La muerte de la reina Isabel II este jueves a los 96 años pone fin a una era. Durante estos 70 años de reinado tanto Reino Unido como el resto del mundo han experimentado grandes cambios, a los que ha tenido que adaptarse la monarquía británica.
“La monarquía británica se ha tenido que abrir al mundo y se ha convertido en la pionera a la hora de abrirse al mundo. Isabel II hereda una monarquía ceremonial, apegada a la pompa, que había mostrado una extraordinaria cercanía al pueblo británico durante la Segunda Guerra Mundial”, subraya a RTVE.es el director del Observatorio Winston Churchill de la Universidad Pontificia Comillas, Sáenz-Francés. “Durante el reinado de Isabel II esa monarquía se tiene que modernizar y la modernización supone la irrupción de la televisión, de los medios de comunicación, su humanización… También un escrutinio crítico mucho mayor por parte de la sociedad británica. La monarquía se ha tenido que convertir en una institución mucho más transparente”, asevera.
Los expertos coinciden en que durante su reinado Isabel II ha luchado por mantener una imagen de familia modélica, pero el resto de los miembros de la familia “no han cumplido con lo que se supone que es el papel tradicional de la familia real”, opina a RTVE.es el periodista independiente británico Martin Roberts.
El papel simbólico de la monarquía
En Reino Unido, el rey es el jefe de Estado del país y está obligado constitucionalmente a seguir los consejos del Gobierno británico. Entre sus principales funciones como jefe de Estado están nombrar al primer ministro y al resto de ministros que formen su gabinete, abrir nuevas sesiones del Parlamento y dar el visto bueno a los proyectos de ley aprobados por el Parlamento británico, convirtiéndolos en ley.
Cada mes el monarca también preside las reuniones mensuales del Consejo Privado para aprobar sus órdenes, y -además- realiza habitualmente una serie de otros nombramientos, como jueces superiores.
“El papel de la monarquía en Reino Unido, como monarquía constitucional, es simbólico, pero tiene una extraordinaria presencia de autoridad, fruto del reinado particular de Isabel II y de que los últimos monarcas británicos han sabido mantener esa autoridad moral asociada a la institución”, señala Sáenz-Francés. “El rey tiene un rol constitucional que puede ser en muchas cosas similar al de otros reyes europeos, pero digamos que tiene esa gravitas, esa autoritas que le convierte en un elemento de consenso casi universal en la sociedad británica”, expone.
“Reino Unido carece de una Constitución codificada, por lo que se rige por usos y costumbres y todo depende de precedentes. No está definido, como en España, donde la Constitución aclara exactamente lo que hace el rey”, explica Roberts. “En Reino Unido lo que interesa es la tradición y los precedentes y las intervenciones de la reina son más bien simbólicas”, añade.
La Constitución británica dicta que el rey debe reunirse con quien va a ser primer ministro y pedirle que forme un nuevo gobierno. Frecuentemente, sucede después de unas elecciones generales, pero también puede ocurrir, como en el caso de Liz Truss y Boris Johnson, cuando un líder presenta su dimisión.
“Como vimos el martes, el hecho de que Boris Johnson acudiera al palacio de Balmoral para presentar su renuncia fue una formalidad. La reina solicitó a Liz Truss que formara Gobierno y eso son puras formalidades”, indica el periodista británico.
Sáez-Francés detalla que en Reino Unido, “la monarquía es exquisita y no se mete en política”. “El rey reina, pero no gobierna. Es el monarca quien nombra a los gobiernos, y los gobiernos actúan en su nombre”, recalca. "Nadie podría decir en los hitos recientes de la historia británica, como por ejemplo, el referéndum del 'Brexit', que Isabel II se haya mojado en ningún sentido", añade.
En este sentido, la periodista de TVE Anna Bosch afirma que el rey Carlos III en el pasado "sí ha opinado y se ha metido donde no debía". "Hubo un caso de una reforma de un antiguo cuartel en Londres que dijo que no le gustaba. Intercedió por un proyecto de Qatar, que hizo que el Parlamento le dijera: 'Alteza, no se meta. Eso son cuestiones del Ayuntamiento de Londres", cuenta Bosch. "No es que pueda pisar charcos, es que ya ha pisado unos cuantos charcos", recalca.
El mandato de un primer ministro británico comienza formalmente después de reunirse con la monarca británica. Durante sus 70 años en el trono, la reina Isabel II ha nombrado a 15 primeros ministros.
La popularidad de Isabel II, muy por encima de la de la monarquía
El argumento de que Reino Unido debería abolir la monarquía y convertirse en una república está al margen del debate político en el país. Como institución, la monarquía británica conserva un gran apoyo de los ciudadanos británicos, aunque es la figura de la reina Isabel II la que disfruta de una enorme popularidad.
Durante las celebraciones del Jubileo de Platino de la reina, los 70 años de reinado de Isabel II, en junio, el 62% de los británicos pensaba que el país debería continuar teniendo una monarquía en el futuro -en comparación con el 67% en octubre de 2020-, mientras que el 22% estaba a favor de que Reino Unido pasara a tener un jefe de Estado electo.
Según una encuesta de YouGov, el apoyo a la monarquía británica es más fuerte entre los votantes del Partido Conservador y entre los ciudadanos mayores de 65 años. Solo el 48% de los votantes del Partido Laborista está a favor de esta institución y entre la población británica el nivel más bajo de apoyo se encuentra entre los jóvenes de entre 18 y 24 años, con un 33% de apoyo.
“La monarquía tiene bastante menos popularidad que la figura de Isabel II”, afirma Roberts. “La referencia que existía en 1951 (cuando la reina llegó al trono) ya no existe, existe con respecto a ella. La reina goza de mucha más popularidad que las instituciones en sí”, añade.
Por su parte, Sáenz-Francés afirma que “hasta cierto punto en Reino Unido, monarquía e Isabel II son hoy prácticamente indisociables”. “La mayoría de los británicos no ha conocido a otra soberana que Isabel II. Ella es la monarquía y su popularidad es la popularidad de la monarquía”, opina.
Una familia real nada modélica
A pesar de los intentos de la reina Isabel II por mantener una imagen de familia modélica, en las últimas décadas la familia real británica ha estado envuelta en diferentes escándalos, desde el divorcio del ahora rey Carlos III y la princesa Diana, hasta las denuncias por abuso sexual al príncipe Andrés de Inglaterra.
Carlos III y ‘Lady Di’, como se conoce a la princesa de Gales quien falleció hace 25 años en un accidente de coche en París, anunciaron su divorcio en 1996, después de que ambos confesaran haber cometido adulterio.
La renuncia en enero de 2020 del príncipe Enrique y su mujer, Meghan Markle, a sus funciones principales en la familia real también ha sido uno de los últimos escándalos que ha vivido la monarquía británica. En una entrevista con una de las presentadoras más famosas de Estados Unidos, Oprah Winfrey, Enrique y Meghan acusaron, entre otras cosas, a la familia real británica de racismo. El último escándalo que sacudió a la Casa Real británica fue el de abuso sexual que salpicó al príncipe Andrés.
“La reina ha hecho el esfuerzo por mantener una imagen de familia modélica, pero en el resto de la familia la cosa va por barrios. La familia real británica ha tenido que afrontar escándalos significativos, el último el del príncipe Andrés y su oscura relación con Jeffrey Epstein, y que ha colocado a la monarquía y al príncipe Andrés en una situación extraordinariamente embarazosa”, asegura Sáenz-Francés. “La tropa familiar detrás de Isabel II no siempre ha estado a la altura de las circunstancias”, añade.
En este sentido, Roberts señala que “la reina siempre ha tenido muy presente evitar escándalos y lo ha hecho en cuanto a sí misma, pero los demás miembros de la familia real no tanto, y menos en una sociedad tan mediática”.
El futuro de la institución
La reina Isabel II ha sido la soberana más longeva de la historia de Reino Unido, después de cumplir 70 años en el trono. Durante su reinado ha mantenido más de 3.500 audiencias privadas semanales con los primeros ministros británicos.
Con la muerte de la reina, la monarquía “entrará en una etapa totalmente distinta de su historia”, según indica el director del Observatorio Winston Churchill. “Entiendo que se intentará en todo dar continuidad a lo que ha sido la monarquía de Isabel II, pero habrá algunos frenos políticos que necesariamente se habrán debilitado”, afirma.
“Si hay una monarquía en el mundo hoy en día con buena salud es la monarquía británica. Fue el rey Faruq de Egipto el que dijo: ‘Bueno, dentro de poco quedarán cinco reyes. Los cuatro de la baraja y la reina de Inglaterra’”, comenta Sáenz-Francés.
Sobre la Commonwealth, la organización que agrupa a 54 países independientes y semiindependientes que formaron parte del imperio británico y que hoy en día mantienen lazos con Reino Unido, el experto “no ve ningún peligro” en su continuidad, aunque recalca que es “un riesgo el hecho de que algunos de los miembros de la Commonwealth, que todavía mantienen a Isabel II como jefa de Estado, vean como crece el republicanismo en sus territorios”.
Por su parte, el periodista británico Martin Roberts cree que “el papel constitucional del rey es poco probable que cambie”. “Lo que va a cambiar es la acogida que tiene la monarquía entre el público en general”, recalca. “El tiempo lo dirá, pero una coronación de Carlos creo que será un evento bastante deslucido”, añade.