Las Fuerzas Armadas de Ucrania han admitido este miércoles la retirada de sus tropas de Soledar, en la región de Donetsk, casi dos semanas después de que las fuerzas rusas anunciaran que habían capturado esta pequeña ciudad.
Soledar, que tenía una población de 10.000 habitantes antes de la guerra, se convirtió en el epicentro del asalto de Rusia durante varias semanas a principios de enero. Esta ciudad se encuentra cerca de Bajmut, que ha sido foco de un intenso ataque ruso durante semanas.
La toma de Soledar pone a las tropas rusas en una mejor posición para controlar otras ciudades y acercarse a las dos más grandes de la zona del Donbás, Sloviansk y Kramatorsk, que siguen estando bajo control de Kiev.
Una retirada "para salvar las vidas del personal"
El portavoz del grupo oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhiy Cherevatiy, ha informado de que las fuerzas se han retirado de Soledar "para salvar las vidas del personal" y ha señalado que "se han consolidado en las líneas de defensa previamente preparadas".
Cherevatiy ha añadido que las tropas ucranianas "cumplieron la tarea principal: no permitieron que el enemigo se abriera paso en el frente en la dirección de Donetsk y entrara en la retaguardia, para luego pasar a la zona de operaciones".
Asimismo, el portavoz ha subrayado que las tropas ucranianas han debilitado a las fuerzas rusas en esta dirección y ha precisado que "no hubo cerco ni captura" de fuerzas ucranianas.
"No podemos permitirnos el lujo que se permite nuestro enemigo de simplemente lanzar combatientes al matadero. Intentamos maniobrar, disparar y utilizar tácticas de grupos pequeños para agotar al máximo el enemigo", ha añadido.
Por su parte, el líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denis Pushilin, afirmó este lunes que la ciudad "fue destruida". "El enemigo infligió el máximo daño y prácticamente no quedan edificios enteros, quedan las estructuras", remarcó.