“Todo esto empezó el jueves de madrugada y el miércoles yo he tenido clases en la Universidad, estaba en el trabajo y he caminado con mis amigos. Y a las 4 de la mañana, mi mamá me ha despertado y me ha dicho ‘cariño, tenemos que irnos porque la guerra empezó’”.
“Victoria: "Pensamos que todo es una broma, no podíamos pensar que esto iba a suceder"“
Como les ha sucedido a otros muchos ucranianos, Victoria, a punto de cumplir 18 años, no creía que los rumores de una invasión fueran a convertirse en una realidad. “Es que pensamos que todo eso es como una broma porque ninguna guerra empieza así, no podíamos pensar que esto iba a suceder”.
Victoria ha pasado unos días en la seguridad de Oleszyce, en Polonia, pero llegar hasta aquí no ha sido fácil, en particular, la salida de Kiev. La imagen de la estación abarrotada será una de las que quede de esta guerra. Entre esa muchedumbre estaban las caras de Victoria, su madre Olena y su hermano Vlodic, de diez años. “Esperamos mucho tiempo, había muy pocos trenes”. Aun así, probaron suerte para huir de los ataques: “Había muchos bombardeos, sirenas…”. En el tren apenas había espacio, “todos estábamos de pie durante 15 horas, creo, normalmente es 8 o 9 horas, creo”.
“Victoria: "Mis abuelos están enfermos (...) no pudimos esperarlos"“
Todas estas dificultades impiden que sus abuelos puedan salir, porque tienen limitada la movilidad. Es imposible, nos cuenta, que puedan afrontar ese viaje. “Mis abuelos están enfermos, no pueden subir al tren porque está elevado y hay mucha gente, por eso y porque todo pasó muy rápido no pudimos esperarlos”. Unos días de pesadilla de los que el hermano de Victoria no termina de despertar.
En Polonia se han hospedado en un colegio mayor donde a veces las puertas se cierran de sopetón. Olena cuenta que su hijo menor se despierta y dice que empiezan a bombardear, y tienen que explicarle “que no, que estamos en Polonia, que estamos en otro país y que aquí no hay nada, pero él tiene este miedo”.
Ahora, la familia de Victoria, la que ha podido escapar, viaja hacia Ciudad Real. Se quedan con Paula, con su madre española que la acogió en 2017 en un programa de intercambio. “Nos dice que podemos ir a su casa”. Llegarán en poco tiempo.
“Olena: "La guerra da mucho miedo, los soldados rusos nos han quitado todo lo que nos es querido”“
Antes de despedirse, Olena, desea “paz y cielo azul” para Ucrania y España porque “la guerra da mucho miedo. Los soldados rusos han venido a mi país y nos han quitado todo lo que nos es querido”.