El suministro de gas ruso a través del gasoducto North Stream 1 marcha al 20% de su capacidad mientras el Gobierno alemán acusa al Kremlin de retrasar la entrega de la turbina de Siemens Energy a Moscú, necesaria para reactivar el flujo al 100%. Las autoridades rusas alegan que la turbina sigue manteniendo problemas técnicos, pese a que el canciller Olaf Scholz ha comprobado en persona que ya ha sido reparada en Canadá, funciona y está lista.
"No hay ninguna razón para que la entrega no tenga lugar" y Moscú solo tiene que "proporcionar la información aduanera necesaria para su transporte a Rusia", ha insistido Scholz. El operador ruso Gazprom ha acusado a Siemens Energy de no haber enviado los documentos necesarios para permitir el reinicio de la turbina, algo que la empresa alemana ha desmentido. "Esta situación tensa y absurda ha sido provocada por las restricciones y sanciones occidentales", ha declarado este miércoles el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en la misma línea que el último comunicado de Gazprom, que señala que las sanciones de Canadá, la Unión Europea y Reino Unido hacen imposible la entrega.
Por contra, un portavoz del Ejecutivo alemán, Wolfgang Büchner, ha asegurado que la turbina "no se ve afectada por el régimen de sanciones", y que por ello no es necesario expedir ningún documento específico para el transporte a Rusia. "La podemos entregar en cualquier momento," ha subrayado, repitiendo el mensaje que envió unas horas antes Scholz en el emplazamiento donde se encuentra la turbina en Mühlheim, al oeste de Alemania.
Las pretensiones rusas con el Nord Stream 2
Berlín sospecha que Moscú utiliza la turbina como "pretexto" para presionar políticamente a Occidente en el contexto de la guerra en Ucrania. En una reciente reunión con el excanciller alemán Gerhard Schröder, el presidente ruso Vladímir Putin ha asegurado que es "tecnológicamente posible", en caso de que Nord Stream 1 no pudiera utilizarse en su totalidad, entregar el gas a través del gasoducto Nord Stream 2, que "está preparado para ser utilizado en cualquier momento", ha reafirmado Peskov.
Bajo la presión de sus aliados, Alemania suspendió finalmente, antes de su puesta en marcha, este segundo gasoducto, muy controvertido porque aumentaría la dependencia europea del gas ruso. Esta decisión se tomó dos días antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania.
El gobierno alemán está ahora a la espera de conocer el lugar exacto en el que debe realizar la entrega de la turbina, unas informaciones que debe proporcionar la parte rusa. "Es un dispositivo que pesa 18 toneladas, similar a la turbina de un Boeing 777", ha afirmado Büchner, agregando que por ello es necesario planificar con cuidado el transporte para poder garantizar su seguridad.
En el pasado, estas turbinas eran trasladadas de forma rutinaria de Rusia a Canadá por vía aérea, para que se realizaran allí las labores de mantenimiento, y después devueltas por la misma ruta a Moscú. "Ahora el transporte aéreo no es posible y necesitamos otro procedimiento," ha resumido el portavoz alemán.