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El independentismo acude al 12M más dividido que nunca y sin garantías de repetir la mayoría absoluta

DIANA FRESNEDA
8 min.

El adelanto electoral en Cataluña ha pillado con el paso cambiado a los partidos independentistas. Acuden a la cita del 12 de mayo enfrentados, tras la salida de Junts del Govern a mitad de legislatura y tratando de imponer su relato tras los acuerdos con el Gobierno central, sobre todo en lo referente a la ley de amnistía; están más divididos que nunca, con hasta cuatro formaciones con opciones de sumar escaño; y no cuentan con garantías de repetir la mayoría absoluta de la pasada legislatura, tal como adelantan las encuestas.

A su vez, el apoyo a la independencia de Cataluña lleva años en retroceso y se encuentra actualmente en mínimos históricos. Según el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat -el conocido como CIS catalán-, solo un 42% de ciudadanos elegiría la papeleta del 'sí' en un hipotético referéndum frente al 49% que se alcanzó tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Sin olvidar la caída electoral del movimiento en las últimas municipales y generales, impulsada por la campaña a favor de la abstención del sector más radical, que dejó a los socialistas como primera fuerza.

Desconfianza mutua y reproches de falta de lealtad

El punto de inflexión durante esta legislatura fue la ruptura del Govern formado por ERC y Junts en octubre de 2022. En un clima de desconfianza mutua, la formación de Carles Puigdemont decidió pasar a la oposición y entrar en el cuerpo a cuerpo con el que hasta entonces había sido su socio de gobierno durante las tres últimas legislaturas.

Se sucedieron entonces los reproches por la falta de “avances hacia la independencia” y las críticas por el diálogo de los republicanos con los socialistas a nivel nacional. Después llegaron las elecciones generales y la investidura de Pedro Sánchez, que hizo entrever un acercamiento tras el pacto a tres bandas para la aprobación de la ley de amnistía; pero fue un mero espejismo: a los pocos días, las formaciones soberanistas se volvieron a embarcar en una lucha sin cuartel por el relato de quién tuvo la última palabra.

Hoy, la separación entre Cataluña y España es el único punto de encuentro de un independentismo que acude a las urnas sin una hoja de ruta concreta, más allá de la intención de celebrar un referéndum de autodeterminación. A esto se une la pugna por liderar el espacio soberanista, que hasta ahora lo encabezaba ERC pero que las últimas semanas ha ido perdiendo terreno en favor de Junts+, de acuerdo a los sondeos.

Pugna por liderar el espacio independentista

Con este objetivo, ERC ha arrancando la campaña electoral reivindicando el trabajo realizado durante estos últimos casi tres años al frente de la Generalitat, mientras destacan el carácter dialogante de su candidato y su rechazo a las estridencias. Será el presidente del partido, Oriol Junqueras, en la cárcel por el ‘procés’ durante 3 años y casi 8 meses e indultado por el Gobierno de Pedro Sánchez, el encargado de aportar la dosis de épica necesaria para frenar el llamado ‘efecto Puigdemont’.

Y es que la irrupción del ‘expresident’ como candidato desde el extranjero (aún tiene varias causas pendientes con la Justicia española) puede convertirse en el revulsivo que parte del electorado independentista necesita para acudir a las urnas, tras la caída electoral en Cataluña del movimiento en las municipales y en las generales, con un PSOE que casi triplicó sus resultados (19 escaños frente a los 7 de ERC y Junts).

Conscientes de su tirón, Junts ha cedido todo el protagonismo a su candidato: su apellido aparece en el nombre de la candidatura y su cara estará plasmada en las papeletas. La cita del 12 de mayo será un ahora o nunca para Puigdemont, que ha anunciado que volverá a Cataluña para la sesión de investidura aunque no tenga las garantías de no ser detenido (ya que la amnistía podría seguir en tramitación por esas fechas) y ha dejado entrever que en caso de no ser elegido presidente no se ve "como jefe de la oposición" por lo que podría dejar la política activa.

En el caso de la CUP-DT, ha renovado su lista y ha elegido por primarias como candidata a la actual diputada por Tarragona Laia Estrada, en sustitución de Dolors Sabater. Abanderada de la lucha en contra del proyecto del Hard Rock, Estrada también es conocida por su defensa de la sanidad pública, del derecho a la vivienda y su implicación en el movimiento feminista.

Cuatro partidos pueden tener representación en el Parlament

Pero no serán los únicos candidatos con opciones este 12 de mayo. La división en el seno del independentismo ha provocado, a su vez, la fragmentación del escenario político y hasta cinco partidos pugnarán por entrar en el Parlament. 

Así, a ERC, Junts+ y la CUP-DT se suman dos actores que podrían segmentar aún más el voto: Aliança Catalana, el partido de ultraderecha de la alcaldesa de Ripoll (Girona), Silvia Orriols; y Alhora, de la exconsellera y eurodiputada de Junts Clara Ponsatí. 

El principal perjudicado de la irrupción de estas formaciones será el partido de Carles Puigdemont, al que le pueden robar un puñado de papeletas decisivas para avanzar en el objetivo de liderar el independentismo. 

De momento, las encuestas pronostican que Aliança Catalana entraría en el Parlament con un escaño, según el promedio elaborado por DatosRTVE. Desde Junts no contemplan todavía esta opción, mientras que ERC, la CUP-DT y los ‘comunes’ se han comprometido a "no colaborar de ninguna forma" con ellos.

Pero, ¿qué dicen las encuestas?

Los últimos sondeos pronostican que Junts+ liderará el bloque independentista con 32 escaños, los mismos que en los pasados comicios. La formación de Carles Puigdemont daría el ‘sorpasso’ a los republicanos y se situaría como segunda fuerza, por detrás del PSC. ERC, por su parte, cedería una posición y caería de los 33 a los 28 escaños; mientras que la CUP perdería un tercio de su fuerza hasta los seis asientos.

Los pactos serán decisivos

Ante este contexto, los pactos serán de nuevo decisivos. El que gana más enteros es el del PSC, ERC y los ‘comunes’, que sumarían 74 escaños. De momento, Salvador Illa no se casa con nadie y deja abierta prácticamente todas las opciones, salvo ser presidente con los votos del PP y de Vox. 

Más reticente se muestra ERC, quien ve muy alejados los postulados de ambos partidos y fija como líneas rojas el referéndum y la financiación, aunque ha sido en el PSC en quien se ha apoyado este último año de Gobierno en solitario. Mientras que la candidata de Comuns Sumar, Jéssica Albiach, únicamente rechaza gobernar con el PP, Junts y la extrema derecha.

También estaría sobre la mesa un acuerdo entre ERC, Junts+ y la CUP-DT, aunque en esta ocasión los sondeos no le otorgan la mayoría absoluta necesaria para gobernar (68 escaños). Según el promedio elaborado por DatosRTVE, el bloque secesionista se situaría en los 66 asientos (67 sumando a Aliança Catalana) y se quedaría prácticamente sin opciones, a lo que habría que añadir el enfrentamiento entre las dos principales fuerzas independentistas como otro escollo difícil de salvar.

Conscientes de ello, desde Junts+ ya abren la puerta a la posibilidad de gobernar con mayoría simple en caso de quedar como primera fuerza: “Se ha gobernado Cataluña con 33 diputados —en referencia al actual Govern de ERC— y creo que el independentismo sumará bastante más que eso, y si no tenemos mayoría nos acercaremos mucho”, resaltó Puigdemont, quien en las últimas semanas ha tendido la mano a Aragonès con el objetivo de “unir al independentismo”.

Los republicanos, sin embargo, no se fían de estas palabras y reprochan al ‘expresident’ que la unidad del independentismo “no se predica”, sino que “se practica”, haciendo alusión a la ruptura del Govern hace poco más de un año. Mientras que la CUP-DT ha hecho un llamamiento a ambas fuerzas a "abandonar el intercambio de cromos con el PSOE" y a "recuperar el diálogo en Cataluña".

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