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Elecciones generales 2016

El PP aumenta su ventaja hasta 137 escaños impulsado por el voto útil

JOSÉ Á. CARPIO
7 min.

El Partido Popular ha ganado las elecciones generales de 2016 con el 33,03% de los votos y 137 escaños mejorando de forma notable el resultado obtenido el 20D (28,72% y 123 escaños). Un éxito electoral pendiente de confirmarse políticamente, porque estos números son aún insuficientes para garantizar a Mariano Rajoy seguir en la Moncloa, abocado de nuevo a pactos o consentimientos que no parecen fáciles de conseguir.

Impulsado por estas cifras, ha reivindicado su prerrogativa para tratar de poner en marcha una coalición de gobierno. "Hemos ganado las elecciones y reclamamos el derecho a gobernar", ha sentenciado un Rajoy que no ha podido ocultar su euforia en el 'balcón de la victoria' ante cientos de simpatizantes de su partido, hasta el punto de botar varias veces y plantar un beso en la boca a su mujer, Elvira Fernández, en un gesto público desacostumbrado en él.

"A partir de mañana tendremos que empezar a hablar con todo el mundo y lo haremos, con el único horizonte de defender a España y al cien por cien de los españoles. Es para lo que estamos aquí", ha proclamado pasada la medianoche, acompañado de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría; la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y los principales miembros de la dirección del partido.

En este momento, su posición, con 14 escaños más, es netamente mejor para afrontar las negociaciones para una investidura que evite las que serían las terceras elecciones. El PP puede decir que ha cosechado uno de cada tres votos emitidos este 26J, un total de 7,9 millones, cerca de 700.000 más que en las elecciones del 20D, con lo que Rajoy aumenta su ventaja sobre sus rivales políticos.

El PP sale así reforzado pese a que el que podía ser su aliado 'natural', Ciudadanos, ha experimentado una caída que contrarresta su mejoría en términos de bloques. Con todo, la suma de PP y C's, que es ahora de 169 escaños (eran 163 en diciembre) se amplía respecto a los 156 que reúne el bloque de izquierdas de PSOE y Unidos Podemos (161 en diciembre, contando a IU).

Ahora bien, las opciones son las mismas que a comienzos de año: gobierno con el PSOE apoyado o no por Ciudadanos, o gobierno en minoría con la abstención del PSOE. Sigue sin estar garantizada la formación de un gobierno viable, pero este resultado ha sido saludado como una "gran victoria" por parte de la dirección 'popular' y fue celebrado con alborozo por los cientos de simpatizantes del PP que se arremolinaron bajo el balcón de la sede del partido en la calle Génova de Madrid.

Jóvenes simpatizantes del PP se hacen un selfie junto a la sede del partido. AFP

"Se nota, se siente, Mariano presidente", "Yo soy español, español, español", o incluso "Sí se puede", el grito electoral de Unidos Podemos, coreaban, agitando banderas del partido, de España y de la Unión Europea y bailando al ritmo de la música disco, interrumpiendo a un Rajoy que, a la espera del Comité Ejecutivo Nacional de su partido este lunes, se ha limitado a prometer que "ahora de lo que se trata es de ser útil al cien por cien del pueblo español" tanto a los que le han votado como a los que no. "A disposición de todos estamos nosotros", ha enfatizado.

Gana la llamada al voto útil

Aunque la gobernabilidad de España siga siendo una incógnita, una lectura está clara en el caso del PP: ha funcionado la llamada al voto útil, y el actual presidente en funciones está crecido en votos y escaños para hacer valer sus postulados en la futura formación de un Ejecutivo.

Los electores han girado de nuevo al centroderecha por encima de las previsiones de la mayoría de encuestas públicas y privadas. El PP ha recogido los frutos de la concentración del "voto moderado" en torno a su partido que ha invocado durante la campaña, a lo largo de la cual ha subrayado que votar a Ciudadanos no aportaba escaños en media España y sí se los restaba a los 'populares'.

El mensaje ha calado sin duda en parte del electorado, cuyo realineamiento -sumado al efecto de la coalición de Podemos e IU- ha inutilizado los votos al partido naranja en no pocas circunscripciones.

No han afectado, en cambio, los últimos casos de corrupción: desde los últimos descubrimientos de la trama Púnica, la presunta financiación ilegal del PP en la Comunidad Valenciana, la dimisión del ministro de Industria, José Manuel Soria, por su vinculación con los papeles de Panamá; o el último escándo de las conversaciones grabadas en el despacho del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que estalló a cuatro días de las elecciones.

Asimismo, el liderazgo de Rajoy, al que se ha querido apear como condición para formar gobierno, no se ve resentido en absoluto y logra un amplio respaldo por parte de los votantes de su partido, un 'voto duro' recuperado pese a los meses de bloqueo institucional y la renuncia por dos veces del presidente en funciones a presentarse a la investidura.

Un mapa electoral más azul que en diciembre

De hecho, si Mariano Rajoy reivindicaba que se deje gobernar al partido más votado, gana argumentos para ello. Ahora puede defender que su formación es la primera en 40 provincias (ganó en 37 en diciembre) y la más votada en 15 de las 17 comunidades autónomas -todas menos Cataluña y País Vasco-.

Vista general de la calle Génova, donde el PP ha celebrado su victoria electoral. REUTERS

Es más, a diferencia de lo ocurrido en diciembre, el PP se ha convertido en la primera fuerza en Andalucía y Extremadura, ganando en ambas al PSOE en votos y escaños, y optimizando un realineamiento de votos menos numeroso que el de sus rivales. Todo un éxito para los estrategas electorales de la calle Génova, alcanzado a base de explotar al máximo las cualidades de la fórmula electoral d'Hondt.

Así, en Andalucía, mejorando 24.000 votos en Sevilla y 14.000 en Almería, los 'populares' rebañan dos escaños, los mismos que cede el PSOE al dejarse más de 120.000 apoyos en su feudo tradicional y le propina el famoso 'sorpasso' a Susana Díaz, con 23 escaños frente a 20 de los socialistas.

Más aún, en Extremadura, con solo 12.000 votos más en Badajoz que hace seis meses, el PP se convierte en la fuerza más votada en la comunidad al arrebatarle un escaño en esta circunscripción al PSOE, que se dejó 15.000 votos.

El PP exprime el reparto de los restos

Con precisión quirúrgica, en Castilla-La Mancha ha crecido también el PP a costa de los votos que obtuvo Ciudadanos el 20 de diciembre. Ha ganado dos escaños más, en Toledo y Guadalajara, y para ello le han bastado nueve mil votos a mayores en la capital castellano-manchega (los naranjas perdieron seis mil) y casi cinco mil en Guadalajara (tres mil cedió el partido de Albert Rivera): el resultado, los 'populares' crecen hasta 12 escaños, mientras que Ciudadanos termina sin los tres que cosechó entonces.

Y en sus plazas más importantes, el PP también ha reforzado su presencia. En la Comunidad de Madrid, con apenas 100.000 votos más, el PP sube de 13 a 15 diputados, beneficiado por la pérdida de apoyos del resto de sus rivales.

Mientras, en la Comunidad Valenciana, los 'populares' han aumentado su ventaja en las tres provincias y han obtenido dos parlamentarios más, uno en Valencia -el que se añadía por el aumento de población- y otro en Alicante, hasta subir a 13, una victoria que la líder del partido en la comunidad, Isabel Bonig, atribuyó a que han recuperado "el voto de cabreo" que se fue a C's y a antiguos votantes que se quedaron en casa en diciembre.

En Castilla y León, el PP consigue un diputado más, hasta los 18 (resultado de casi 640.000 votos), y lo hace de nuevo en detrimento de la representación de Ciudadanos, merced a los 8.000 votos más sumados en la provincia de Salamanca (el partido naranja se ha dejado allí unos 3.500 y en toda la región solo pudo transformar en un escaño sus más de 200.000 votos).

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