Un festival de primera categoría que sube el telón con una comedia romántica es casi una anomalía. Pero todo se explica por la magnética presencia de Ricardo Darín que, en El amor menos pensado, revuelve sobre la idea del amor (y sus insatisfacciones) a los cincuenta y mucho. Dirigida por el argentino Ricardo Vera, es un arranque amable y poco más para San Sebastián, que se viste de largo para la gala de inauguración de esta noche (en directo a las 21:30 h. en La 2 y RTVE.es).
“Mucha gente comete el error de calificar a la comedia como género menor”, señala el actor en una entrevista para RTVE.es. “Es el más difícil de los géneros. Y la comedia romántica ya, ni hablar”, añade.
Darín y, Mercedes Morán, otra estrella absoluta en el país austral, encarnan a una matrimonio frente al decisivo momento del ‘nido vacío’. Su hijo se va a estudiar a España y la pareja se asoma a una nueva era con sus peligros abisales. Tirando por la calle de en medio, rompen y se lanzan a vivir nuevas experiencias, rodeando por el camino los límites de la definición del amor y deseo. ¿Qué es?
“No estoy en condiciones de contestar si no está presente mi abogado”, bromea Darín. “La película se detiene a hacer un escueto muestrario de versiones posibles de qué es el amor. Y hace una diferencia entre el impacto del amor inicial y el amor sostenido a través del tiempo, alimentado, dedicado, y puesto a prueba”.
Más allá de la ironía de la película con los lugares comunes del género, El amor menos pensado aborda dos movimientos de la sociedad (occidental de clase media) mundial.
Primero, el cuestionamiento del molde del amor romántico como relato dañino. “Escapa al lugar común de la comedia romántica por muchos motivos”, detalla Morán. “Me parece todo muy contemporáneo. No tiene esa cosa nefasta del romanticismo. Esas cosas comunes del amor romántico del que hemos sido víctimas. Es una pareja real. También es importante que el hombre solo siempre tuvo mejor prensa que la mujer sola”.
Y, segundo, la evolución del estilo de vida que alarga rasgos tradicionalmente asignados a la juventud (búsqueda de metas personales y profesionales) a edades adultas.
“Sí, es estar en funcionamiento y caminando. La clave está en no dejar de aprender”, apunta Darín. “Si pudiéramos vivir cada día de nuestras vidas con la sensación que es un día único e irrepetible, y que lo mejor que puede ocurrir es la sensación de haber aprendido algo, difícilmente podemos sentirnos aburridos o tediosos. La meta es eso: la meta es el camino”.
Y como muestra, dos botones: El amor menos pensado es la primera película del veterano Vera como director, y la primera de Darín (junto a su hijo Chino Darín) como productor. "No nos acabamos nunca. Sería lo ideal. Me parece esencial sentir que algo bueno y mejor puede venir", remata Vera.