Los candidatos socialdemócrata y conservador a canciller en las elecciones generales del próximo domingo en Alemania, Olaf Scholz y Friedrich Merz, respectivamente, han chocado este domingo sobre la inmigración irregular en el país, pero han coincidido en su ataque frontal a la ultraderecha y en reafirmar la vigencia del cordón sanitario a la Alternativa para Alemania (AfD).
Scholz, del Partido Socialdemócrata, tercero en las encuestas de intención de voto, y Merz, aspirante común del bloque conformado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su hermana bávara Unión Socialcristiana (CSU), primero en los sondeos, se han enfrentado por segunda vez en un plató de televisión desde el debate del domingo pasado.
Pero en esta ocasión también estaban invitados la líder de la AfD, Alice Weidel, cuyo partido ocupa el segundo puesto en las encuestas, y el ecologista Robert Habeck, cuarto con Los Verdes, lo que supone el primer debate a cuatro bandas cara a cara en la historia de la televisión germana.
A una semana de las elecciones y cuando las encuestas apenas se mueven desde hace semanas, los cuatro candidatos quieren atraer los votos de los indecisos, dado que ninguna fuerza obtendría mayoría para gobernar en solitario.
Scholz: "No habrá ninguna colaboración con la ultraderecha"
Merz, cuyo proceder ha suscitado protestas masivas en Alemania, ha reiterado que "mantendrá lejos" la "víbora" de la AfD como él ha calificado alguna vez a la ultraderecha, y ha asegurado que "tampoco trabajaremos juntos con este partido".
Asimismo, ha descartado el escenario austríaco al afirmar que hará "todo lo que pueda para evitar que eso ocurra", en referencia a que AfD se convierta en primera fuerza como el ultraderechista FPÖ en el país vecino.
Scholz, que también dijo que "no habrá ninguna colaboración con la ultraderecha", ha vuelto a calificar de "inaceptable" el comportamiento del vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, que incluso llegó a abogar por eliminar los cordones sanitarios a la ultraderecha.
El canciller ha retirado que un representante de AfD calificó de "cagada de pájaro" el nacionalsocialismo y sus crímenes contra la humanidad cometidos en la Segunda Guerra Mundial, una comparación que Weidel ha calificado de "escandalosa".
Deportaciones y hablar con los talibanes
No menos golpes se han repartido los candidatos en lo relacionado con la migración, tema natural de la AfD, tras los recientes ataques a manos de solicitantes de asilo en el país, también uno de los principales asuntos de la agenda electoral de los demás partidos, especialmente de la CDU.
Merz ha vuelto a echar en cara a Scholz que en "cuatro días llegan tantos inmigrantes irregulares nuevos al país como deportaciones hay en un mes".
Scholz, por su parte, ha dicho que el año pasado se redujeron las llegadas ilegales en 100.000 personas y que este año habrá otra disminución similar, al tiempo que ha asegurado que hubo durante sus tres años de mandato un aumento del 70% en las deportaciones.
Tras el atropello el pasado jueves en Múnich cometido por un afgano, Merz ha sostenido que el Gobierno germano es el único en Europa que aún acepta refugiados de Afganistán y que, para cambiar esto quizás haya que hablar con los talibanes. Este tema ha sido de los pocos en los que Habeck ha reaccionado de forma enérgica, al recordar a Merz que los talibanes son "un régimen de terror" y que los "pequeños contingentes" de refugiados que llegan son personas que ayudaron a Alemania en su momento.
Weidel, a su vez, ha prometido "frenar la inmigración ilegal" a través de controles consecuentes las 24 horas al día de las fronteras y la deportación igualmente constante de "delincuentes e ilegales en este país".
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