Los ataques del viernes a la central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, han hecho crecer la preocupación de la comunidad internacional por una posible catástrofe nuclear en el país. La planta está actualmente ocupada por los rusos, pero también está sufriendo ataques de las tropas ucranianas. Mientras ambos países se acusan mutuamente por poner en riesgo la instalación, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido del peligro que supone y ha calificado de "suicida" cualquier ataque a una central nuclear.
"Cualquier ataque contra una planta nuclear es un suicidio y espero que esos ataques terminen. Al mismo tiempo, espero que el OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) pueda tener acceso a la planta y ejercer las competencias de su mandato", ha dicho Guterres. "Creo que si se utilizan armas nucleares probablemente ya no habrá ONU capaz de responder. Puede que todos ya no estemos aquí", ha añadido.
Asimismo, Guterres ha subrayado que "estamos asistiendo a una radicalización de la situación geopolítica que hace que el riesgo de una guerra nuclear vuelva a ser algo que no podemos olvidar del todo".
El jefe de la empresa estatal ucraniana de energía nuclear, Energoatom, ha pedido que la central se convierta en una zona libre de militares, advirtiendo del riesgo de una catástrofe nuclear como la de Chernóbil, después de que la planta haya sido alcanzada por bombardeos.
La central está bajo control rusodesde los primeros días de guerra en Ucrania, aunque sigue siendo dirigida por técnicos ucranianos. El pasado 7 de junio, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aseguró que funciona con normalidad. La planta consta de seis reactores y es la principal proveedora de electricidad de Ucrania, generando entre 40.000 y 42.000 millones de kWh de electricidad, una quinta parte de la producción anual del país.
Zelenski acusa a Rusia de crear "una situación extremadamente peligrosa"
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha arremetido contra Rusia alegando que los ocupantes de la planta han creado "otra situación extremadamente peligrosa para toda Europa". Además, Ucrania ha rechazado las acusaciones rusas de que haya bombardeado Zaporiyia y ha pedido una misión internacional de expertos, encabezada por la ONU, antes del final de agosto.
En declaraciones a la prensa en Viena, el embajador ucraniano ante el OIEA, Yevhenii Tsymbaliuk, ha reconocido que la situación en la planta nuclear "no tiene buena pinta" y advirtió de un "potencial desastre".
Según el diplomático, los recientes ataques, sucedidos desde el 5 de agosto, han destruido numerosos sensores de vigilancia, por lo que en estos momentos no es posible medir los niveles de radiación en toda la planta. Tsymbaliuk ha dicho que Ucrania desconoce el objetivo de Rusia, aunque no descarta que sea un intento de desconectar la planta del sistema eléctrico ucraniano y crear un apagón generalizado en la parte sur del país.
"El terrorismo nuclear de Rusia exige una respuesta fuerte de la comunidad internacional", ha señalado, alegando que un posible accidente en la planta tendría "enormes consecuencias no solo para Ucrania sino para toda Europa".
Rusia alega que Ucrania "intenta tomar a Europa como rehén"
Rusia, por su parte, acusa a Ucrania de intentar "tomar a Europa como rehén" al bombardear la central. El ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha dicho a través de un comunicado que quiere que el OIEA visite la planta y que es Kiev la que está bloqueando esa posible visita.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ha asegurado que Rusia envía información "regularmente" al OIEA sobre la situación en la central nuclear y ha asegurado que a los militares ucranianos "les ha fallado el sentido elemental de la autoconservación".
"Al apuntar con sus piezas de artillería contra los reactores en marcha y los almacenes de combustible nuclear utilizado, los ucranianos apuntan contra sí mismos", ha añadido al señalar que "cada día la situación se torna más peligrosa".
Asimismo, Zajárova ha celebrado las declaraciones del secretario general de la ONU en apoyo a los esfuerzos del OIEA "para crear condiciones en aras de estabilizar la situación en la central nuclear de Zaporiyia y permitir su acceso a la estación".