival, la amabilidad de la gente y no hay que olvidar la gastronomía. Se puede decir que sigo haciendo películas para venir a San Sebastián”, afirma con guasa.
Hirokazu Kore-eda es el cineasta del consenso: hasta las heterogéneas opiniones festivaleras convergen. No existen los anti-Kore-edanos, tal vez porque su humanismo sin cursilería es universal. Su maestría para la intimidad familiar es una ilusión de sencillez: nadie lo hace igual.
Este año trae además quizá su (hasta ahora) obra maestra: Un asunto de familia. Lo que arranca como una familia de clase baja que vive apiñada y sobreviviendo casi al día, va descubriendo sus capas cuando encuentran a una niña pequeña que huye de unos padres maltratadores. Poco más se puede contar de su inteligente guion sin traicionar la película.
“Me gustaba la historia de cómo alguien llega a convertirse en padre o madre. Y busqué algo más: me interesaba crear relaciones de una familia que crece y donde no era necesariamente el cariño lo que les había llevado a estar unidos”, describe desde el Hotel María Cristina horas antes de recoger su premio Donostia.
La historia de Un asunto de familia –sin spoilers- podría ser lo que los medios tratarían como un suceso tremebundo. Y bajo la mirada koreediana se vuelve un retrato costumbrista y piadoso: comprenderlo todo es perdonarlo todo. Kore-eda vuelve a su veta familiar. (Kiseki, Nuestra hermana pequeña, De tal padre tal hijo): no dejará de hacer películas hasta que no resuelva por qué la familia es fuente de tanta necesidad y decepciones.
“Me he dado cuenta de que la manera en la que retrataba la familia era diferente cuando vivían mis padres. Y también cambió desde que soy padre. Lo interesante es precisamente cambiar tu punto de vista a lo largo de tu evolución”, explica.
Crítico con el gobierno de Japón
Un asunto de familia descubre a un Kore-eda más social. Cuando el gobierno japonés quiso reconocerle por su histórica Palma de Oro, el cineasta se negó de plano. “En Japón lo normal es dejarse llevar por la corriente y no es normal rechazar un reconocimiento. Por lo general soy crítico con los gobiernos, pero las políticas del actual me disgustan especialmente. Aunque me negué sobre todo porque los gobiernos utilizan el éxito de artistas o deportistas para lavar su imagen”.
Kore-eda se muestra preocupado por un crecimiento de la desigualdad en su país. “Se trata de algo que el gobierno japonés no reconoce, pero la verdad es que la pobreza está aumentando. Japón es posiblemente uno de los países desarrollados que menos dinero dedica a la educación de los niños”.
El actor canadiense Ryan Gosling a su llegada al Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
/Vincent West
El realizador japonés Hirokazu Koreeda posa durante la presentación de su película Manbiki Kazoku.
/Juan Herrero
El realizador Hirokazu Koreeda (izquierda) posa junto al actor Lily Franky durante la presentación de su película Manbiki Kazoku.
/Juan Herrero
La actriz Rossy de Palma se fotografía con fans a su llegada al hotel que aloja a los invitados del Festival de Cine de San Sebastián.
/Javier Etxezarreta
La directora de cine suiza Claire Denis a su llegada al hotel que aloja a los invitados de la 66 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde presenta High life en la sección oficial.
/Javier Etxezarreta
El actor Keyvin Martinez posa para los medios durante la presentación de Yuli.
/Vincent West
La directora Icíar Bollaín posa con los actores Carlos Acosta y Keyvin Martinez durante la presentación de Yuli, que compite en la sección oficial del festival.
/VINCENT WEST
La actriz Andrea Frigerio posa durante la presentación de Rojo, que compite en la sección oficial del festival.
/Juan Herrero.
El actor Alfredo Castro posa durante la presentación de Rojo, que compite en la sección oficial del festival.
/Juan Herrero
El actor Dario Grandinetti posa durante la presentación de Rojo, que compite en la sección oficial del festival.
/Juan Herrero.
El director Benjamin Naishtat (segundo por la izquierda) posa junto a los actores Alfredo Castro (izquierda), Andrea Frigerio y Dario Grandinetti durante la presentación de Rojo.
/Juan Herrero
El director Benjamin Naishtat (segundo por la izquierda) posa junto a los actores Alfredo Castro, Dario Grandinetti y Andrea Frigerio durante la presentación de Rojo.
/Juan Herrero.
El equipo de Rojo, que compite en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
/Juan Herrero
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, durante su participación en el acto de firma de la Carta por la Paridad y la Igualdad en el Cine.
/Javier Etxezarreta
La presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) Cristina Andreu, ha participado en el acto de firma de la Carta por la Paridad y la Igualdad en el Cine.
/Javier Etxezarreta
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, el ministro de Cultura y Deportes, José Guirao, el alcalde donostiarra, Eneko Goia, la presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) Cristina Andreu, y el director del certamen, José Luis Rebordinos, han participado en el acto de firma de la Carta por la Paridad y la Igualdad en el Cine.
/Javier Etxezarreta
El actor Allen Dizon durante la presentación de Alpha, the right to kill, que compite en la sección oficial del festival.
/Javier Etxezarreta
El director Brillante ma Mendoza durante la presentación de Alpha, the right to kill, que compite en la sección oficial del festival.
/Javier Etxezarreta
El director Brillante ma Mendoza (segundo por la derecha), el actor Allen Dizon (segundo por la izquierda), el guinista Troy Espiritu (derecha) y el productor Carlo Valenzona durante la presentación de Alpha, the right to kill.
/Javier Etxezarreta