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Festival de San Sebastián

La consagración del realismo español: cuatro películas tras la Concha de Oro

  • Suro, Los girasoles silvestres, La maternal y La consagración de la primavera, entre lo mejor de la competición

ESTEBAN RAMÓN (San Sebastián)
6 min.

Al presentar Alcarràs, Carla Simón reflexionaba sobre que el cine español viene de una tradición “maravillosa muy actuada” y que es una evolución natural que exista ahora “cineastas que busquen un tono más realista”. Si las tendencias artísticas son pendulares, tal vez en poco tiempo se vuelva al artificio porque el naturalismo con el que ha triunfado este año Simón o Alauda Ruiz de Azúa en Cinco Lobitos, también forma parte de las cuatro películas españolas que aspiran a la Concha de Oro.

Con diferentes estrategias, tanto La consagración de la primavera, de Fernando FrancoLos girasoles silvestres, de Jaime RosalesLa maternal, de Pilar Palomero; y Suro, del debutante Mikel Gurrea, abordan aspectos contemporáneos para establecer debates sobre sexualidad, relaciones de pareja, de clase, adolescencia, la mayoría de las veces sin juzgar a sus personajes y recurriendo en ocasiones a actores no profesionales o a actores debutantes en busca de frescura. Las cuatro confirman un año extraordinario para el cine español y ninguna de ellas puede ser descartada para el palmarés final.

Los girasoles silvestres: Jaime Rosales y la lucha por la estabilidad emocional

Formalista consumado en la mayor parte de su filmografía, Rosales regresa a un realismo humanista que ya abordó en Hermosa juventud con su habitual norma de no juzgar, huir del psicologismo, no buscar interpretaciones y dejar ese trabajo al espectador.

Anna Castillo interpreta a Julia una madre soltera que transita por tres relaciones, cada una con su grado de toxicidad. Primero con un maltratador, luego con un inmaduro, y, cuando finalmente parece encontrar una mayor afinidad, aparecen las inseguridades de cualquier relación.

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“A lo largo de la vida sentimental tenemos diferentes relaciones, pruebas diferentes cosas. Hay algo de azar en la vida, pero también algo de aprendizaje", explica Rosales a RTVE.es. "Julia aprende, demuestra inteligencia: cuando se entra en una dinámica centrífuga la pareja se va separando más y la única forma de romperla es que alguien dé un paso hacia la otra persona".

Rosales, que se define como cristiano, subraya la responsabilidad sobre el destino de sus personajes, aunque tengan que pactar con la realidad y la imperfección del amor. “Ese abandono del ideal romántico hace que el espectador viva la película de manera muy distinta según sea su propia experiencia sentimental. Hay quien le parece el final muy amargo y quien considera la renuncia como un final feliz”.

La maternal, Pilar Palomero y el retrato de la madre adolescente

Al contrario que la más personal Las niñas,  Pilar Palomero abordó La maternal como un trabajo de aprendizaje de un tema que desconocía: la travesía vital de una adolescente en una situación de riesgo de exclusión social que se queda embarazada.

Palomero paso meses hablando con muchas madres adolescentes para derribar sus propias ideas preconcebidas. “Me di cuenta que nos genera cierto rechazo hablar de madres jóvenes.  Es algo que nos incomoda como sociedad. Me sorprendió mucho su capacidad de resilencia para seguir adelante”. La película muestra la natural instrospección adolescente se destruye por la, también natural, generosidad del amor natural. Una contradicción que sufre el personaje de Carla. “Son dos momentos vitales antagónicos que convergen en una persona”.

Así es 'La maternal', de Pilar Palomero

“Tanto la trabajadora social como algunas madres del centro no son actrices y, aunque no se interpretan a sí mismas, sí han vivido esa experiencia”, explica Palomero. “Recurrí a ellos porque llevan incorporado en la mirada algo que no me interesa buscar a través de la actuación. Pero trabaje con ellas del mismo modo que hubiera trabajado con actores profesionales”.

Para el papel protagonista encontró a Carla Quílez. Aunque no había interpretado nunca, ni tenía pensado dedicarse a la interpretación, sí es una bailarina de ritmos urbanos acostumbrada a la disciplina. Su asombrosa capacidad para transmitir emociones brilla en la pantalla y, de momento, afirma que sí le gustaría probar con la interpretación.

Suro, el corcho y las clases sociales

Por si tenía poco el cine español en 2022 llega un debutante como Mikel Gurrea y presenta en San Sebastián una contundente película sobre una pareja urbanita busca una nueva vida en la naturaleza. Ella (Vicky Luengo) tiene una finca familiar con extensiones de alcornoques y contrata a unos locales para la campaña de recogida del corcho. Él (Pol López), comienza a sufrir una crisis de identidad con su nuevo rol en la relación.

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Gurrea hizo de joven una campaña como temporero con el corcho."Cuando hice la campaña del corcho me encontré con gente que había nacido ahí, gente de Extremadura y Andalucía y gente de Marruecos”.

La explotación de los temporeros extranjeros y el racismo llevan al límite la tensión de una película más estilizada que las otras películas españolas a competición. Luengo y López son los dos únicos actores profesionales del elenco, en el que destaca también Ilyass El Ouahdani, un joven marroquí debutante.

La consagración de la primavera: Fernando Franco y el descubrimiento de la sexualidad

En la consagración de la primavera Fernando Franco muestra la intimidad sexual entre una joven universitaria sin experiencia y una persona con diversidad funcional. La película es la más directa de las cuatro, y también la más contenida del propio Franco, centrándose en una única línea argumental y sin recrearse en descripciones.

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La consagración de la primavera encuentra el punto perfecto para recrear el sexo, sin caer en lo explícito, pero tampoco en lo pacato en una película muy delicada que, quizá, es la que mejor recibimiento de las cuatro ha tenido. Telmo Irureta, actor con parálisis cerebral, no tuvo reparos con los desnudos y la película además juega contra el cliché: la persona con discapacidad es la experimentada y la que domina la intimidad.

“Cuando leí el guion y vi que era valiente esperaba que también lo fuésemos al rodar. Me apetecía enseñar y se viera mi cuerpo desnudo. Igual no puedo manejar las manos, pero sí otra cosa”, explica el actor. “Los desnudos suelen ser de gente guapa y echo de menos cuerpos distintos porque igual no somos tan diferentes. Son dos personas unidas, en una habitación, como si no existiera el mundo”.

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