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Esto es lo que se sabe de la nueva variante ómicron de la COVID: se propaga más rápido, pero podría ser más leve

SOFÍA SOLER
7 min.

A finales de noviembre de 2021, Sudáfrica detectó una nueva variante del coronavirus, bautizada como ómicron o B.1.1.529 y, como con el batido de las alas de una mariposa, su presencia se ha extendido por todo el mundo. Al menos 149 países han confirmado positivos y los gobiernos han tenido que reintroducir algunas medidas para frenar el tsunami de contagios. En España, ya es la variante dominante en esta sexta ola.

Mientras tanto, la comunidad científica trabaja para conocer más sobre esta variante con un "alto número de mutaciones" que le dotarían de la capacidad de contagiarse más y escapar a la inmunidad generada por las vacunas o por haber pasado ya la COVID-19. Los datos sugieren también que el riesgo de enfermedad grave es menor con ómicron.

Muchas mutaciones

"La nueva variante es realmente preocupante a nivel mutacional", afirmó el profesor Tulio de Oliveira, director del Centro de Respuesta Epidémica e Innovación de Sudáfrica y unos de los principales científicos trabajando en la secuenciación del genoma, al presentar por primera vez las características halladas en ómicron. Los investigadores sudafricanos explicaron que contiene más de 30 mutaciones en la proteína spike del coronavirus, que es la que permite la entrada en las células humanas y en la que se basa la efectividad de las vacunas. La alerta saltó rápidamente porque dichas mutaciones le podían conferir cierto nivel de escape inmunológico y la capacidad de ser más transmisible, dos cuestiones que poco a poco han ido confirmándose.

¿Escapa a las vacunas?

Los resultados preliminares de los distintos estudios realizados hasta ahora sugieren que la protección de los anticuerpos —obtenidos por la vacuna o por haber pasado la enfermedad— es "significativamente menor" frente a la infección y enfermedad por ómicron, comparado con delta, aunque la magnitud de ese impacto todavía está por definir, puesto que las cifras varían entre investigadores. En cualquier caso, se ha notificado un mayor riesgo de reinfección, con datos de Sudáfrica, el Reino Unido, Dinamarca e Israel.

Los laboratorios de Pfizer y BioNTech han reconocido que la pauta completa de su vacuna (dos dosis) perdería inmunidad frente a la nueva variante, algo que podría solventarse con una tercera dosis de refuerzo. En la misma línea, la Universidad de Hong Kong y el Instituto de Salud Carlos III han concluido en sendos estudios que tres dosis de las vacunas sí otorgan la suficiente protección frente a la nueva variante.

Por otro lado, la comunidad científica ha explicado que las mutaciones en la proteína spike de ómicron permitirían saltar la protección que confieren los anticuerpos. Sin embargo, la memoria inmunológica de las células T, que también impulsan las vacunas, podría seguir siendo útil para evitar la enfermedad grave. En este sentido faltan estudios, más complejos, para conocer su alcance real.

Con todo, la OMS, el Ministerio de Sanidad y la Unión Europea han insistido en que las vacunas actuales siguen siendo un escudo ante la enfermedad grave y la muerte por COVID. "Según los datos de dos estudios, la eficacia de la vacuna contra la hospitalización parece ser sustancialmente mayor que la de la enfermedad sintomática, pero no obstante es inferior a la de la vacuna Delta", indica la agencia internacional en su último informe.

En caso de infección, siguen siendo útiles los tratamientos actuales, aunque hay dudas respecto a los anticuerpos monoclonales. Mientras tanto, las farmacéuticas ya trabajan para actualizar sus sueros y lograr aumentar la efectividad frente a las nuevas mutaciones.

¿Es más contagiosa?

Ya existen "pruebas consistentes" de que la variante ómicron se expande con mayor facilidad que la variante delta, según la Organización Mundial de la Salud, que cifra en "2-3 días" el tiempo que tarda en duplicarse. Esto explicaría su rápida expansión por el mundo y el vertiginoso aumento de casos en los países donde hace acto de presencia.

La agencia de Naciones Unidas cree que su propagación se debe tanto a su capacidad para escapar a la inmunidad como a una mayor transmisibilidad intrínseca, si bien considera que se necesitan más estudios para saber cuánto influyen cada uno de estos factores.

En ese sentido, un estudio sobre la variante en Cantabria apunta a su velocidad. Han seguido a más de 600 contagiados y a todos sus contactos estrechos - más de 1.400- y han observado que la mitad se contagiaron de un enfermo que todavía no tenía síntomas.

Un estudio cántabro apunta a que ómicron puede transmitirse antes de que empiecen los síntomas

¿Provoca una enfermedad más grave?

Más allá de la contagiosidad, la cuestión gira en torno a la gravedad de la enfermedad provocada por ómicron. De momento, los datos sugieren un menor riesgo de hospitalización comparado con delta. ​No obstante, de nuevo, es necesario seguir investigando para confirmar esas buenas noticias y entender de qué modo es distinta la infección o cómo afectan factores como la vacunación, mayor inmunidad de grupo, etc.

"Los primeros datos sugieren que, al igual que con todas las demás variantes del SRAS-CoV-2, la gravedad de ómicron aumenta con la edad y en presencia de enfermedades subyacentes, así como entre las personas que no están vacunadas", resume la OMS.

Además, unos pocos estudios —como este de Hong Kong— han apuntado a que la nueva variante se multiplicaría mucho más rápido en las vías respiratorias y menos en los pulmones, lo que explicaría, primero, la mayor transmisibilidad y, segundo, que la enfermedad sea más leve. No obstante, hay que tener en cuenta que estos datos son todavía muy escasos y resultado de pruebas en laboratorio.

Pese a estos indicios, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedade recordó en un informe a mediados de diciembre que es "muy probable" que ómicron provoque más hospitalizaciones y muertes en los próximos meses que las que se calcularon para la variante delta. "Incluso si la gravedad de la enfermedad causada por ómicron es igual o inferior a la gravedad de delta, el aumento de la transmisibilidad y el consiguiente crecimiento exponencial de los casos superarán rápidamente cualquier beneficio de una gravedad potencialmente reducida", argumentaron los técnicos de la UE.

¿Dónde se detectó y por dónde circula?

Los investigadores detectaron la variante B.1.1.529 por secuenciación en Sudáfrica, pero brevemente tras el descubrimiento se sumaron otros países, como Botsuana, Israel o China. También alzaron el brazo en Europa, desde España, Bélgica, Italia, Bélgica, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, República Checa... Hasta el momento, son al menos 149 países en apenas mes y medio, esto es, una expansión más veloz que en las otras variantes conocidas.

En cualquier caso, las autoridades sanitarias del mundo insisten que son válidas las mismas medidas de siempre frente al coronavirus: vacunas y, cuando sea necesario, distancia de seguridad, uso de mascarillas, ventilación e higiene. Del mismo modo, la OMS ha instado a los países a aumentar la vigilancia y secuenciación de casos, así como las dotaciones de servicios médicos y de salud pública. También a compartir con el mundo la información que se vaya recabando. En ese sentido, considera que Sudáfrica ha actuado de manera ejemplar y la respuesta no puede ser el cierre de fronteras, como han hecho la mayoría de países, sino acabar con la inequidad en el acceso a las vacunas contra la COVID-19.

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