Cataluña y sus múltiples derivadas políticas y judiciales han marcado la primera jornada del pleno de investidura de Pedro Sánchez, que ha arrancado el debate con un ojo puesto en el hemiciclo y el otro en la Ejecutiva de ERC que finalmente ha decidido no moverse de la abstención después del último giro de guión en la política española con la inhabilitación del presidente de Cataluña, Quim Torra, a pocas horas de que arrancase esta primera sesión.
Un debate que ha tenido sus principales rifirrafes también a cuenta de Cataluña y que ha contado con la única sorpresa del cambio de voto de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, que pasará de la abstención al 'no' saltándose la disciplina de voto de su partido.
Sánchez, que respiraba tranquilo desde su escaño con las noticias que le llegaban desde Barcelona, ha iniciado su discurso con un mensaje claro: "No se va a romper España, no se va a romper la Constitución, lo que se va a romper es el bloqueo". Estas han sido las primeras palabras del socialista, que ha centrado buena parte de su programa como candidato en explicar la nueva "senda política" basada en el diálogo que seguirá su gobierno para encauzar el "conflicto político" en Cataluña que, en su opinión, debe alejarse de la "judicialización".
El "mejor modelo" sigue siendo, a su juicio, el autonómico, pero ha afirmado que "no existe un único modo de vivir o sentir la identidad nacional" en España.
También ha hablado de Cataluña quien está llamado a ser uno de los tres vicepresidentes que tendrá el Gobierno de coalición, Pablo Iglesias, para elogiar las "convicciones democráticas de "los presos y exiliados" del 'procés' y el trabajo que han realizado para "defender el acuerdo"- le consta- alcanzado entre PSOE y Podemos para un Ejecutivo conjunto. El líder 'morado' ha advertido, además, a los "togados que pongan por delante su ideología reaccionaria respecto al derecho", que el Gobierno de coalición defenderá la democracia "con la ley".
Las palabras de Iglesias han podido 'escocer' en la bancada socialista, que mantiene en el asunto catalán importantes diferencias con Podemos, hasta el punto de que fue el principal argumento esgrimido por Sánchez para ver inviable un gobierno de coalición en julio.
Sánchez se enzarza con Casado, Abascal y Arrimadas
Cataluña también ha sido la principal arma arrojadiza en los broncos cara a cara que ha mantenido Sánchez con los líderes de PP, Vox y Ciudadanos, Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas, que han calificado el que será el primer gobierno en coalición de la actual democracia como "pesadilla", "fraude", "ilegítimo", "infamia" y que han acusado a Sánchez de "amnistiar de facto a los independentistas", buscar el "derribo constitucional" y "romper la soberanía nacional".
Casado ha amenazado a Sánchez con llevarle a los tribunales por estar incurriendo en "prevaricación" si no actúa contra el presidente Torra, que debe abandonar el cargo, según él, en "las próximas horas", una vez que la Junta Electoral Central ha acordado su inhabilitación.
Si Torra no cesa en el cargo, convendría iniciar contra él el requerimiento que recoge el artículo 155 de la Constitución, a juicio del 'popular', muy duro con Sánchez al que ha espetado: "España se queda sin socialismo constitucional por usted". [Cara a cara entre Casado y Sánchez]
Abascal, para quien Sánchez es un "estafador" capaz de cualquier cosa por seguir en La Moncloa", ha dicho que "en España no hay ley por necesidades de la investidura del señor Sánchez", al que ha acusado de hacer una "emboscada a la Constitución" y de ser el "testaferro" de los "populistas y separatistas" en La Moncloa. Vox ha anunciado, en la misma línea que Casado, que acudirá a los tribunales para frenar cualquier iniciativa que ponga en riesgo la unidad de España. [Cara a cara entre Abascal y Sánchez]
Por su parte, Arrimadas ha dicho que "hoy podría ser un día histórico con un pacto constitucionalista" y ha lamentado la "humillación" de Sánchez ante los independentistas "que siempre pasan por caja". "No se puede ser presidente del gobierno a toda costa", ha aseverado, para criticar que se "ataque a los jueces y se pacte con los del golpe de Estado". ¿A qué se refiere cuando dice que hay que evitar la judicialización? ¿Ya no se van a recurrir las resoluciones independentistas?", le ha preguntado.
El presidente en funciones, en sus réplicas a estos tres partidos, ha vuelto a recordar a PP y a Ciudadanos que podían haber hecho "abstenciones patrióticas" evitando así la necesidad del PSOE de apoyarse en las de ERC y también ha lanzado pullas contra el bloque de derechas: A Casado le ha dicho que "España y la Constitución no son el PP"; a Abascal, que "se cree que defiende España, pero España le viene grande"; y a Arrimadas le ha echado en cara "su unión a la derecha y la ultraderecha" y su desplome de escaños por hacer del "bloqueo" su forma de hacer política y volverse un partido "inútil".
Guiños y abrazos entre el presidente y el posible vicepresidente
Más allá de dejar claro cada partido su posición sobre Cataluña, el pleno ha servido para escenificar las enormes diferencias entre esta sesión parlamentaria y el pleno de investidura de julio, cuando Sánchez e Iglesias rompieron relaciones por completo, abriendo un abismo entre PSOE y Podemos. En ese momento el Gobierno de coalición parecía más que imposible pero tras las elecciones del 10N lo que quitaba el sueño a Sánchez se convirtió en una realidad en tan solo 48 horas.
Sánchez e Iglesias se han dedicado halagos mutuos en el pleno y se han fundido en un abrazo al término de su cara a cara. El socialista ha reconocido que ha habido "enfrentamientos dialécticos" con el grupo confederal pero "bien está lo que bien acaba", ha concluido. Iglesias ha terminado su intervención destacando el "honor" que le supone formar gobierno con el PSOE y al grito de: "Sí se puede, adelante presidente".
Ambos han destacado el marcado carácter social que tendrá su gobierno conjunto que hará de la "justicia social" y de la lucha contra la desigualdad su bandera. Sánchez ha desgranado las medidas pactadas con Unidas Podemos.
Agradecimientos mutuos entre Sánchez e Iglesias, y agradecimiento "explícito" de Sánchez al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, por la abstención que permitirá finalmente su investidura.
Rufián avisa al PSOE: "Sin mesa, no hay legislatura"
El portavoz de los republicanos ha dado al líder del PSOE la bienvenida "al diálogo y a la política". "Dijimos que sentaríamos al gobierno a una mesa de diálogo y lo hemos hecho", se ha jactado Rufián, que ha dejado claro que su partido va a seguir defendiendo lo que siempre ha defendido- la independencia en Cataluña- y ha lanzado un claro aviso al PSOE: "Sin Mesa (de negociación) no hay legislatura". [Cara a cara de Rufián con Sánchez].
Sánchez, que ha querido dejar claras las "discrepancias" con ERC, ha tranquilizado a Rufián asegurando que la mesa bilateral va a existir porque es una "obligación". Ha dicho que "lo que está pasando en Cataluña" lo vive como un "fracaso político".
El candidato ha reprochado a Junts per Catalunya que vaya a votar en contra de su elección como presidente, una decisión que ha atribuido a la posible proximidad de elecciones en Cataluña, y le ha afeado que vaya a votar junto "a la derecha y la ultraderecha".
El último en intervenir en esta primera jornada parlamentaria ha sido el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que también ha hecho un llamamiento a empezar un "tiempo de convivencia" buscando "soluciones más allá de eslóganes" basándose en el "reconocimiento del otro y del sentimiento nacional diferenciado en algunos lugares del Estado".
Torra, Rivera, Rajoy o Rubalcaba, ausentes presentes
Que se haya citado a Quim Torra y a Oriol Junqueras en el debate de investidura casi no es noticia, pero ha habido otros nombres protagonistas sin estar presentes en el hemiciclo.
Sánchez y Casado se han enzarzado a cuenta de ETA después de que el líder del PSOE haya reivindicado que el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero y su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, fueron los artífices del fin de ETA.
El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy también ha aparecido en el debate, citado por Sánchez para criticarle su política en Cataluña y para insistir en la derogación de la reforma laboral acometida por el 'popular'.
Quien hasta hace muy poco era líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también ha sido nombrado, en este caso, para recordar Sánchez que Rivera llegó a decir que quien no estuviera dispuesto a dialogar tendría que marcharse. En ese punto, Casado ha salido en defensa del expresidente de Cs para espetar a Sánchez: "Ojalá usted fuera la mitad de patriota que el señor Rivera. No le llega ni a la suela del zapato". Arrimadas también ha citado a quien fuera su jefe.
Todo ello en un pleno en el que, como ya es costumbre, hay quien tira de ironía, quien acude al ataque, quien al tono conciliador, y algunos haciendo uso de frases o citas célebres. Bertolt Brecht, Mario Vargas Llosa y Antonio Machado han sido algunos de los parafraseados.