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El adelanto electoral al 23J: un 'todo o nada' en el que Sánchez busca evitar el desgaste y dar un vuelco en las urnas

  • El presidente acalló en los medios la victoria del PP y el auge de Vox el 28M en apenas 12 horas tras los comicios

  • Los expertos ven ventajas en este "movimiento defensivo" pero tienen en cuenta los riesgos en la jugada

ROCÍO GIL GRANDE
9 min.

En su ‘manual de resistencia’, Pedro Sánchez acaba de abrir un nuevo capítulo con el adelanto electoral de las generales al 23 de julio. Un movimiento que nadie se esperaba y que demuestra, una vez más, que es un político impredecible. Con él, busca enterrar de forma rápida los malos resultados del PSOE en las municipales y autonómicas del pasado domingo y, sobre todo, "aguarle la fiesta" a un PP que hubiera estado seis meses más celebrando y reivindicando su victoria con el consecuente desgaste al Gobierno y a los socialistas. Habrá que esperar un par de meses para ver si Sánchez ha hecho una jugada maestra al “todo o nada” o si es una misión suicida dados los riesgos para el PSOE.

El lunes, pasadas las 11 de la mañana y con su anuncio de adelanto electoral, Sánchez enterraba y dejaba sin vigencia todas las portadas e informativos que se centraban en la indiscutible victoria del PP, que ha arrebatado a los socialistas muchas capitales de provincia y varias comunidades, en la importancia que tendrá Vox en estos comicios, y hablaban de la debacle para el PSOE. El Partido Popular y los de Santiago Abascal tuvieron apenas unas horas para la celebración y ya se ven inmersos en nuevas elecciones.

Es un golpe de efecto muy bien calculado que ha hecho que en unas horas el PP desaparezca de las portadas

“Les coge completamente a contrapié, no esperaban ahora mismo dedicarse a preparar una campaña electoral”, destaca a RTVE.es el politólogo de la Universidad de Barcelona Jesús Palomar, que apunta a que ha sido “un golpe de efecto muy bien calculado y una estocada que ha hecho que en unas horas el PP desaparezca de las portadas”.

Sánchez, aficionado al baloncesto, ha logrado hacer un “tapón” a la derecha y a su previsible petición de adelanto electoral (algo que llevan meses reivindicando, especialmente a raíz de la moción de censura de Vox), subraya por su parte Ana Salazar, politóloga y directora de Idus3 Estrategia, que subraya que logra así evitar “seis meses de desgaste”.

“Había que reaccionar a los resultados y no creo que aguantar el Gobierno hasta diciembre hubiera sido positivo en ningún caso, soportando la petición de elecciones anticipadas, con un desgaste tremendo (por parte de la derecha) respecto a ETA y Bildu. Hubiera sido insostenible para tener algún tipo de oportunidad”, explica.

Un “movimiento defensivo” para minimizar pérdidas y “ruidos” en el PSOE

Para el politólogo Pablo Simón, se trata de un claro “movimiento defensivo” para “minimizar pérdidas” y apunta a que, aparte de la derrota y la pérdida de territorios, “la organización del Partido Socialista ha salido enormemente dañada”, algo que, a su juicio, genera "ruido". Y es que, por más que desde Moncloa y voces en Ferraz hayan destacado la “valentía” de Sánchez y arropado su liderazgo, otras como el PSOE extremeño han considerado su derrota como parte de un “castigo” al presidente del Gobierno y han considerado que su mensaje en campaña fue “muy errático” con anuncios que no daba tiempo a “digerir”. La tensión entre Sánchez y algunos 'barones' socialistas queda patente también cuando este martes Emiliano García-Page, el único socialista que logró mayoría absoluta y gobernará en solitario en Castilla-La Mancha, ha dicho que Sánchez no le ha llamado para felicitarle.

“El ruido en los partidos penaliza y evidentemente iba a empezar a haber barones y líderes locales que iban a señalar directamente a Sánchez”, prosigue el experto. En cambio, ahora el partido “tiene que cerrar filas y salir otra vez a pelear las generales, con lo que mantienen el ritmo, la inercia y la urgencia”, coincide Salazar.

Sánchez fuerza a Podemos y Sumar a tomar una decisión

Una de las consecuencias del adelanto electoral es que Podemos y Sumar no tienen apenas tiempo para negociar cómo concurrir a las generales, tras meses de tensiones, recelos y ataques entre los de Ione Belarra y Yolanda Díaz, porque los plazos para conformar coaliciones que establece la ley electoral terminan en nueve días.

Al forzar el calendario, obligas al espacio de izquierda a pactar o a tomar alguna decisión rápida. Es decir, no das tiempo a que haya ruido en el Consejo de Ministros, entre los ministros de Podemos y Yolanda Díaz, que también te hace daño”, prosigue Simón.

La división del voto en la izquierda es absolutamente letal

Cree que el PSOE puede salir de alguna forma beneficiado tanto si hay acuerdo o no entre ambas formaciones. Si Podemos y Sumar concurren por separado, sería “más fácil” para el Partido Socialista “atraer el voto útil”, cuando se ha visto este 28M que la división de la izquierda ha hecho que se “desperdicien” votos. En cambio, Salazar deja muy claro que “el Partido Socialista sabe que no va a ganar con mayoría absoluta y necesitará tener aliados, por lo que necesita que ambos vayan unidos ya que la división del voto es absolutamente letal”.

Este mismo martes, la ministra de Educación y portavoz socialista, Pilar Alegría, ha llamado precisamente a Podemos y Sumar a hacer un “ejercicio de responsabilidad y unidad” de cara a las elecciones generales y una “reflexión” de las municipales, donde la caída de Podemos y otros partidos de izquierda imposibilitó al PSOE conformar gobiernos en comunidades y Ayuntamientos donde incluso habían mejorado sus resultados, como la Comunidad Valenciana.

Movilizar y "retratar” a un PP que “se radicaliza” acercándose a Vox

Otro factor a tener en cuenta es que la campaña electoral comenzará poco después de que los Ayuntamientos se constituyan y en plenas negociaciones de PP y Vox para formar gobiernos autonómicos allí donde los ‘populares’ no han logrado mayoría absoluta.

“Esto lo va a aprovechar Sánchez para poner de manifiesto que el PP se radicaliza y ya no es un partido de centro derecha” porque sus pactos han pasado de Ciudadanos a “la extrema derecha”, expone Palomar. Esto, ha considerado, puede funcionar para atraer al “votante moderado o indeciso” y evitar una desmovilización en la izquierda porque los resultados del 28M están muy recientes. “Supone decirles ¿veis lo que ha pasado cuando la gente no vota?”, considera el politólogo.

Contras: elecciones en verano y el efecto “caballo ganador” del PP

Y es que la desmovilización tradicionalmente perjudica más a la izquierda que a la derecha. Precisamente, el gran riesgo que tienen estos comicios es ese cuando la fecha elegida es a finales de julio, cuando muchas personas están de vacaciones o prefieren pasar el domingo de excursión. Y como señala Palomar, España tiene “poca tradición de voto por correo” porque la gente prefiere ir a votar presencialmente. “Julio no puede ser peor fecha para la movilización electoral”, coincide Simón, que incide en que el PSOE “necesita un chute de participación” cuando “el calendario juega en contra”.

Aparte de la movilización, Simón apunta a otra dificultad derivada del 28M, y es el “efecto luna de miel” o “caballo ganador” del PP tras los comicios municipales y autonómicos: “Va a estar propulsado en las encuestas”. Salazar coincide y va más allá: “Va a haber mucha fotografía del PP recogiendo bastones de mando, lo que refuerza la ‘ola’ y la idea de que el PP es el partido de los líderes, el que está de moda”.

Apunta la politóloga a que el principal reto de Sánchez será “revertir el humor social” y cree que será difícil cuando el PP ha vencido claramente el 28M con el mensaje de “echarle” de La Moncloa y “derogar” el ‘sanchismo’. Pero cree que el PSOE ya no tiene tiempo para hacer cambios en “cuestiones programáticas” o para alejarse de Podemos o Bildu (el mensaje de la derecha respecto a sus pactos caló el pasado domingo en las urnas). En cambio, cree que Sánchez deberá “ajustar el mensaje del miedo a Vox” en campaña porque centrarse en ello sería “erróneo”. En cambio, opina que debería centrarse en “apelar a la necesidad de la movilización” y mantener una campaña de “tensión”, que no de “crispación”.

Y sobre todo, “proyectar una figura de un Pedro Sánchez mucho más humanizada”, porque “queda muy lejos de la ciudadanía” con un liderazgo “muy institucional”. “Le hemos visto en Falcon, le hemos visto con los presidentes, en mítines, pero, ¿quién es esa persona?, ¿es una persona que sufre, que se toma un café?”, expone, y destaca que “aunque parezca una tontería no es una cuestión menor porque el votante tiene que empatizar con él y ver la persona que está detrás del personaje”.

Pero si algo se va a ver precisamente en la campaña es el perfil y el liderazgo institucional de Sánchez cuando coincidirá con el inicio de la Presidencia española de la Unión Europea. Una circunstancia que, para Palomar, supone una ventaja que le otorga una mayor “visibilidad” y explota el perfil de liderazgo internacional de Sánchez. Y en esto no coincide Simón: “Va a haber mucho ruido y distorsión, porque tendrá que asistir a cumbres, consejos informales y todo eso va a generar distorsión y no va a mover ningún voto”.

Si algo ha demostrado la política es que, al igual que Sánchez, es impredecible. El presidente ha decidido jugar su futuro al “todo o nada” en menos de dos meses con un giro de guion que dejó a toda la esfera política, socialistas incluidos, y periodistas, con la boca abierta. Y solo los ciudadanos tienen en sus manos el poder de elegir si devuelven su confianza al jefe del Ejecutivo o si Alberto Núñez Feijóo sigue en la cresta de la ola y abre una nueva página en la democracia española.

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