En marzo de 2020, la casa Pronovias lanzó la colección ‘Heroes Collection’ y donó cerca de 1500 vestidos de novia a médicas, enfermeras o trabajadoras de la limpieza o cafetería en hospitales que estaban planeando su boda durante la pandemia. Muchas de ellas han tenido que ponerla en pausa y, como miles de españoles, aún no han podido celebrar el enlace: es el caso de Belén Gómez, una enfermera de la unidad del dolor que trabaja en un hospital de Madrid y que, por necesidades del servicio, fue trasladada a una planta COVID.
"Actualmente las cosas están peor, y hemos tenido que subir a planta a ayudar a unas compañeras que están haciendo un esfuerzo para el que no hay premio ni gratitud suficiente", cuenta Belén, que el 15 de marzo contrajo el coronavirus. En este tiempo, su pareja no se movió de su lado: "Dijo que iba a ser mi cuidador, y gracias a él salí adelante. Fueron cinco semanas muy duras".
"Mi chico, mi superhéroe"
Belén fue una de las elegidas por la firma española para recibir de forma gratuita un hermoso traje de boda. Y este San Valentín, en el que celebramos todos los tipos de amor, su historia nos recuerda el enorme reconocimiento que merecen, también, las familias de estas heroínas en primera línea contra la pandemia.
"Él es mi brazo derecho, mi almohada de llorar, mi 'buenos días, ¡arranca que tú puedes y tú lo vales! Es el dia a dia, gracias a él, y a mis hijas también, pero él que se chupa todos los malos ratos y el que me los saca adelante. Es mi chico, mi superhéroe".
Así fue recibir y elegir el vestido de novia
"Si te soy sincera, yo ya había mirado Pronovias, pero se me salía un poco de presupuesto", cuenta Belén entre risas. Su vestido ya estaba "casi comprado" cuando la mujer de un compañero de su marido se hizo eco de la campaña y le sugirió que contactase con la firma: "Ha sido un proceso muy específico, así que fue una sorpresa muy emocionante y muy gratificante cuando nos cogieron".
Para acceder al muestrario de la colección, tuvo que certificar que era enfermera, que estaba trabajando y que llevaba años en activo. Y, una vez terminado el proceso de selección, llegó el turno de escoger el vestido: "Decidimos hacer tarde de chicas, fui a la tienda con mis hijas y con las hijas de mi marido. Allí recibimos una atención muy especial, y yo escogí el vestido perfecto para mí, que gracias a Dios no va a necesitar mucho arreglillo".
"Como son segundas nupcias, no pensaba volverme a casar vestida de blanco. Pero es tan espectacular, es divino: tiene encajes, bordados y me queda como anillo al dedo. Fue el que entre todas decidimos que era perfecto. Aunque no puedo dar muchas pistas, porque aún está encerrado en casa esperando el momento".
Su historia de amor comenzó el 14 de febrero
Fue precisamente en su lugar de trabajo donde Belén conoció al amor de su vida, con 40 años y en el momento menos esperado: "Fue un amor a primera vista o el príncipe azul o un flechazo, llámalo como tú quieras. ¡Yo pensaba que a mi edad no iba a suceder! Cuando nos conocimos los dos estábamos casados, teníamos nuestros hijos y nuestro trabajo y no nos iba muy bien. Un día él le dijo a un compañero 'dame un tiempo, que yo a esa chica la conquisto', y todo empezó un día de los enamorados. Este año se cumplen ocho años".
Llevan juntos casi una década, pero han querido esperar a que sus hijos crezcan para casarse, y que de este modo puedan participar en la ceremonia en familia. Sin embargo, todavía tienen que esperar un poco más: como ha sucedido con el 70% de las bodas que iban a celebrarse el pasado año, Belén y su pareja han tenido que posponer la ceremonia. "Nos íbamos a casar el 27 de junio de 2020, pero hemos tenido que cambiar totalmente el sitio, la fecha... ¡Mi chico no se ha cogido el traje todavía! Hay mucha incertidumbre y no sabemos qué hacer".
Un regalo a las heroínas de esta pandemia
El de Belén es una de las miles de profesionales que han tenido que abandonar su puesto habitual de trabajo para cuidar a los pacientes de COVID: "Yo querría decir a mis pacientes de la unidad del dolor que sean pacientes, que cuando volvamos un poco a la normalidad volveremos a cuidarles como antes". La falta de recursos para atender a quienes padecen otras patologías es una de las tragedias silenciosas de esta pandemia, pero la situación continúa siendo crítica: "Hay que recordar que ahora mismo los pacientes de COVID están solos, necesitan a esa persona que los ayude y tire para delante".
Esta es la labor que buscan reconocer las distintas iniciativas sin ánimo de lucro destinadas, como esta, a elevar la moral del personal sanitario con iniciativas diversas y originales: "Nosotros lo hacemos sin ánimo de lucro, yo lo hago por vocación. Es un trabajo que me gusta, pero es duro, ahora mismo es muy duro y emocionalmente hay momentos que echas tu lágrimas, pegas un grito y dices no puedo más".
"Pero al dia siguiente te levantas y dices que hay que salir a delante, porque sabes que ellos lo necesitan mas que tú ahora mismo".
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