"Lo importante en la vida es ser, no tener. Pero en esta profesión hay imágenes que cuentan mucho", explicaba Bibiana Fernández la última vez que visitó 'Maestros de la costura', que la ha vuelto a recibir con todos los honores que se merece. La artista representa mejor que nadie el espíritu y el inagotable poder de la moda. Su armario es la envidia de media España, igual que su actitud ante la vida y su control sobre sí misma.
Bibiana ha paseado por Berlín junto a Wim Wenders y ha posado junto a Madonna o Jean Paul Gaultier. En lo personal y en lo profesional, sempre ha estado rodeada de los más grandes nombres: Juanito Navarro fue su padrino en el teatro, Padro Almodóvar en la pantalla, y conoció los entresijos del mundo de la costura de mano de Manuel Piña y David Delfín, las dos figuras adoradas y ausentes que marcaron para siempre su relación con la moda.
Pero toda su historia es la obra de una única artista: ella misma, que siempre ha sabido quién era, qué quería y a quién. "Siempre quiero más cosas, como Chavela Vargas", que decía en una entrevista; algo que no ha cambiado con los años. "Nos gusta el titiriteo, qué le vamos a hacer. Son 45 años los que llevo ya dando tumbos por las carriolas estas, pero adoro mi profesión y espero dar mucha guerra".
Moda, identidad y reinvención constante
El pasado 13 de febrero, Bibiana Fernández cumplía 67 años sobre el escenario del Teatro Calderón haciendo La última tourné, su espectáculo con Mario Vaquerizo y Alaska. Y antes de empezar el espectáculo se tiñó de platino como Marilyn Monroe: "Porque creo que las vedettes tienen el alma rubia".
Aunque todo en su estilo tiene un punto de origen claro y una razón de ser, la identidad también es susceptible de reinventarse sobre la marcha: "Me produce mucho miedo la gente que no tiene dudas, los grandes dictadores no tienen dudas. Yo tengo dudas existenciales cada día", cuenta en una conversación para la firma Yolancris. "Siempre cuando ha habido algo que no me ha gustado he intentado cambiarlo, y si no he intentado vivir con ello. Vivo en un proceso de cambio permanente y la moda siempre ha estado al servicio de eso. El mundo de la moda últimamente va a mucha velocidad".
"Yo tengo más años que la tarara, tengo mil años, tengo un porrón de años, pero tengo curiosidad desde que eché los dientes", explica Bibiana, que siente pasión por la moda desde mucho antes de convertirse en el fenómeno que fue Bibi Andersen. En la entrevista remite a su humilde infancia en Tánger: "Mi padre era taxista, yo vivía en un patio de vecinos, no era una señora que tuviera cultura o acceso a la moda. Pero lo que sí tenía era una curiosidad tremenda".
"Cuando te gusta la moda realmente tú te informas sobre la moda por el placer de disfrutarla, como si te gusta el deporte o la cocina. Cuanto más conoces de las cosas, más las disfrutas".
"Cuando Tom Ford dejó Gucci yo me quedé un poco viuda"
Cuando visitó Maestros de la costura 3, con el pelo teñido de color rosa y un vestido de tul de Giambattista Valli, su colección de piezas de alta costura fue uno de los temas de conversación. "Cuando Tom Ford dejó Gucci yo me quedé un poco viuda", dijo a los aprendices, y confesó su pasión por los bolsos. "Esto es como los relojes, que lo bueno pesa".
Bibiana Fernández cita a Montana, Thierry Mugler, Gianfranco Ferré y John Galliano como sus otros diseñadores de cabecera y, dentro del panorama nacional, los trabajos de Juanjo Oliva y David Delfín o de María Escoté, que firma muchas de las piezas con las que la vedette se ha presentado en público.
Su experiencia interna del mundo de la moda, desde las páginas de las revistas o las pasarelas, convive con la distancia desde la que mira una apasionada espectadora. "Yo tenía una agenda en la que guardaba los recortes de lo que veía en las revistas y me gustaba", cuenta en una entrevista con SModa en la que ahondó en su gusto y en los rasgos de su amplia colección. "Luego salía de tiendas".
Es una mujer pragmática, y cuando su situación económica empeoró puso freno radical a esta costumbre: "La crisis vino con fuerza y ya no puedo hacer locuras, pero las he hecho", y luego rectificaba: ¿acaso no es análoga su figura a la de un coleccionista de arte? "Siempre he pensado que comprar ropa no es gastar, sino invertir. Y ahí están mis inversiones. Creo que buena parte de mi patrimonio es mi vestuario".
Su afán coleccionista comenzó cuando un amigo que cosía para la alta sociedad, Antonio Nieto, comenzó a hacerle ropa y Bibiana "se aficionó a las cosas buenas". Su historia sobre la pasarela se relaciona con otra amistad: el diseñador Manuel Piña, otro de los iconos de la Movida madrileña, que vistió a las apodadas 'chicas Almodóvar' e hizo de ella su musa y su modelo.
Piña murió en 1994 y ella no volvió a desfilar hasta 2016, cuando sorprendió protagonizando el desfile de Andrés Sardá en la Madrid Fashion Week. "Hacía mil años que no me subía a una pasarela. Bueno, mil años o más: desde Piña". En una entrevista con Flash Moda, repasaba su emotiva relación con esta disciplina, inseparable de la amistad y el duelo.
Primero, Bibi; después, Bibiana
La primera etapa de su carrera estuvo marcada por decisiones difíciles y trabajos a la altura del deficiente nivel de la época, pero ya entonces demostraba su inmensa sensatez y una digna autoconsciencia. "Si dijera sólo mis virtudes quedaría algo presuntuoso, y de decir mis defectos ya se encargan los demás", decía en 1985 en su Autorretrato con Pablo Lizcano. "Yo no lamento nada de lo que he hecho en mi vida, porque no tendría sentido: lo hice".
"La vida no ha sido fácil, la vida no es fácil para nadie, y a mí es verdad que me rodean unas circunstancias particulares. Pero no me quejo, creo que es mucho más difícil la vida de una ama de casa que tiene cuatro hijos y un marido en el paro que la mía. Aunque he tenido problemas, he tenido compensanciones. La vida es muy dura, así que yo no me quejo: estoy en un lugar de privilegio".
Detrás de ella tenía su papel en Cambio de sexo, la cuestionable película de Vicente Aranda, y por delante los éxitos que le harían recuperar el nombre de Bibiana Fernández: Sé infiel y no mires con quien, Matador, La ley del deseo o, ya en 1991, los Tacones lejanos de Pedro Almodóvar que no existirían sin ella.
"Durante mucho tiempo me dediqué a construir mi propio personaje, a ser quien soy; no como ficción, sino como realidad. Todo mi esfuerzo estaba puesto ahí y además conseguí hacer de mí la mujer que quería ser. Cuando he hecho de otras mujeres ha sido porque no eran de una sola manera, sino que a través del tiempo y de las circunstancias han ido cambiando, como yo".
Bibiana se ha reinventado como personalidad televisiva, presentadora, tertuliana y concursante, y en TVE la hemos visto en espacios como 'Muchas gracias' o 'MasterChef Celebrity'. En el episodio de esta noche de 'Maestros de la Costura' la vemos bromear sobre una edad que acepta con naturalidad y a la que se enfrenta con la disciplina de quien no tiene tiempo que perder. En el programa ha estado uno de sus diseñadores preferidos Roberto Diz, del que tiene varios vestidos en el armario. Para el gallego, que esta diva lleve sus diseños es un honor.
"Bibiana es una de las mujeres más espectaculares y guapas de este país, tiene cultura e inteligencia, y a mí me gusta vestir a mujeres inteligentes. Pero sobre todo es un icono, no cabe duda", dice.
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