El feminismo ha vuelto este 8 de marzo en las calles para reivindicar, de forma unánime, la igualdad real entre hombres y mujeres y contra la violencia de género. Sin embargo, al igual que en 2022, el feminismo ha marchado dividido en Madrid, Barcelona y en otras ciudades por sus diferencias respecto a la ley trans, la prostitución y, este año, también debido al malestar por las consecuencias de la ley del ‘solo sí es sí’.
Desde esta mañana, el Día Internacional de la Mujer ha centrado los actos políticos, con una sesión de control que ha enfrentado precisamente a Gobierno y oposición por la ley del 'solo sí es sí', y un acto institucional en el que un grupo de mujeres se han enfrentado a la ministra de Igualdad, Irene Montero, por la ley trans.