Taylor Swift se ha visto enredada, sin saberlo, en una de las cláusulas más destacadas de la separación entre Adele y el que fuese su marido durante 7 años, Simon Konecki. La cantante ha llegado a un acuerdo con su exmarido en el que se especifica que no podrá inspirarse en la ruptura de su matrimonio para escribir nuevas canciones, según avanza el periodico británico The Sun.
El corazón roto de Adele ya no podrá ser el motor de sus éxitos, como ocurrió con sus álbumes 19 o 21, cuyas canciones narraban parte de sus relaciones sentimentales. Algo que, por otro lado, no es ajeno a la música. ¿Qué artista no se inspira en sus propias experiencias personales para componer?
Parece que con esta polémica cláusula del divorcio, Konecki quiere evitar convertirse en el centro de las dianas musicales de su exmujer. Un anti-Taylor Swift, como lo definen en algunos medios, y es que la cantante americana también confesó que su inspiración para componer canciones surgía de las rupturas que había tenido con sus parejas, entre ellas Harry Styles, que acaba de cumplir 27 años.
Comprometidos como padres
La custodia y el régimen de visitas a su hijo de 8 años es otro de los puntos clave de este acuerdo. Para ello ambos vivirán en la misma calle de una lujosa zona de Los Ángeles. Algo que dejaron claro en la nota de prensa en la que anunciaron su divorcio hace ya dos años y en la que aseguraron que estaban "comprometidos a criar juntos con amor a su hijo".
Un divorcio millonario
Una de las condiciones impuestas por Adele es la confidencialidad del acuerdo, así que no está claro cuánto dinero le ha costado finalmente su divorcio. Eso sí: el medio Daily Mail ha publicado un exhaustivo análisis de sus finanzas, y su fortuna asciende a más de 160 millones de euros (a los que hay que añadir los casi 40 millones en propiedades que comparte con su marido, con quien no firmó ningún acuerdo prenupcial).
El diario inglés The Sun habría tenido acceso a su balance de cuentas en el registro mercantil, donde figuraría que la estrella gana al año unos 46 millones de euros: incluso sin poner un pie en el estudio ni dar conciertos, su fortuna sigue creciendo y es una de las mujeres más ricas del mundo del entretenimiento. En 2016, de hecho, era la segunda mujer mejor pagada de todo el panorama musical. En su gira de ese año, que duró 15 meses, ganó más de 200 millones de euros (más o menos un millón por concierto).