Real Madrid y Atlético de Madrid se miden este martes en la ida de los octavos de final de la Champions League en un duelo sin billete de retorno a la gloria. Solo uno de los dos equipos podrá seguir el camino de los campeones en una temporada en la que los dos, aún aspiran a todo: Champions, Liga y Copa.
Será la séptima vez que ambos se vean las caras en Europa. Esta temporada ya se han enfrentado dos veces en la Liga con tablas a uno, tanto en el Metropolitano como en el Bernabéu, precisamente, el escenario del primer choque entre los de Ancelotti y Simeone.
Se suele decir que no importa en qué estado se llegue a un derbi, porque siempre es un partido especial, sobre todo, si de por medio está el camino a la final de la Champions y, además, con la reciente historia europea en la que los rojiblancos no han salido muy bien parados.
El Madrid tiene que recibir en su casa al mejor Atlético de la temporada y del último lustro en un momento de muchas dudas. Los blancos están inmersos en la incertidumbre, fruto de una irregularidad manifiesta en su juego que les ha hecho, no solo ceder el liderato de la Liga, sino que su última derrota ante el Betis les deja ya a un punto del Atlético y a tres del Barça, los dos que no fallan.
El extraño caso del Dr. Champions y Mr. Liga
Los de Ancelotti no son capaces de remontar el vuelo, en las últimas cinco jornadas de liga han dilapidado una ventaja de siete puntos sobre el Barça y de dos sobre el Atlético, tras solo conseguir cinco puntos de 15 posibles, en una mala racha marcada por la falta de juego y la polémica arbitral.
El parcial de azulgranas y rojiblancos sobre el Madrid ha sido de 10 y de cuatro puntos respectivamente. Esta es la cara oscura que está mostrando el conjunto que dirige Ancelotti en la competición casera, donde no acaba de encontrar la sintonía ni en el juego ni en los resultados, mostrándose como un equipo anodino lastrado por la monotonía.
Pero como en el libro de Robert Louis Stevenson, el extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, el Real Madrid sí que ha logrado encontrar su mejor versión de la temporada y, como no es casualidad, lo ha hecho en su competición fetiche, la Champions League.
Con las dudas que generó el no haber conseguido el pase directo al sorteo de los octavos de final en Europa, la suerte hizo que otro de los 'grandes' que no pasa por su mejor momento, el Manchester City de Guardiola, se cruzase en su camino, en el primer examen final de la temporada.
Tanto en la ida como en la vuelta, el Real Madrid sacó su mejor versión de la campaña para llevarse por delante a los ingleses, sobre todo en el Bernabéu, donde además de goles desplegaron esa personalidad serena y firme que les llevó encontrar ese equilibrio que tanto ansiaba Ancelotti.
Aunque como en la obra de Stevenson, al llegar a la competición casera, el lado más oscuro y lúgubre volvía a salir, dejando que los instintos primarios se apoderase de una plantilla que es capaz de lo mejor y de lo peor, en un alarde sintomático que muestra en su juego bipolar.
Los '12 trabajos' del Atlético
Enfrente, un Atlético de Madrid que está realizando una de sus mejores temporadas, aunque aún está en pleno camino, en su particular odisea, como bien ha avisado ya el artífice del cambio de este equipo, Diego Pablo Simeone.
"Si después de esas tres o cuatro semanas no obtenemos buenos resultados en las cuatro o cinco semanas que faltan, aquello que pudiste hacer bueno o que parecería que sería fantástico, sirvió solo de una parte del camino, que es largo todavía", prevenía el míster rojiblanco en una entrevista en TVE.
Un camino a la gloria del que no quiere ser apeado ahora, justo en el momento frontera de la temporada, donde la balanza se puede decantar del lado bueno o del malo, jugándose el pase a cuartos de la Champions ante el Real Madrid y el pase a la final de la Copa ante el Barcelona, como si de los 12 trabajos de Hércules se tratase.
El Atlético de Madrid tiene que matar al León de Nemea y a la Hidra de Lerna en su eterno camino a la redención en una semana que será clave para saber si, además de seguir en Europa, puede culminar su 'eurovenganza' ante el eterno rival.
El primer envite con el 'león blanco' del Bernabéu será este martes, en un duelo que se decidirá, salvo sorpresa mayúscula, en el Metropolitano dentro de una semana, en una eliminatoria que decantará la balanza de un solo lado: blanco o rojiblanco.
El Madrid, sin Ceballos ni Bellingham
El Real Madrid llega al partido con las dudas que le he generado la última derrota liguera en su visita a Sevilla, donde perdió ante el Betis por 2-1, dejando que tanto Barça como Atlético, que no fallaron, abran distancias con él en la lucha por el liderato.
Ancelotti tendrá dos bajas muy sensibles en su ‘once’ de gala por culpa, una por culpa de las lesiones, la de Ceballos, que llega en el peor momento de la temporada para los blancos, y la otra, la de Bellingham, que cumple sanción por acumulación de amarillas.
La ausencia de Ceballos y Bellingham deja abierta la puerta a que el italiano regrese a su posición natural a Valverde y deje que Lucas Vázquez, ya recuperado, vuelva al lateral derecho. Siempre y cuando el uruguayo llegue a tiempo para el partido, tras entrenarse en solitario el lunes.
También podría dejar a Valverde en el lateral y apostar por Tchouameni junto a Camavinga en el mediocentro. Otra posibilidad es darle voz a la experiencia y sacar a Modric desde el inicio junto a Tchouameni o Camavinga.
Previsiblemente, el centro de la zaga para Rüdiger y Asencio, y el lateral izquierdo para Mendy. Con el tridente mágico -Vinicius, Mbappé y Rodrygo- en busca de la creación y los goles.
Por su parte, Simeone tendrá menos dudas sobre cómo afrontar el partido y repetirá la alineación que mejores resultados, tanto en juego como en el marcador, le está dando esta campaña, con Oblak en la meta, Lenglet y Giménez en el centro de la defensa, con los laterales para Llorente y Galán.
El centro del campo para Gallagher, Barrios, Rodrigo de Paul y el pequeño de los Simeone, con la dupla letal de Julián Álvarez y Griezmann en busca del gol.