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Donald Trump, el primer expresidente imputado en la historia de Estados Unidos

RTVE.es
6 min.

La imputación del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, por el presunto pago a la actriz porno Stormy Daniels ha supuesto una decisión sin precedentes en la historia del país que, aunque ha visto a varios de sus políticos como Bill Clinton o Richard Nixon envueltos en escándalos con la justicia, no había llegado aún a sentar a ninguno de ellos en el banquillo.

La investigación contra Trump, que se presenta como candidato a las primarias republicanas para intentar repetir mandato en 2024, gira en torno al pago de 130.000 dólares en negro a Daniels en 2016, un mes antes de ser elegido presidente, para esconder un supuesto encuentro sexual entre ambos, hacía por aquel entonces una década. A la espera de conocerse los cargos, los medios estadounidenses apuntan a que, además, se estaría intentando esclarecer si ese dinero se habría computado como un gasto de campaña.

Se espera que el republicano, que tiene otros casos abiertos por su papel en el asalto al Capitolio, el intento de revertir su derrota electoral en Georgia o haberse llevado documentos clasificados de la Casa Blanca, se entregue el próximo martes a la Corte de Manhattan, en Nueva York, que lleva la investigación. Trump, que también fue el primero en enfrentarse a dos impeachment o juicios políticos en su mandato, no ha tardado en responder a la acusación y ha tachado su situación de "persecución política". Días antes, el magnate ya había advertido de su posible arresto a sus seguidores, por lo que se teme que haya nuevas manifestaciones o revueltas en las calles.

Bill Clinton, otro escándalo sexual que puso en jaque a un presidente

El caso de Trump ha superado, al menos a nivel judicial, los escándalos políticos de algunos de sus predecesores. El más reciente fue también un asunto sexual relacionado, en esta ocasión, con el expresidente demócrata Bill Clinton (1993-2001). Se le acusó de perjurio y obstrucción a la justicia por intentar que no saliera a la luz su relación con la exbecaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, a la que habría pedido ocultarlo.

Clinton -que estaba casado con la que fue posteriormente rival de Trump en las elecciones de 2016, Hillary Clinton- tuvo que enfrentarse en 1998 a un impeachment. La Cámara votó su destitución, pero el presidente demócrata fue absuelto dos meses después por el Senado al no alcanzar los 67 votos necesarios para una condena. De hecho, Trump eligió para su defensa en su juicio político a los fiscales que llevaron el de Clinton.

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Clinton se mantuvo en el cargo, pero afectó gravemente a su prestigio y marcó lo que le restaba de mandato. Su carrera política también se había visto salpicada anteriormente por su posible implicación en el caso Whitewater - una fracasada inversión de bienes raíces relacionada con la quiebra de una caja de Ahorros en Arkansas que alcanzaba también a su esposa Hillary- aunque nunca fue procesado; y por la demanda de acoso sexual, en 1994, de la funcionaria estatal, Paula Jones, por la que tampoco llegó a la cárcel.

Además de Trump y Clinton, solo otro presidente del país fue sometido a un juicio político. Se trata del demócrata, Andrew Johnson, en 1868, por sus iniciativas de reconstrucción tras la Guerra de Secesión y su veto a proyectos de leyes para proteger los derechos de los esclavos. La Cámara de Representantes inició el proceso y el Senado, que se encarga del juicio en sí, los absolvió de los cargos de los que se les acusaba.

El Watergate, el caso que sacudió la política estadounidense

Otro de los casos más sonados, y que incluso ha dado rienda suelta al cine y literatura del país, fue el conocido como Watergate, del también republicano Richard Nixon (1969-1974), que aunque no fue detenido, acabó completamente con su carrera.

Esta polémica se remonta a 1972, cuando se detuvo a cinco hombres por allanar la sede del partido demócrata, el complejo de edificios Watergate. Faltaban pocos meses para las elecciones del país, en las que Nixon ganó, pero el caso le persiguió, cuando se supo que aquello no había sido un robo, sino una trama de espionaje político en el que su equipo estaba colocando micrófonos para saber los pasos demócratas previos a la cita con las urnas.

El escándalo, descubierto por los periodistas del Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, se unió a los otros problemas que ya estaban haciendo aguas el Gobierno de Nixon. El año anterior también había dimitido su vicepresidente, Spiro Agnew, acusado de evasión de impuestos y por supuestos sobornos en Maryland en una etapa anterior.

Las escuchas al partido opositor sacudieron el país y Nixon dimitió en 1974 antes de que comenzara un juicio político contra él. El vicepresidente Gerald Ford se convirtió en presidente tan solo seis semanas después e indultó a Nixon por cualquier delito que hubiera cometido mientras estaba en el cargo.

Se cumplen 50 años del Watergate, el escándalo que acabó con la carrera de Nixon

Trump hace historia de nuevo: imputado y absuelto de dos 'impeachment'

La situación de Trump, que tuvo que enfrentarse a dos juicios políticos, fue comparada en diversas ocasiones con la de Nixon por su importante dimensión política. En el primero de los juicios contra Trump, el mandatario estaba acusado de presionar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que abriese una investigación sobre las supuestas corruptelas del precandidato demócrata Joe Biden y su hijo Hunter en el país europeo. También por la desacreditada teoría de que fue Kiev quien interfirió en las elecciones presidenciales de 2016.

En la segunda ocasión, Trump se enfrentó a la acusación de "incitación a la insurrección" tras el asalto al Capitolio de una turba de sus seguidores, que dejó cinco muertos. Esta causa, que aunque no prosperó, sigue en investigación y podría reportar nuevos cargos para el presidente en el futuro, al igual que el proceso abierto por llevarse documentos secretos de la Casa Blanca o por la situación de sus finanzas.

El resultado final de Nixon y Trump han sido, sin embargo, muy diferentes. Mientras el primero se alejó del foco político por las causas judiciales, el magnate las ha utilizado en su discurso, alegando que se trata de una "persecución" contra él y su movimiento Make America Great Again. Su efecto en las bases, todavía se desconoce, aunque los investigadores apuntan a que podría dividir aún más a los republicanos.

"El país esta polarizado y Donald Trump está dividiendo a los propios republicanos. A corto plazo puede movilizar a todos esos fieles de Trump, pero a la misma vez hay muchos republicanos que dicen que quieren pasar página", ha considerado en una entrevista al Canal 24 Horas la investigadora principal del Real Instituto Elcano, Carlota García Encina.

Ahora, a la espera de juicio, Trump podría hacer nuevamente historia al adentrar al país en una situación legal inexplorada: la de tener un candidato a la presidencia imputado para las elecciones de 2024.

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