Como hemos comprobado a lo largo de cuatro ediciones, las pruebas por equipos son retos muy complicados en Maestros de la Costura. Los aprendices tienen que escoger tejidos y confeccionar una réplica lo más exacta posible de prendas diseñadas y confeccionadas por grandes creadores. Además, lo tienen que hacer en tiempo récord, con toda la tarea de coordinación por parte de todos los aprendices que implica. Sin embargo, la prueba por equipos celebrada en Jeanología (Valencia) ha sido algo diferente y, sin duda, todo un éxito.
Maestros de la Costura: coser tela de vaqueros ecológicos
El reto ha comenzado con la elección de equipos. Borja y Pablo, los dos mejores aspirantes que mejor han colocado una cremallera invisible en sus vestidos durante la primera prueba de la noche, han sido designados capitanes de los equipos. Pero a la hora de añadir aprendices a sus equipos, han tenido que comprar su valor en tiempo. Lili ha sido la última aprendiz en unirse a un equipo y lo ha hecho después de que Borja prefiriera quedarse con 20 minutos más de tiempo a cambio de renunciar a ella. Sin duda alguna, la chapita que se ha encontrado y que ella creía que le iba a dar suerte no ha tenido el efecto deseado.
La chapita de la mala suerte de Lili
Tras formar equipos, los aprendices han diseñado una prenda que debía de contar con varios tejidos vaqueros. Además, debían añadirle estampaciones con diferentes texturas, desgastados y efectos de lavado. Mientras que Pablo ha notado los estragos de su primera vez como capitán, Borja ha sabido distribuir las tareas de forma correcta.
Un vestido de boda vaquero en Maestros de la Costura
En el caso de Pablo, han tratado de hacer una reinvención de un vestido de boda. La idea inicial era esta, pero a mitad del cosido, parte del equipo ha cambiado de idea y ha decidido apostar por un dos piezas. En cambio, algunos integrantes del equipo verde no se han enterado. “Yo siempre pensé que sería un dos piezas”, ha confesado Lluís. “Yo siempre vi desde el principio que muy claras las cosas no las teníais”, ha añadido Caprile, que ha recordado a Pablo que la última decisión era suya. Pese a que el aprendiz se ha puesto nervioso, finalmente ha conseguido coordinar todas las tareas de confección.
Un dos piezas con kimono vaquero
Por otro lado, desde el inicio del cosido, Borja ha repartido las tareas entre todos los aprendices. Ha encargado a Isabel Gomila el diseño y la confección de un kimono, mientras que Eduardo Navarrete ha sido el responsable de la estampación de prints. Anthony, Jesús y el propio Borja han cosido el resto del vestido, con los metros y metros de volantes que conllevaba.
Un cosido más calmado; otro con más movimiento. Poco a poco, Pablo ha reconducido a su equipo y todos los aprendices han logrado algo que nunca antes había sucedido en Maestros de la Costura. Mientras Raquel cantaba el último minuto de la prueba, todos veían cómo sus creaciones estaban ya terminadas y colocadas en los maniquíes. Un último minuto de lo más peculiar que ha terminado con una cuenta atrás y una increíble ovación por parte de aprendices y jueces. “Primera vez en Maestros de la Costura que canto un tiempo con todo puesto”, ha indicado Raquel.
Los jueces lo han tenido muy difícil para escoger al equipo ganador, pero se han decantado por el equipo encabezado por Borja. Han querido destacar el trabajo de Eduardo Navarrete al considerar que su aportación ha sido imprescindible para conseguir una prenda de pasarela. A Eduardo casi se le saltan las lágrimas y, sobre todo, ha conseguido sacarse la espinita de no haber recibido nunca este reconocimiento en la primera edición del talent. “Con la fama que me precede y lo duras que son las pruebas por equipos, no me veía siendo el mejor”, ha destacado.