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Carlos III, frente al reto de conquistar a Reino Unido: "Haga lo que haga, no va a ser la reina"

ÁLVARO CABALLERO
7 min.

El eterno heredero al trono, Carlos de Inglaterra, será proclamado al fin rey este sábado. Frente a él se presenta un reinado difícil, en el que sobrevolará inevitablemente la sombra de su madre, Isabel II, una figura de consenso y respetada por la inmensa mayoría de británicos durante sus 70 años de mandato.

A sus 73 años, el hasta ahora príncipe de Gales no ha cosechado una gran popularidad: un 42% de británicos tienen buena opinión sobre él, muy lejos del 75% de su madre o incluso del 66% del príncipe Guillermo, el actual heredero al trono, según las últimas encuestas de YouGov. Aun así, "su afecto ha ido ganando muchos enteros durante las dos últimas décadas", señala a RTVE.es Ignacio Peyró, exdirector del Instituto Cervantes de Londres.

Para Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la Universidad Complutense, entre el pueblo británico todavía se ve a Carlos con "desconfianza, a pesar de que ha habido una campaña de blanqueamiento y de intentar recomponer su imagen", asegura. La misma encuestadora proporciona otro dato revelador: un 32% de los ciudadanos cree que el nuevo monarca será un buen rey, exactamente el mismo porcentaje que opina que será un mal rey.

Esta desconfianza se remonta, explica la analista, a los escándalos que rodearon la relación con su primera mujer, Diana de Gales, quien sí que se granjeó el cariño del pueblo británico. La infidelidad del entonces príncipe con Camila de Cornualles -su segunda mujer y ahora reina consorte- fue un terremoto en el sólido edificio de la monarquía británica, a lo que siguió la trágica muerte de Lady Di en un accidente de tráfico, uno de los momentos más críticos en el largo reinado de Isabel II.

Según Peyró, "se le ha llegado a perdonar" tras aquellos tumultuosos años 90. "Ahora está en un momento de gravitas -antigua virtud romana que hace la referencia a la seriedad o dignidad de una persona-, de lucidez y de paz en su vida que favorecen el acceso al trono, no creo que haya nadie más preparado de él", señala el autor de libros sobre Pompa y circunstancia o Un aire inglés.

Un reinado más corto y "continuista"

Frente a su madre, que comenzó a reinar con 25 años, Carlos juega con la baza en contra de su edad. "Haga lo que haga, no va a ser la reina, que ha sido la institución más constante y que más continuidad ha proporcionado el Reino Unido en todo lo que va de siglo. Así que por popular que sea Carlos no va a dar esa estabilidad", señala Guillermo Íñiguez, doctorando en la Universidad de Oxford y analista de política británica y europea.

Con toda una vida a sus espaldas, no evoca tampoco entre los británicos la imagen de juventud y futuro que sí tiene su heredero. "Creo que va a ser percibido como un rey de tránsito, porque parece claro que a la sociedad británica le gustaría que el rey fuera Guillermo, que llegara una testa coronada mucho más actual", apunta Gustavo Palomares, profesor de Relaciones Internacionales de la UNED. Se espera de él una Corona "continuista", según Ferrero, sin grandes reformas.

Peyró, sin embargo, puntualiza: "Todo el mundo va a aceptar que ese va a ser un reinado más corto, pero no por eso ha de ser necesariamente peor. Tras la Reina Victoria hubo un reinado muy corto sobre el que no había ningún buen auspicio y resultó ser brillante, el de Eduardo VII".

Todo el mundo va a aceptar que ese va a ser un reinado más corto, pero no por eso ha de ser necesariamente peor

Alejado de la estricta neutralidad de Isabel II

A Carlos le separa de su madre también otro aspecto que marcó su reinado: la estricta neutralidad. Ferrero recuerda que Isabel II "nunca concedió una entrevista", mientras que su sucesor "se ha posicionado en cuestiones políticas y de manera pública". Coincide con ella Eduardo Suárez, director de comunicación del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo de la Universidad de Oxford, que recuerda en una entrevista con RNE que el rey "ha dado muchísimas entrevistas, ha expresado opiniones muy fuertes y muy polémicas sobre muchos aspectos", como por ejemplo la lucha contra el cambio climático, la agricultura ecológica o una de sus causas favoritas, la preservación de la arquitectura tradicional.

Las Mañanas de RNE - Eduardo Suarez (Instituto Reuters): "Vamos a tener un rey con opiniones muy fuertes" - Escuchar ahora

No obstante, "con el paso de los años supo ir moderándose y acercándose a la neutralidad política que tenía la reina", subraya Íñiguez. Palomares también se muestra convencido de que su activismo con algunas causas va a cambiar en su nueva etapa como jefe de Estado. "Ese lujo que se podía permitir el príncipe de Gales no se lo puede permitir Carlos", resume.

Ese lujo que se podía permitir el príncipe de Gales no se lo puede permitir Carlos

También ha conseguido deshacerse en parte de su imagen de un aristócrata frío y alejado de la ciudadanía. "Lo hemos visto bajándose de su coche a las puertas de Buckingham y saludando uno por uno a la gente que hay, esperando a la puerta. Si sabe proyectar esa imagen del rey de la gente, si sabe pilotar el proceso de catarsis que hay en el país ahora, creo que sí que puede remontar su imagen", añade.

Se refiere a las primeras imágenes de Carlos en Inglaterra como nuevo rey. De estricto luto, ha recorrido las puertas del palacio real, donde cientos de personas se han congregado para dejar flores y mensajes de recuerdos a Isabel II. Lo ha hecho acompañado únicamente de Camila, una figura crucial en su vida, y que despierta opiniones encontradas entre los británicos.

Peyró opina que su matrimonio con Camila - que ahora "cae muy bien"-, ha ayudado a reforzar su imagen. Aunque tiene una popularidad más baja aún en las encuestas que su esposo y su relación con la reina fue muy distante en los primeros momentos -Isabel no acudió a su discreta boda en 2005-, ambas se fueron acercando con el paso de los años y la reina le concedió como un último favor durante su Jubileo la posibilidad de que a su muerte fuera nombrada reina consorte y no princesa consorte, como iba a ocurrir originalmente. Ahora, Camila tendrá las mismas obligaciones que tenía el marido de la reina, el príncipe Felipe, lo que le permite tener una "posición institucional clara".

Una monarquía fuerte a pesar de la crisis en Reino Unido

Como en muchos momentos del reinado de su madre, Carlos se enfrenta también a un momento extremadamente complejo para el Reino Unido, en plena crisis económica, con los precios disparados y una primera ministra, Liz Truss, que apenas lleva unos días en el cargo. Los analistas consultados coinciden en que, a pesar de los problemas que pueda arrastrar su imagen y de lo delicado de la situación en su país, la monarquía británica es fuerte.

"La figura del rey o de la reina es un punto de bóveda en el consenso nacional. Es una especie de imaginario colectivo de los símbolos, mitos y ritos de la nación, y eso es lo que diferencia a la monarquía británica del resto de monarquías", señala Palomares. Un 54% de la población cree que esta forma política es buena para el país, frente a solo un 13% que cree que es mala, según YouGov.

La figura del rey o de la reina es un punto de bóveda en el consenso nacional

Mientras que los republicanos en Reino Unido tienen una presencia prácticamente anecdótica, no ocurre lo mismo en otros países de la Commonwealth, como Australia, Nueva Zelanda, o Canadá, donde el monarca británico sigue siendo el jefe de Estado. "Habrá que observar ahora, tras el periodo de luto, qué ocurre en estos países, si tendrá consecuencias para la Commonwealth en su conjunto. Allí mucha gente era republicana pero isabelista", por lo que es posible que su alianza con Carlos en el trono no sea tan fuerte, advierte.

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