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Día de la Mujer 8M

Las mujeres facturan, pero menos que ellos: la discriminación y el techo de cristal frenan su avance

DIANA FRESNEDA / DatosRTVE
9 min.

El papel de la mujer en el mercado laboral ha evolucionado en las últimas décadas hasta cotas nunca antes vistas: ocho de cada diez mujeres en edad de trabajar ya lo hacen, sus puestos están cada vez mejor remunerados y desempeñan funciones directivas con mayor frecuencia. El sexo femenino también ha adquirido mayor relevancia a la hora de iniciar un negocio y las mujeres ya son el motor del crecimiento del autoempleo en España.

Pero, ¿qué hay detrás de estas cifras?, ¿cuál es la realidad de las mujeres trabajadoras?, ¿cuántas lideran los negocios?, ¿facturan más o menos que los hombres? Pese a los avances, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar la paridad real en el mercado de trabajo.

Las conquistas laborales no han sido suficientes y las mujeres siguen estando más golpeadas por el desempleo, la temporalidad, las jornadas parciales por el cuidado de personas dependientes o los menores salarios. Además, son minoría a la hora de emprender un negocio y existe un techo de cristal que sigue impidiendo una presencia mayoritaria en la toma de decisiones empresariales, tal como se vuelve a reivindicar este 8M y se repasa en la siguiente radiografía:

Más mujeres trabajando, pero lejos de los hombres

Las mujeres son mayoría en la población española, pero siguen estando en minoría en el mercado de trabajo. En 2022, de acuerdo a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 11,1 millones de mujeres de más de 16 años se encontraban trabajando o en búsqueda de empleo, frente a 12,3 millones de hombres.

Detrás de estas cifras se esconde la imposibilidad de la mujer de sumarse al mercado de trabajo por la dificultad de conciliar su vida familiar y laboral, al asumir la mayor parte de los cuidados de mayores, menores y personas dependientes. En total, 638.400 mujeres se han visto obligadas a renunciar a un empleo por esta situación, frente a 55.000 hombres.

La brecha de género también es latente si atendemos a otras variables, como la tasa de actividad: la del sexo femenino (53,79%) se sitúa diez puntos por debajo de la masculina (63,53%). En el caso del desempleo, y a pesar de que el paro femenino bajó el pasado año hasta el 14,61%, aún es tres puntos superior al de los hombres (11,32%).

En concreto, hay 222.000 mujeres más en situación de desempleo y el sexo femenino concentra el 53,7% del total de parados. De ellas, una de cada tres (32%) llevaba más de dos años buscando trabajo.

Pese a ello, hay un dato para el optimismo: cada vez hay más mujeres en el mercado laboral. En concreto, en 2022 se sumaron casi 100.000 trabajadoras, un 0,9% más que el año anterior. También se alcanzó un nuevo récord en el número de ocupadas: a cierre de año, casi 9,5 millones de mujeres se encontraban trabajando, frente a los poco más de 6 millones de hace dos décadas.

El autoempleo femenino crece con fuerza

Las diferencias son más acusadas en el caso de las trabajadoras por cuenta propia, aquellas que han sido capaces de ver una oportunidad de negocio y han iniciado un proyecto, asumiendo riesgos y adaptándose a incertidumbres propias de cada momento. Según los datos del INE, a cierre de 2022 se contabilizaron un total de 1.213.570 autónomas en el Régimen Especial Trabajadores Autónomos (RETA), esto es, el 36,46% del total.

Aunque la cifra se sitúa muy lejos de la paridad con los hombres, las mujeres siguen ganando peso en el colectivo. Sin ir más lejos, el pasado año 7.643 mujeres se dieron de alta como autónomas, frente al descenso de 7.638 hombres en la estadística. El dato es más sorprendente si echamos la vista atrás en el tiempo: en la última década un total de 170.415 mujeres han decidido dar el paso y emprender su propio negocio, casi 37.068 más que hombres.

Se trata de un sorpasso que los expertos justifican por la crisis económica y la destrucción de empleo en sectores con más presencia femenina. Y es que según el Observatorio del Emprendimiento de España (2021-2022), más del 70% de las emprendedoras considera la escasez de empleo como una de las razones para montar un negocio. No obstante, crece el porcentaje de quienes manifiestan motivaciones más ambiciosas, como la ilusión de luchar por algo propio, de intentar una idea de negocio por la que nunca se atrevió a dar el paso o la de que sus modelos de negocio marquen una diferencia en el mundo (43%).

Presencia mayoritaria en sectores precarizados…

Las desigualdades se intensifican si atendemos a los sectores de actividad. En concreto, de los 21 tipos de negocio que establece la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), en 10 de ellos es mayoritaria la presencia de mujeres.

Es el caso del comercio (50,6%), la hostelería (52,86%) o las actividades administrativas (54,75%); si bien alcanza cifras muy superiores en la educación (66,8%), la sanidad y los servicios sociales (78,4%) y en aquellos relacionados con las actividades del hogar, donde de cada diez empleados, nueve pertenecen al sexo femenino (90,5%).

Un análisis en profundidad de los mismos revela, sin embargo, que todos ellos se identifican con los sectores tradicionalmente más precarizados. Así, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el total de contratos temporales suscritos en el último mes del año en el sector del comercio alcanzó el 62,8%, en la hostelería el 56,9%, rozó en la educación el 55 % y se situó por encima del 80% en la sanidad.

Esto, además de reflejar la persistente discriminación del sexo femenino en el mercado laboral, evidencia una situación de profunda precariedad generalizada de las mujeres trabajadoras: ostentan el 55,36% del total de contratos temporales, pero también el 73,53% de las jornadas parciales en España. Todo ello también repercute en los salarios, como veremos más adelante.

…y también a la hora de emprender un negocio

En el caso de las trabajadoras por cuenta propia, los datos siguen la misma tendencia: las mujeres deciden emprender mayoritariamente en el sector Servicios. En concreto, lo hacen en actividades relacionadas con el comercio, que concentra a una de cada cuatro autónomas (24,2%); o la hostelería (9,5%).

Asimismo, el sexo femenino es mayoría entre los autónomos que inician un negocio relacionado con la educación (58,4%), la sanidad y los servicios sociales (61,3%) u otros servicios (63,46%). De nuevo, en los sectores más vulnerables.

Son minoría en los puestos de responsabilidad

Todos estos indicadores impiden a la mujer desarrollar su carrera profesional en óptimas condiciones. De hecho, todavía hay una barrera invisible -el llamado techo de cristal- que dificulta a las mujeres acceder a puestos de responsabilidad dentro de las empresas.

Según datos del Colegio de Registradores, en los Consejos de Administración de más de 80.000 empresas analizadas en España, se observa que en el 40% de estos órganos decisorios no hay ninguna mujer; mientras que la cifra es casi anecdótica (1%) en la situación inversa, es decir, sin hombres en los consejos. Y, dentro de ellos, el cargo de presidenta lo ostentan solamente una de cada seis (frente a uno de cada cuatro hombres).

En lo que respecta al capital social, las mujeres que pertenecen a empresas con más de 150.000 euros tienen una proporción mayor en el desempeño de los dos puestos más relevantes, como son presidenta y vicepresidenta, que conjuntamente suman el 43% de presencia femenina; mientras que, en las empresas de menos de 150.000 euros de capital, la proporción llega solamente al 35%. Es decir, que cuanto mayor es la empresa más presencia de la mujer en los puestos de responsabilidad del consejo de administración.

La discriminación se repite en el IBEX 35, donde el dato no alcanza el objetivo del 40% que marca la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Según el INE, el porcentaje de mujeres en el conjunto de Consejos de Administración de las empresas cotizadas en 2021 se situó en el 30,7%, un porcentaje tres puntos superior al del año anterior y que ha hecho un largo recorrido desde los 11,7% de 2012.

Si se considera el cargo ejercido en los consejos de administración, la presencia de mujeres en la presidencia de empresas es muy inferior (no llega al 6%), aunque de nuevo el porcentaje de mujeres como Consejeras se ha duplicado en los últimos nueve años.

Precisamente para garantizar la presencia de mujeres en puestos directivos, el Gobierno ha aprobado este martes la llamada ley de paridad, que plantea que cualquier empresa cotizada o entidad de interés público con más de 250 trabajadores y 50 millones de volumen de negocio debe tener, como mínimo, un 40% de mujeres en su cúpula antes de mediados de 2026.

Cobran de media un 23% menos que los hombres...

Todo ello acaba repercutiendo inevitablemente en los salarios, que son un 23% más bajos que los de los hombres. En concreto, según la última encuesta anual de estructura salarial del INE, las mujeres cobraron en 2020 una media de 22.467,48 euros, frente a los 27.642,52 euros de los hombres. Se trata de una diferencia de 5.175,04 euros anuales.

A la hora de observar los tramos salariales, la desigualdad se acentúa, ya que en los niveles más bajos predominan las mujeres (el 27,5 % de las trabajadoras no llegaba al sueldo mínimo interprofesional), una situación en la que solo estaban el 11,9 % de los varones. Y, en el otro lado de la tabla, esto es, los trabajadores con sueldos por encima de los 53.200 euros, se sitúan el 7,5% de los hombres frente al 4,5% de mujeres.

De nuevo, la encuesta refleja grandes diferencias por sectores: prácticamente en todos ellos el sexo femenino gana menos que el masculino, con la excepción de las Industrias Extractivas. Las mayores brechas se dan en las actividades financieras, donde las mujeres obtienen de media al año unos 12.000 euros menos que los hombres; seguido del sector energético y el sanitario, con una diferencia salarial de 10.000 euros

La brecha en las pensiones alcanza el 33%

Lo cierto es que todas estas brechas en el trabajo no son un hecho aislado: se arrastran durante toda la vida laboral de las mujeres y acaban repercutiendo en sus pensiones. En los primeros meses de 2022, la diferencia de prestación respecto a los hombres ha alcanzado el 33%. Uno de los principales motivos es la presencia mayoritaria femenina en las pensiones de viudedad, aquellas recibidas por el fallecimiento del cónyuge. Nueve de cada diez son mujeres, según los datos de la Seguridad Social, con cuantías medias de casi 800 euros.

Así, se pone de manifiesto que las mujeres son mayoría en la población española, pero aun facturan menos que los hombres en cualquier sector y etapa de su vida: siguen estando infrarrepresentadas en el mercado laboral, sufren más precariedad, no ocupan puestos de responsabilidad y ganan menos que los hombres, independientemente de que sean asalariadas o empresarias.

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