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¿Cuáles son las opciones militares de Putin tras una semana de ofensiva?

GONZALO CARETTI ORIA
5 min.

Empezó con una ofensiva relámpago que pocos esperaban. Rusia invadió Ucrania por tierra, mar y aire en tres frentes distintos y de forma coordinada. Parecía que todo el país bajo las fuerzas rusas iba a caer en cuestión de horas o días. Pero una semana después, dicen los expertos, Vladímir Putin no parece haber logrado lo que buscaba.

La operación fue diseñada para utilizar el efecto sorpresa y generar impacto. “Tenía un objetivo principal que era conseguir derrocar al Gobierno de Kiev, al Gobierno actual, legítimo, por cierto, e imponer allí un Gobierno títere que siguiera sus indicaciones", señala a TVE el General retirado de Ejército del Aire y profesor de Relaciones Internacionales, Juan Antonio Moliner.

Las tropas rusas toman la ciudad de Jersón en el octavo día de conflicto

"Y eso no se ha producido”, indica el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Javier Gil. "Ahora mismo, la guerra está de alguna manera empantanada pero obviamente tornando colores hacia una batalla campal. Estamos en una fase de escalada", añade.

Putin, encerrado en su propia trampa

Fracasado el primer objetivo, Putin parece atrapado en su propia ratonera. Con 200.000 soldados dentro de Ucrania, ya no puede dar marcha atrás fácilmente, y menos aún sin haber logrado ningún objetivo. Especialmente, después de que Rusia ya está pagando un precio económico por las sanciones.

Pero 200.000 soldados tampoco son suficientes tropas como para ocupar un país como Ucrania. Para hacer eso probablemente habría que movilizar muchas más tropas y las operaciones serían más costosas y largas. Especialmente, tras la fuerte resistencia ucraniana.

Así que Moscú parece haber cambiado de estrategia en los últimos días, y ofensivas como la de Jersón o Járkov, con sus bombardeos masivos, marcan el camino. “La ciudad de Járkov está siendo del termómetro de lo que va a ser la segunda fase de la ofensiva rusa. Tirar abajo Járkov, para luego entrar con el equipo terrestre. Ese es el mensaje que se quiere hacer llegar sobre lo que puede pasar a Kiev”, señala el profesor Gil.

Otra de las claves, fundamental hasta el momento, será la capacidad de resistencia ucraniana. “Aún está por ver la capacidad de resistencia de ese conglomerado de defensa ucraniano”, señala Javier Gil. “Los soldados ucranianos y la defensa ucraniana ahora mismo son como zombies. Han asumido que van a morir, ese es su final, pero también tienen la determinación de luchar hasta el final por salvar la soberanía nacional de su país”.

De momento, su épica les está funcionando. Incluso algunos ucranianos que estaban en terceros países viajan a Ucrania para luchar. Con un Zelensky el ejército y las milicias civiles han conseguido frenar a los rusos y forzar a Moscú a cambiar la estrategia.

La ‘Doctrina Grozni’

Así las cosas, muchos ya miran a los ejemplos del pasado y a la Historia militar para encontrar indicios de por dónde podría tirar Rusia para salir de la ratonera. Especialmente, a la segunda guerra de Chechenia -la primera de Putin en el poder- y aquel constante bombardeo sobre Grozni que devastó la capital chechena antes de que las tropas rusas la tomaran.

Entonces, una lluvia incesante de milsiles y bombas cayeron sobre un Grozni asediado y donde se reagrupaban las milicias chechenas. El objetivo era crear el terror entre la población, que las milicias se rindieran y no encontraran un lugar donde refugiarse. La ciudad quedó completamente destruida.

A eso se le llamó la ‘doctrina Grozni’ y Rusia la repitió en Siria, durante los asedios de Alepo y Guta. Pero Kiev no es Grozni, ni Alepo, ni Guta. Así que en Ucrania, dicen los expertos, ahora se plantean dos opciones. “O habrá combates o luchas urbanas tremendamente crueles o, por el contrario un sitio, una ocupación de esas ciudades más exterior rodeando y sitiando las grandes ciudades”, señala el General Moliner.

“Va a ser una batalla, obviamente terrestre”, añade el profesor Gil. “Muy urbana, donde los rusos van a sufrir unas bajas terribles porque no conocen tan bien el terreno porque están atacando a un país y porque van a enfrentarse a unos soldados con una moral extremadamente alta”.

Y ese, probablemente, sea uno de los mayores temores de Putin: que la guerra sobre el terreno se alargue y le obligue a doblar esfuerzos.

Evitar la guerra de larga duración

En cualquier caso, lo que Moscú quiere evitar a toda costa es una guerra larga. "Cuanto más dure el conflicto, más duro será para Rusia mantener el esfuerzo desde las razones económicas hasta las puramente militares como las tácticas y las logísticas", señala el General Moliner.

Porque si empiezan a llegar cadáveres y las sanciones hacen efecto, quizá a Putin le cueste mantener su tradicional apoyo social. No parece impensable. La Historia tiene ejemplos. La invasión de Afganistán y su coste humano y económico fue clave en la caída de la Unión Soviética.

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