El nuevo rey de Inglaterra, Carlos III hereda de su madre, Isabel II, un país en crisis, con tensiones internas, tanto económicas como sociales y políticas, y una Commonwealth, el último residuo del Imperio, en proceso de lenta desaparición.
"El Reino Unido no es el único país que sufre una crisis interna, toda Europa está sumida en una crisis en parte por la guerra en Ucrania y por otros factores, pero es cierto que hay quizá más incertidumbre en el Reino Unido que en otros países" - ha explicado Charles Powell, historiador y director del Real Instituo Elcano, en RNE.
El nuevo monarca llega en un momento de "retos múltiples, porque la situación en el Reino Unido es complicada", ha subrayado Powell. "El país está digiriendo todavía el Brexit y tiene aún que decidir el papel que aspira a desempeñar en el mundo".
“El país está digiriendo todavía el Brexit y tiene aún que decidir el papel que aspira a desempeñar en el mundo“
Sin ningún poder real, el nuevo rey solo podrá observar las decisiones que toman los gobernantes y cómo se desarrollan las tendencias que marcarán su reinado.
"Hay varias crisis, internas y externas, algunas insolubles a corto plazo", explica el profesor Adam Cygan de la Universidad de Leicester, en conversación con RTVE.es. "La mayor es que tenemos un Gobierno al que se le han acabado las ideas para afrontar los retos que tiene el país", añade.
Una nueva primera ministra y una crisis económica
La presentación protocolaria de Liz Truss ante la reina para recibir el encargo de formar gobierno fue el último acto oficial de la monarca, y su última imagen pública. Truss tuvo que desplazarse a Balmoral porque la salud de la reina ya era delicada, y el fallecimiento se ha producido tan solo dos días después.
El nuevo Gobierno tiene que hacer frente a las preocupaciones reales de los ciudadanos. La economía está al borde de la recesión, la inflación está en máximos (10%) y los salarios no han crecido en más de una década. Truss ha tenido que actuar rápido y ha impuesto un límite a las facturas energéticas para las familias como parte de un paquete de ayudas por más de 1.000 millones de libras.
Esta situación, según Adam Cygan, es "única" y pone a prueba el sistema constitucional británico. "Hemos tenido un monarca que nombra a una primera ministra y muere dos días después, y entonces hay un nuevo rey. Y en medio de estas crisis domésticas e internacionales".
"Hemos tenido antes cambios de primeros ministros en momentos de guerra - subraya - pero ahora se trata de dificultades que la gente sufre en su vida diaria, y buscan un liderazgo, no tanto del rey, porque se entienden sus limitaciones como monarca constitucional, sino de la primera ministra, y será interesante ver cómo responde el Gobierno", añade.
Símbolo de unidad en un país dividido
La sociedad británica que se encuentra el nuevo rey tiene poco que ver con la que existía cuando su madre llegó al trono, en 1953. Es más diversa étnica y culturalmente, con grandes desigualdades económicas y donde, recientemente, las diferencias políticas se han ensanchado en torno a asuntos como el Brexit o la inmigración.
Pero donde también hay profundos consensos, como en la defensa del sistema de salud (el NHS), o en valorar el buen papel que ha cumplido Isabel II: según una encuesta de Yougov, más del 80 % cree que la reina ha hecho "un buen trabajo".
"Reino Unido es un país dividido socialmente, internamente, es una sociedad multirracial, con tensiones importantes en su seno, con importantes desigualdades", ha explicado Charles Powell en RNE.
"Es indudable que la reina ha sido un aglutinante en una sociedad con muchas tensiones - añade el director del RIE - La reina en cierta medida ha servido de gran símbolo nacional, de unidad, y la desaparición del símbolo debilita la unidad interna".
"Se espera que Carlos III juegue el mismo rol que su madre - explica Adam Cygan - el de un monarca constitucional que no expresa sus puntos de vista públicamente, que apoya al Gobierno en el sentido de que no confronta públicamente con él, que representa a la nación y esa idea de unidad".
Isabel II era conocida por su discreción. Ni siquiera manifestó públicamente su posición sobre el Brexit, más allá de vestir un sombrero con los colores de la bandera de la UE. En cambio, mientras esperaba para acceder al trono Carlos se ha implicado en diversas campañas, a veces de manera muy directa.
"Carlos ha pasado los últimos 40 años de su vida hablando sobre muchas cosas que son importantes para él, como el medio ambiente - afirma Cygan - Una de las cosas en las que ha tenido éxito como príncipe es en situar el medio ambiente en el discurso político".
"Si continúa hablando sobre medio ambiente, o pobreza, o de la posición del Reino Unido en el mundo en términos de cómo debe comportarse un país del primer mundo, moderno y europeo, ideas que ha expresado en privado, si lo va a seguir expresando hoy o esos comentarios le van a pesar ahora, es difícil de saber", explica el profesor de Leicester.
Tensiones nacionalistas en Escocia y el Ulster
Charles Powell recuerda algo que en España suele olvidarse: el Reino Unido es un Estado multinacional, con cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
El proceso llamado de "devolución", porque el que estas naciones (salvo Inglaterra) han recuperado cuotas de autogobierno, ha alimentado las reivindicaciones nacionalistas, que en el caso de Escocia se concretaron en un referéndum de independencia en 2014, que perdieron los secesionistas, representados en el mayoritario Partido Nacionalista Escocés (SNP).
El gobierno de Nicola Sturgeon exige celebrar un nuevo referéndum, algo a lo que Londres se niega.
"Es interesante escuchar a la primera ministra escocesa alabando la figura de la reina, pero diciendo que con ella se abre una nueva etapa, en referencia a la independencia escocesa y la ruptura del Reino Unido", comenta el director del RIE.
En Irlanda del Norte, escenario tradicional de enfrentamientos entre unionistas (partidarios de permanecer en el Reino Unido) y republicanos (partidarios de la unificación de la isla en la República de Irlanda), el Brexit ha movido también el tablero político. Los republicanos del Sinn Feinn han ganado las elecciones en las dos partes de la isla, aunque no han podido formar gobierno. La posibilidad de una unificación de Irlanda que acabe con el Reino Unido nunca ha estado tan cerca.
De nuevo, Adam Cygan cree que la evolución de la situación depende de lo que haga el Gobierno, no el monarca. "Si el Gobierno permanece sordo a lo que está pasando en Escocia e Irlanda del Norte, por ejemplo, si persigue una difícil agenda con la UE en términos de confrontación por el protocolo de Irlanda del Norte, entonces creará problemas adicionales".
"Sin embargo - puntualiza el profesor de la Universidad de Leicester - lo que podemos empezar a ver es un movimiento más positivo hacia la separación e independencia de Escocia. Porque a menudo la reina era vista como lo que nos mantenía unidos. No estoy seguro de que Carlos provoque la misma percepcion".
Una Commonwealth que se desvanece
Otro de los procesos en marcha es una paulatina erosión de la Commonwealth, la asociación de Estados que pertenecían al Imperio Británico. La organización aglutina a 56 países, una tercera parte población mundo, y en 15 de ellos el monarca inglés es el jefe del Estado.
Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, ha explicado que Isabel II supo cultivar este "carácter simbólico" al frente de la Commonwealth "y esa red de conexiones que dan a Reino Unido ese peso", mientras Carlos ha sido una "figura absolutamente secundaria".
"Ha tenido una buena maestra, pero no es igual de popular, ha generado muchas controversias y lo primero que tiene que hacer es conquistar corazones de los británicos, cosa que no hay que dar por seguros", ha declarado Núñez en La Hora de La 1.
Núñez recuerda que Barbados votó el año pasado convertirse en república, y otros países podrían seguir el mismo camino. "En Australia puede cobrar fuerza convertirse en una república y dejar ya de formar parte de la Commonwealth. Que eso ocurra no depende de la labor de un rey británico porque no se decide ahí, no tiene capacidad ejecutiva, son los gobernantes de turno los que deciden, como ocurrió con el Brexit".
Charles Powell confirma que no solo Australia, sino también Canadá y Nueva Zelanda pueden replantearse su relación con el Reino Unido. "En este sentido, quizá esto también es el final de una era".
Adam Cygan es de la misma opinión. "En el corazón de esta idea de un Reino Unido global post-Brexit, si se ponen de lado la economía y la política, estaba la reina - asegura - Su posición daba al Reino Unido esta idea de un acceso inmediato a mercados y a aliados fuera de la UE".
"Carlos está muy entusiasmado con la Commonwealth, la cuestión es si la Commonwealth está tan entusiasmada con él como con la reina", añade Cygan. "Este mito de la Commonwealth como una gran organización en la que todos están ligados por el monarca, probablemente va a terminar con la muerte de Isabel II".