Este 11 de febrero, el cine español vuelve a vestirse con sus mejores galas. Por segunda vez desde el Palacio de Congresos y Exposiciones (FIBES) de Sevilla, los Premios Goya celebran su 37ª edición entre sorpresas y tradiciones a partes iguales.
La ceremonia presentada por Clara Lago y Antonio de la Torre tendrá el récord de personas nominadas hasta la fecha, ya que la Academia de Cine decidió ampliar de cuatro a cinco las nominaciones en todas las categorías por “el buen momento que vive el cine español”. Y mantiene una ‘innovación’ del pasado año se mantiene: el Goya Internacional, que en esta ocasión ha recaído en la actriz francesa Juliette Binoche, después de que la también intérprete australiana Cate Blanchett inaugurara la categoría el año pasado.
En DatosRTVE nos preguntamos cómo son las personas que nos cuentan historias y quiénes las protagonizan en España.
Ellos dirigen más, pero ellas empiezan a ser más jóvenes
Con los datos desde 1987, la edad media global de las personas nominadas a Mejor dirección en los Premios Goya –calculada según la edad que cumplían en el año de la gala y dividida entre las 37 ediciones– se sitúa en 49 años.
Entre las nominaciones de este año, la edad media se coloca en 43 años, una de las cifras más bajas de toda la serie, con Carla Simón (Alcarràs) como la directora más joven, con 37 años. En 2022 se registró la más alta, con 60 años, con la presencia del director castellano-manchego Pedro Almodóvar, de 73 años, que no se llevó el galardón con la cinta Madres paralelas.
En Mejor dirección novel ocurre a la inversa. La edición de los Goya de 2023 ha traído consigo la edad media más elevada de la historia en esta categoría: 44 años, que supera a la anotada en 2005, con 43. No obstante, la edad media general de las personas debutantes se sitúa en los 37 años, diez menos que en la categoría ‘reina’. Esta gran diferencia se explica fundamentalmente en que se trata del primer contacto con el mundo de la dirección en estos premios.
Pocas mujeres en el histórico de nominados a Mejor dirección
Hasta ahora podríamos decir que el perfil de las personas que se colocan tras las cámaras se mueve entre los 35 y los 50 años. ¿Qué ocurre si miramos los datos por género? Que la línea que dibuja la edad media global en Mejor dirección sigue casi al detalle la marcada por la edad media masculina. La presencia de mujeres en la dirección se reduce a unos cuantos puntos aislados en la cronología de los Premios Goya.
Esta tendencia pone de manifiesto que la presencia de mujeres dirigiendo es anecdótica. Su aparición más ‘firme’ es reciente: comienza en 2021, aunque en estos dos últimos años ni Icíar Bollaín (Maixabel) ni Isabel Coixet (Nieva en Benidorm) consiguieron hacerse con el Goya.
En Mejor dirección novel la situación es más esperanzadora. Aunque la presencia de mujeres entre las nominadas ha sufrido interrupciones, hay muchas más –de hecho, llevan cosechando nominaciones 12 años seguidos– y, por tanto, en esta categoría el cine español ha disfrutado de una mayor diversidad de autorías.
De hecho, en 2023, la media global sube ‘gracias’ a ellas porque son más y un poco más mayores: Carlota Pereda (48), Alauda Ruiz de Azúa (45) y Elena López Riera (41) compiten contra Juan Diego Botto (48) y Mikel Gurrea (38). Que hubiese más directoras que directores es una circunstancia que no se daba desde 2019, con las nominaciones de Arantxa Echevarría, Andrea Jaurrieta y Celia Rico frente a los hermanos César y José Esteban Alenda.
Ellas, hasta seis años más jóvenes que ellos en las categorías de interpretación
A diferencia de lo que ocurre en la dirección, actores y actrices optan a tres categorías distintas en los Goya, desdobladas en dos para cada género: Protagonista, Reparto y Revelación. De media, este grupo obtiene nominaciones entre los 30 y los 50 años, siendo ellas quienes las obtienen más jóvenes, tanto en su papel de protagonistas (40 frente a 46 años) como de actrices de reparto (46 frente a 50).
De las 141 actrices que han sido nominadas como protagonistas, 85 de ellas (el 60%) lo fueron con 40 años o menos. En cambio, en el caso de los hombres, 73 de ellos, apenas un 52%, tenía 46 años o menos, por lo que es mucho más frecuente que sean nominados pasada esa edad media, con Manuel Alexandre (a los 89 años en la película Elsa y Fred) o Jean Rochefort (a los 83 en El artista y la modelo) como los ejemplos más evidentes.
En general, como se ve en el siguiente gráfico, de manera sistemática, las actrices nominadas son más jóvenes que sus compañeros hombres, lo que refleja en buena parte que la industria del cine no gratifica la madurez en las intérpretes; o dicho de otra manera, que la edad juega en contra de la carrera profesional de las actrices.
Cuando actores y actrices no son el centro de la trama, la situación está más equilibrada entre ambos géneros: el 53% de los hombres tienen o están por debajo de los 46 años cuando reciben una nominación en la categoría de interpretación de reparto, mientras que un 54% de las mujeres tiene 40 años o menos en ese momento.
En la categoría de revelación –donde también se cumple que ellas son más jóvenes que ellos– las edades medias son más reducidas por varios motivos. El principal, como ya ocurría con la dirección novel, es que optan a este galardón intérpretes que se dan a conocer, una circunstancia más habitual entre las personas más jóvenes, pero existen excepciones. Antonia Guzmán y Benedicta Sánchez son los ejemplos más recientes y longevos, pues consiguieron su reconocimiento con 94 años y 85 años respectivamente; Sánchez consiguió llevarse el Goya por su papel en Lo que arde.
Otra causa que explica que las edades sean más bajas se basa en que hasta 2011 los menores de edad podían obtener este premio. Seis lo consiguieron, pero recibirlo implicaba, según la Academia, “circunstancias legales y civiles que la institución considera no recomendables para los menores de esa edad”, de ahí que optaran por imponer este requisito. Por ejemplo, Carla Quílez, protagonista de La Maternal, podría haber sido seleccionada este año si esta cláusula no estuviera en vigor.
Las personas con más nominaciones, dentro de los estándares
Vistos los datos, ¿siempre dirigen las películas nominadas las mismas personas? De los 287 nombres nominados a Mejor dirección y Mejor dirección novel, 231 (un 80%) son de hombres, frente a los 56 de mujeres.
Entre ellos, 40 ‘repiten’ –cuentan con más de una nominación entre ambas categorías–, con Pedro Almodóvar (11), Alejandro Amenábar (6) y Vicente Aranda (6) como líderes, mientras que solo siete directoras han conseguido ese hito, con Icíar Bollaín e Isabel Coixet a la cabeza.
Al mirar a qué edad obtuvieron las nominaciones, se observa que, por lo general, los directores empiezan a edades más tempranas –Amenábar con 25 años, Álex de la Iglesia con 28– y consiguen nuevas nominaciones rápidamente. En cambio, a ellas les cuesta más: Icíar Bollaín e Isabel Coixet, coetáneas a los anteriores, tardaron casi diez años en alcanzar el mismo número de nombramientos que Amenábar. No obstante, hay signos de cambio: algunas se lanzan a rodar y reciben nominaciones más jóvenes, como Carla Simón (32 años) y Paula Ortiz (33).
En el mundo de la interpretación, Antonio de la Torre y Penélope Cruz son los más ‘queridos’, con 14 nominaciones cada uno; Eduard Fernández, Maribel Verdú y Javier Bardem completan el top 5. Sin embargo, el malagueño consiguió las suyas en la mitad de tiempo: su primera nominación llegó en 2007 y la última en 2020, mientras que la madrileña comenzó su carrera a mediados de los 90 y en esta edición ha llegado su reconocimiento número 14.
Al revisar cuándo recibieron sus nominaciones se observa que las actrices las obtienen a edades más tempranas que los actores, como ocurre con Penélope Cruz (19 años), Maribel Verdú (22) o Candela Peña (a sus 22 años consiguió dos a la vez). También que esta tendencia se mantiene en el tiempo, con la excepción de Javier Bardem en la treintena. Por otro lado, se vuelve una tarea muy complicada conseguir una nominación a partir de los 60 años.