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Claves de la mayor ola de violencia en Siria desde la caída de Asad: de la "operación militar" a la masacre de civiles

  • Casi mil civiles de la minoría alawí han sido asesinados desde el pasado día 6

  • Los sucesos amenazan la legitimidad del Gobierno interino y la estabilidad del país

MIGUEL CHARTE
10 min.

El Gobierno transitorio sirio dio por terminada este lunes la "operación militar" contra supuestos "restos" del régimen de Bachar al Asad, iniciada el pasado día 6 de marzo. En estos cinco días, han muerto más de 1.300 personas, según datos del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, una ONG con sede en Londres pero con una red de informantes en Siria), la mayor parte civiles de religión alawí (la secta a la que pertenece el clan Asad) asesinados en masa.

Estos no son los primeros enfrentamientos internos en la Siria post-Asad, aunque sí los más graves. En diciembre se produjeron ya los primeros choques entre las fuerzas de seguridad y los alawíes en Latakia, y en Navidad los cristianos protestaron por los ataques a sus símbolos.

Los sucesos ponen en entredicho la transición siria y la capacidad y voluntad del Gobierno presidido por Ahmed Al Sharaa para que la nueva etapa integre a todas las etnias y religiones del país, y evitar que la guerra civil vuelva a prender.

¿Cómo se inició?

Las informaciones que nos han llegado son fragmentarias y no confirmadas por fuentes independientes. Según fuentes gubernamentales, el pasado jueves, día 6, grupos armados leales a Al Asad atacaron a patrullas de seguridad y puestos de control en el distrito de Yableh, en la provincia de Latakia. Dos días antes, dos miembros del Ministerio de Defensa habían sido asesinados en la capital provincial. Según las mismas fuentes, se ha hallado una fosa común con decenas de efectivos de seguridad asesinados en la localidad de Qardaha.

El jueves, el Gobierno de Damasco envió refuerzos desde las provincias norteñas de Idlib, Alepo y Hama, impuso el toque de queda en las provincias costeras de Latakia y Tartús e inició una "operación de rastreo" de los "remanentes" leales al antiguo régimen.

Samuele Carlo Abrami, investigador principal del CIDOB, que sigue la situación desde Turquía, cree que "con mucha probabilidad" el origen estuvo en un "ataque coordinado por ex oficiales y soldados de régimen" contras las fuerzas de seguridad, sin que "la variable sectaria" jugara un papel destacado al principio.

Por su parte, Qassem (nombre ficticio), un español de origen sirio alawí, asegura a RTVE.es que la chispa saltó en realidad un par de días antes, con redadas contra supuestos colaboradores del régimen en un barrio de Latakia, que se saldaron con una docena de muertos civiles.

¿Cómo se ha extendido la violencia?

"Las ejecuciones comenzaron hacia las cuatro de la tarde, y creo que no fueron las fuerzas del Gobierno, sino gente de Idlib y Hama. Allí solo hay suníes y aquí solo alawíes, y creo que fue una forma de venganza", ha relatado Ali Fedda, un joven de 20 años residente en Latakia, a nuestra compañera de RTVE.es Marta Rey.

"Hubo llamamientos desde las mezquitas de toda Siria, de la parte suní de Idlib, Damasco, Homs y Hama, llamando a la yihad, es decir, a matar alawíes", asegura Qassem. "Comenzaron a llegar caravanas de vehículos, y ellos mismos publicaron en redes sociales vídeos de lo que hacían, de cómo mataban". Algunos de estos vídeos se han difundido internacionalmente. Una vez que la escala de la matanza comenzó a ser conocida, afirma Qassem, los propios comandantes de estos milicianos les prohibieron grabar las atrocidades.

A partir de ese momento, la violencia se extendió en las ciudades de Latakia, Yableh y Banias y en su entorno rural. Las imágenes muestran decenas de cuerpos en las calles.

El Observatorio Sirio ha documentado el asesinato "a sangre fría" de 973 civiles, incluidos mujeres y niños. Además, han muerto al menos 125 miembros de las fuerzas de seguridad y 148 combatientes pro-Asad.

Las familias alawíes se encerraron en sus casas o buscaron refugio en las de sus vecinos suníes. "La gente está encerrada en sus casas - narra Qassem - No hay electricidad, ni agua, ni internet, no nos llega nada ni podemos comunicarnos con nuestra gente. Tienen órdenes de no acercarse a ninguna ventana, y los enfermos que necesitan medicación están muriendo".

Las masacres en Siria contra los alauitas dejan 1.500 muertos

El OSDH informa este martes de que docenas de personas han abandonado sus hogares para pedir protección internacional en Jmeimim, una base aérea rusa en Latakia.

¿Quiénes han perpetrado los asesinatos de civiles?

Las autoridades de Damasco culpan de los desmanes a milicianos que escapan de su control. Testimonios citados por la BBC aseguran que entre quienes perpetraron las matanzas había combatientes extranjeros, uzbecos o chechenos, y que la situación se calmó cuando llegaron los refuerzos de las fuerzas de seguridad desde Damasco.

Hay que recordar que la milicia que ha tomado el poder en Siria, Hayat Tahrir al-Sham (Organización para la Liberación del Levante, o HTS), con Al Sharaa al frente, nació vinculada al Estado Islámico o Daesh, y después se relacionó con Al Qaeda antes de moderar su discurso para presentarse como una fuerza islamista.

Samuele Abrami expone que los combatientes extranjeros fueron una "fuerza estratégica" en las filas de HTS. "Ahora su lealtad parece estar fragmentada. Esto demuestra las divisiones entre los grupos que se pensaba que estaban cerca del Gobierno", apunta el analista del CIDOB.

Haizam Amirah Fernández, analista especializado en Oriente Medio, explica a RTVE.es que a los efectivos de las fuerzas de seguridad, dependientes del Ministerio de Interior, "se suman milicias armadas de las que todavía no se han integrado en el Ejército sirio, que aún campan a sus anchas". "Algunas de esas milicias, que no siguen una cadena de mando, parece ser que han aprovechado esta situación para llevar a cabo actos de venganza y ajustar cuentas con la comunidad alawí", añade.

Amirah Fernández subraya además el hecho de que no se hayan producido persecuciones de alawíes en Damasco y otras ciudades en las que también tienen presencia.

¿Quiénes son los alawíes?

Los alawíes son miembros de una secta musulmana escindida del chiísmo, y constituyen aproximadamente el 10% de la población siria, concentrados en las provincias costeras de Latakia y Tartús. Son una más de las muchas minorías étnicas o religiosas de un país mayoritariamente árabe-suní, pero donde hay cristianos de distintas confesiones, drusos, yazidíes y kurdos, entre otros.

La familia Asad es alawí, y se apoyó en esta comunidad para gobernar, por lo que durante el régimen estaban sobrerrepresentados en las instituciones públicas y en el Ejército. Pero eso no significa que todos los alawíes sean pro-Asad: miembros de esta minoría fueron igualmente reprimidos por su oposición al régimen y, antes del 8 de diciembre, el malestar en la comunidad era creciente ante el empobrecimiento general y el alto número de bajas entre los jóvenes por una guerra que ha durado 14 años. La fuga de Asad a Rusia se vio como una traición.

Ahora se quejan de que el Gobierno interino les ha marginado, privándoles de empleos públicos y de representación. Fedda y Qassem relatan además episodios recurrentes de saqueos y provocaciones de los milicianos en los pueblos alawíes, ante los que el Gobierno interino se ha mantenido impasible, hasta ahora.

¿Hay una rebelión pro-Asad?

"En estos tres meses, elementos armados leales al régimen de Asad, que se habían refugiado en la zona costera y en las montañas de difícil acceso, han tenido tiempo de organizarse e intentan, seguramente con ayuda externa, atacar las frágiles instituciones del nuevo Estado sirio", explica Amirah Fernández.

Según el Gobierno de Damasco, unos 5.000 partidarios de Asad se han refugiado en las montañas de la costa. El ejecutivo de Al Sharaa culpa directamente de los ataques del día 6 al excoronel Suhail Al Hassan, jefe de las fuerzas especiales del Ejército. Otro excomandante de Asad, el general de brigada Guiath Suleiman Dalla, que dirigía la 4ª división acorazada a las órdenes de Maher al Asad, el hermano del presidente, ha anunciado en redes sociales el establecimiento de un "Consejo Militar para la Liberación de Siria".

Al mismo tiempo, las nuevas autoridades buscan a los cuadros del antiguo régimen para llevarles ante la justicia. El mismo día 6 de marzo anunciaron la detención en Yableh de Ibrahim Huweija, exjefe de Inteligencia en la fuerza aérea.

Samuele Abrami apunta también a la posible implicación en la creciente inestabilidad de un nuevo grupo, el Frente de Resistencia Islámica de Siria - Uli Abbas, una milicia alineada con Irán pero que aún no está confirmado que haya llevado a cabo ninguna acción sobre el terreno. "Esto refuerza la idea de que Teherán también intenta llenar el vacío de poder en Siria", apunta el investigador del CIDOB, que destaca que "el Gobierno interino no controla totalmente el país".

¿Cómo ha respondido el gobierno interino sirio?

El presidente interino sirio, Ahmed Al Sharaa, denunció los asesinatos como un crimen y una "amenaza" para la nueva Siria. Su Gobierno ha abierto una investigación y ha anunciado que los culpables de las matanzas serán detenidos (el lunes ya se produjeron dos detenciones).

Al mismo tiempo, Al Sharaa ha acelerado su política de "unidad nacional" integrando a los milicianos kurdos en el Ejército.

"Las nuevas autoridades son muy conscientes de que, si quieren construir una nueva Siria y una república distinta a la anterior, y con la complejidad social, religiosa y étnica que tiene el país, necesitan distanciarse del legado del Asad de sangre y fuego", apunta Amirah Fernández, que destaca que el país está aún en una "fase de cambio de régimen".

"El Gobierno central no quiere un enfrentamiento directo", opina por su parte Samuele Abrami. "La legitimación del poder depende totalmente de la capacidad del Gobierno de Al Sharaa de mantener un nivel de violencia, y especialmente de violencia que parece sectaria, al mínimo".

¿Cómo ha respondido la comunidad internacional?

Estados Unidos, Rusia y la ONU han condenado los asesinatos y han mostrado su preocupación. Washington y Moscú se han puesto de acuerdo para pedir una reunión urgente del Consejo de Seguridad, que se inició el lunes, sin que aún haya trascendido ningún acuerdo.

Moscú mantiene dos bases en Siria: la aérea de Jmeimim y una marítima en Tartús.

Francia, Alemania y la UE también han condenado la violencia.

Amirah Fernández critica la "moralina" de los países occidentales ante estos sucesos, "cuando durante más de una década se ha hecho la vista gorda cuando los que estaban siendo masacrados eran sirios de todo tipo, principalmente a manos del régimen".

Las potencias regionales, por su parte, continúan su injerencia en Siria, como hicieron durante la guerra civil. Turquía y sus milicias aliadas combaten a los kurdos en el noreste, mientras Israel ha invadido y ocupado más territorio en el Golán, y este mismo martes ha vuelto a bombardear instalaciones militares sirias. Por su parte, Irán busca, como ya se ha dicho, volver a influir de alguna manera en un país que fue su fiel aliado.

"Dos enemigos regionales acérrimos tienen el mismo objetivo en Siria: Irán e Israel. - apunta Amirah Fernández - Por distintos motivos, quieren una Siria fracasada, fracturada, dividida".

¿Qué puede pasar ahora?

"No estamos seguros, porque el Gobierno central no tiene el control pleno", subraya Samuele Abrami. "La desestabilización es una oportunidad para que los grupos que no quieren alinearse con el Gobierno central tomen el control de los territorios que no controla".

El analista del CIDOB insiste además en que el futuro depende también de lo que hagan Turquía, Irán o los Estados Unidos, y advierte de un posible resurgir del Daesh.

Haizam Amirah Fernández pide a la comunidad internacional que "arrime el hombro, que ayude a la sociedad siria con todos sus componentes a salir adelante", por ejemplo, con el levantamiento de las sanciones que pesaban sobre el régimen de Asad y que aún están en vigor. "Eso será bueno para toda la región y para todo el Mediterráneo, y no hay que olvidar que España pertenece al mismo vecindario".

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