La cuarta edición de Maestros de la Costura va evolucionando y cada vez conocemos más a los aprendices. Ya empezamos a ver que Nani se preocupa únicamente por ella misma y que Álvaro, el boxeador, tuvo que abandonar el programa. Una lástima ya que seguramente tuviera el perfil más excepcional de esta temporada.
Dos semanas de programa y nos vamos dando cuenta de qué pie cojea cada uno, y con la primera prueba de la noche ya empezamos a intuir las amistades que se están forjando. El reto consistía en confeccionar una prenda por parejas inspirada en el diseñador Jesús del Pozoos propios concursantes tenían que elegir a su compañero y todos lo tuvieron claro, menos Álvaro, que se quedó solo.
Las parejas quedaron así: Nani y Javier, Ancor y Gabriel, Mily y Laura, Ana con Yelimar y finalmente, Lluís con Fermín. La verdad que salvo por Álvaro, los emparejamientos quedaron bastante igualados y el dúo Lluís y Fermín fue todo un show.
Dios los crea y ellos se juntan
Al principio, cuando vieron que Álvaro se quedaba solo para la prueba le propusieron unirse a ellos varias veces, pero Álvaro se mantuvo firme, plantado y mirando al fondo. Pero cuando ya estaban todos emparejados, Lluís empezó a tener remordimientos: “Me sabe mal por Álvaro, me estoy sintiendo hasta mal, di algo Fermín, di algo”. Y Fermín le aviso: “Deja esas emociones apartadas porque esto nos hunde vivas cari”.
Al ver los equipos, Caprile les dijo que hacían una pareja maravillosa y Fermín le avisó que ni ellos mismos se lo esperaban: “No nos lo esperábamos porque cuando nos conocimos nos caímos fatal, yo pensé que la pija catalana esta me arruina el concurso”. Y entre risas, Lluís definía su relación con ambos: “Fermín es como si fuera un mejor amigo muy pesado que se te mete en casa y no te lo sacas ni con agua caliente, y Álvaro es como si fuera un hermano de sangre”.
Lluís ha encontrado la felicidad en Maestros de la Costura
La verdad que el dúo se compaginó muy bien desde el boceto inicial hasta el último remate pero su momento llegó al punto álgido cuando Ana Belén se pasó por su pequeño taller para ver cómo les iba. Lluís no pude resistirse a decirle que le parecía perfecta y los jueces empezaron a notar un cambio de actitud en el aprendiz.
Pues no fueron por mal camino ya que el propio Lluís también admitía que sus sensaciones iban para mejor: “Vine muy serio sintiendo que no era mi lugar y no sé lo que está pasando que cada vez disfruto más, estoy feliz”. Les pudimos ver en un ambiente bastante distendido y María Escoté se atrevió a definir al aprendiz como “clásico pero vanguardista” e incluso entre broma y broma le dijo: “Ya hablas como una tieta”.
Lluís estuvo a punto de quedarse en la ferretería de su familia
Fue al final de la prueba, cuando les pusieron un nuevo mote. Palomo no podía evitar reírse cuando les vió juntos quiso definirles: “Yo aquí veo dos señoronas de pies a cabeza”. La única pega que les pusieron a su prenda final era que no era lo que habían pedido, no siguieron el estilo de Jesús del Pozo aunque el vestido estaba muy bien logrado.
Lluís confesó delante de todos que tendría que ser comercial de la ferretería de su padre pero finalmente prefirió seguir con su camino: “A veces es más valiente empezar de cero, saber que todo lo que tienes es tuyo”. Todos coincidieron con Lluís, incluso su amigo Fermín le definió como “El Maestro de la Costura”.
Aunque ambos estaban convencidos que tendrían la puntuación más alta, no fue así. Su trabajo fue muy bueno pero no se acercaba a lo que pidieron los jueces. Caprile les puntuó con un 7 y un 8 y dijo que su vestido no era del estilo de Jesús del Pozo pero sí de “las titas de Maestros de la Costura”.