El PSC de Salvador Illa busca dar el golpe de efecto definitivo este 12 de mayo, después de ganar las elecciones en 2021 dando el ‘sorpasso’ a las formaciones independentistas —aunque sin opciones de gobernar dada su mayoría absoluta—. En esta ocasión, los socialistas parten como favoritos y, con los soberanistas enfrentados y divididos, aspiran a retomar el control de la Generalitat para pasar página de una vez por todas del ‘procés’ y poner fin a la "década perdida" de los gobiernos de Junts y ERC.
Una victoria de los socialistas catalanes el próximo 12M respaldaría, a su vez, la estrategia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apenas unos días después de anunciar su continuidad en el cargo tras cinco días de reflexión. Un periodo que abrió por carta a la ciudadanía a raíz de una denuncia de Manos Limpias contra su mujer y en el que ha estudiado "si merecía la pena soportar el acoso" que, según ha dicho, sufre su familia "desde hace diez años".
Precisamente, la decisión de Sánchez de cancelar su agenda coincidió con el arranque de la campaña catalana y, con ella, saltó por los aires la planificación de los socialistas para estos 15 días hasta las elecciones. Lejos de la intención de Salvador Illa de poner en el epicentro de su discurso la gestión y los servicios públicos, los mítines del PSC se centraron en pedir al jefe del Ejecutivo que se quedara, conscientes de lo complicado que sería afrontar la campaña con la salida abrupta del presidente del Gobierno.
La gestión, en el centro de su discurso
Ahora, superados estos cinco días de vértigo, el PSC aspira a retomar el hilo de su campaña centrado en hablar de temas como la sequía, la sanidad, la educación o las infraestructuras. El candidato, con un estilo dialogante y bajo el lema de “unir y servir”, busca un “cambio tranquilo” al frente de la Generalitat para dejar atrás "diez años perdidos" de la mano de gobiernos independentistas. "Que ellos pasen a la oposición le iría bien al país", ha augurado.
Para ello, se valdrá de su experiencia al frente del Ministerio de Sanidad y defenderá la “política útil” que a su juicio ha llevado a cabo durante estos casi tres años como líder de la oposición, sobre todo cuando Junts se divorció de ERC en mitad de la legislatura y los socialistas se abrieron a pactar varias normas con los republicanos, entre otras, los Presupuestos —que finalmente decayeron por la negativa de los ‘comunes’ a dar su apoyo y provocaron el adelanto electoral—.
No obstante, está por ver cómo afectará en los resultados del PSC otros asuntos que han marcado la agenda política a nivel nacional como la aprobación de la ley de amnistía o los sumarios que vinculan al Ministerio de Sanidad con el ‘caso Koldo’. De momento, Salvador Illa ha tenido que comparecer en las comisiones de investigación del Congreso y del Senado y desde ERC ya advierten: no pactarán con los socialistas si se demuestran vínculos entre su candidato y Koldo García.
El PSC no gobierna la Generalitat desde hace 14 años
Hace catorce años que los socialistas no gobiernan en Cataluña. Lo hicieron entre 2003 y 2010 junto a ERC e ICV, en el llamado ‘tripartito’ capitaneado primero por Pasqual Maragall y, posteriormente, por José Montilla.
En los años siguientes, con el independentismo en su mejor momento, el PSC quedó relegado a la tercera posición (incluso a la cuarta en 2017, con la irrupción de Ciudadanos como primera fuerza). No fue hasta el año 2021 cuando los socialistas recuperaron la primera plaza, casi duplicando los resultados de años anteriores y situándose en niveles de hace dos décadas. Sin embargo, la mayoría de los partidos soberanistas dio al traste con cualquier opción de cambio de gobierno.
Repetir ese ‘tripartito’ es una opción que gana enteros este 12 de mayo, a juzgar por los sondeos: el promedio elaborado por DatosRTVE otorga un total de 74 escaños a PSC, ERC y los ‘comunes’, muy por encima de la mayoría absoluta que requiere el Parlament (68 diputados).
El PSC conseguiría 39 escaños, seis más que en los anteriores comicios; ERC, por su parte, caería de los 33 a los 28 asientos; mientras que Comuns Sumar se situaría en siete, dejándose por el camino un escaño.
Los pactos serán decisivos
También el PSC utiliza esos referentes para defender que el Govern que salga de las urnas debe ser de izquierdas, aunque de momento Illa no se casa con nadie. Solo ha confirmado que no gobernará con los votos de PP y que no pactará con la ultraderecha, esto es, ni con Vox ni con Aliança Catalana, el partido de la alcaldesa de Ripoll (Girona), Silvia Orriols.
Más reticente a un pacto con los socialistas se muestra ERC, quien ve muy alejados los postulados de ambos partidos y fija como líneas rojas el referéndum y la financiación. Mientras que la candidata de Comuns Sumar, Jéssica Albiach, únicamente rechaza gobernar con el PP, Junts y la extrema derecha.
También estaría sobre la mesa un acuerdo entre ERC, Junts+ y la CUP-DT, aunque en esta ocasión el bloque secesionista se quedaría a dos escaños de la mayoría absoluta con 66 asientos (67 sumando a Aliança Catalana, a la que también vetan los republicanos y los anticapitalistas).
Conscientes de ello, desde Junts+ ya abren la puerta a la posibilidad de gobernar con mayoría simple en caso de quedar como primera fuerza, aunque también recelan de esta alternativa los republicanos, que no se fían del partido de Carles Puigdemont después de que abandonasen el Govern en mitad de la pasada legislatura entre reproches por la falta de “avances hacia la independencia” y las críticas por el diálogo de los republicanos con los socialistas a nivel nacional.
En busca del voto transversal
Ante este contexto, el PSC se ha marcado como objetivo ensanchar la base de sus votantes más allá del socialista tradicional. Para ello, el candidato ha pedido el voto para su partido de los ciudadanos “vengan de donde vengan, hablen el idioma que hablen, piensen lo que piensen y sientan lo que sientan”.
Illa también se ha comprometido a formar un Govern "por encima de ideologías y de partidos" y a trabajar por una Cataluña "que se implique en construir una España plural y diversa". Está por ver qué posibilidades ofrecerán las urnas.
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