Los territorios ocupados por las tropas rusas en Ucrania han comenzado este viernes los referéndums para anexionarse a Rusia, unas consultas que no son reconocidas internacionalmente. Las autoridades prorrusas de las regiones de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia pretenden que se vote hasta el día 27, mientras continúan los combates en el frente.
Los ciudadanos podrán votar en sus casas, a dónde acudirán los miembros de las comisiones electorales, y en lugares habilitados, y solo el último día se abrirán colegios electorales. Mucha de la población original de estas zonas ha huido de los combates, hacia Rusia o hacia el oeste de Ucrania u otros países. La presidenta de la Comisión Electoral Central de Rusia, Ela Pamfílova, aseguró este jueves que hará todo lo necesario para que los habitantes de los "territorios liberados" que se encuentren en Rusia puedan participar en las consultas.
No habrá observadores internacionales. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que actúa como observadora en elecciones, asegura que el resultado no tendrá valor legal porque no se ajusta a la ley ucraniana ni a las normas internacionales, y las áreas no son seguras.
Los referéndums se producen cuando las fuerzas rusas han perdido terreno ante la contraofensiva de los ucranianos y el presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado una movilización parcial de reservistas.
La incorporación de los territorios daría a Rusia una excusa para incrementar su defensa, incluso con armas no convencionales, como advirtió Putin este pasado miércoles.
Ucrania denuncia coacciones y amenazas
Ucrania ha acusado a las fuerzas de seguridad rusas de manipular el censo electoral en los territorios ocupados y de perseguir y secuestrar a aquellos ciudadanos leales a Kiev.
El gobernador de la región de Lugansk nombrado por Ucrania, Serhiy Gaidai, ha asegurado además que se están produciendo coacciones y amenazas. Por ejemplo, en la ciudad de Bilovodsk, el director de una empresa ha amenazado a sus empleados con el despido y con dar sus nombres a los servicios de seguridad si se niegan a votar. En Starobilsk, los ocupantes rusos han prohibido a la población abandonar la localidad hasta el martes y grupos armados recorren las casas para forzar a los ciudadanos a tomar parte en la consulta.
Yuriy Sobolevsky, vicepresidente del consejo regional de Jersón hasta la llegada de los rusos, ha asegurado que no hay suficiente apoyo ni gente para llevar a cabo el referéndum, menos aún con la rapidez con la que los rusos pretenden. "Lo mejor que puede hacer la gente de Jersón es no abrir sus puertas", ha recomendado.
Las autoridades de Kiev también han advertido de que la participación constituye un delito que se castiga con hasta 12 años de prisión.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha asegurado que los referéndums son una muestra del miedo de Rusia a la derrota. "Ninguna decisión que el liderazgo ruso pueda tomar cambia nada en Ucrania", dijo Zelenski este jueves, y aseguró que continuarían con el trabajo de "liberar nuestro país y a nuestro pueblo".
Paso hacia la anexión a Rusia
Rusia podría acelerar el proceso de anexión unilateral de los territorios bajo su control (aproximadamente la mitad de las regiones de Donetsk y Zaporiyia, y la práctica totalidad de Lugansk y Jersón) tras el referéndum, como hizo con Crimea en 2014.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha asegurado que el proceso de anexión "será bastante rápido".
"Desde el comienzo de esta operación, dijimos que los pueblos de los territorios respectivos deberían decidir su destino, y toda la situación actual confirma que quieren ser los dueños de su futuro", ha declarado esta semana el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
En conjunto, las regiones en las que están convocados los referéndums representan el 15 % del territorio ucraniano.
Moscú ya reconoce como estados independientes a las autoproclamadas "repúblicas populares" de Lugansk y Donetsk, donde había desplegado fuerzas desde 2014, y justificó su "operación especial" en Ucrania para defenderlas. Solo Corea del Norte, Siria y las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia se sumaron al reconocimiento.
La celebración de las consultas ha sido condenada internacionalmente. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha recordado que cualquier anexión de territorio por la fuerza es una violación de la ley internacional. Turquía, que mantiene buenas relaciones con Rusia, también ha advertido que las consultas son ilegales y ha pedido a Moscú que devuelva los territorios conquistados. El presidente de EE.UU., Joe Biden, acusó a Rusia de querer "acabar con el derecho de Ucrania a existir como Estado".