El ataque ruso a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la mayor de Europa, ha puesto de manifiesto el riesgo que supone la guerra en Ucrania para la seguridad nuclear del país. Aunque el regulador nuclear ucraniano ha asegurado que los reactores de la central permanecen intactos y no hay daños que afecten a la seguridad de la planta, el fantasma del desastre de Chernóbil ha hecho aparición durante este incidente.
En la actualidad, Ucrania cuenta con quince reactores de agua a presión, distribuidos en cuatro centrales: Jmelnitski (dos reactores), Rivne (cuatro), Ucrania Sur (tres) y Zaporiyia (seis), aunque solo nueve reactores están conectados a la red, según datos del operador estatal ucraniano Energoatom.
En el país existe una gran dependencia de la energía nuclear: es el tercero de Europa que más supeditado está a la producción de este tipo de suministro, después de Francia y Eslovaquia. Esto hace que los ataques rusos a este tipo de instalaciones, además de un riesgo evidente para la seguridad, conlleven un duro golpe logístico para Ucrania.
Según explica a Efe Eloy Sanz, profesor de Ingeniería Energética de la Universidad Rey Juan Carlos, el riesgo para las instalaciones nucleares durante una guerra es "una situación de incertidumbre asociada a la alta dependencia de un país, en este caso Ucrania, a la energía nuclear". Y es que aproximadamente la mitad de la energía que consume el país proviene de las centrales nucleares "por lo que no se pueden cerrar de manera preventiva", dice el experto.
Medidas de seguridad adicionales
Además de un ataque directo, “la pérdida del suministro eléctrico exterior o del agua para poder refrigerar el núcleo y el combustible” son riesgos para los que “en principio” sí están preparadas las centrales de Ucrania, dado que “es un país miembro de la Asociación de Reguladores Nucleares Europeos (WENRA)”, ha explicado a Efe la portavoz del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) Patricia Fernández.
Para contrarrestar la pérdida de potencia exterior, "las centrales disponen de generadores diésel de emergencia capaces de funcionar de manera autónoma durante varios días”, de modo que esta amenaza no debería suponer un riesgo para las centrales.
Además, "después del accidente nuclear de Fukushima en 2011 se implantaron medidas adicionales para hacer frente a pérdida total de corriente alterna”, es decir, “no solo del suministro eléctrico exterior, también del procedente de los generadores diésel” que podrían mantener activos los sistemas de refrigeración.
Ya antes del ataque ruso a la central de Zaporiyia, el Movimiento Ibérico Antinuclear, del que forma parte Ecologistas en Acción, denunció en un comunicado el riesgo nuclear en Ucrania: "Resulta evidente que las instalaciones nucleares son un punto débil en la seguridad de un país en caso de guerra, sean objetivo intencionado o no", aseguraba el texto.
Veamos cómo son las cuatro centrales nucleares en activo de las que dispone Ucrania:
Zaporiyia
Ubicada en Enerhodar, a orillas del embalse de Kakhovka en el río Dniéper, Zaporiyia es la central nuclear más grande de Europa, con seis reactores.
La planta tiene una potencia de 6.000 MW, lo que representa una quinta parte de la producción anual de la electricidad de Ucrania y casi la mitad de la electricidad generada por las centrales nucleares del país, según Energoatom. Se desconoce por ahora qué alcance tendrán los daños ocasionados por el bombardeo ruso de este jueves.
La central de Zaporiyia comenzó su construcción en 1981, que se desarrolló en diversas etapas. Entre 1984 y 1987 se pusieron en marcha cuatro unidades de potencia; la quinta comenzó a operar en 1989 y la sexta, en 1995.
En 2000, la central nuclear de Zaporiyia fue reconocida como una de las tres mejores centrales nucleares del mundo, lo que cumple plenamente con los requisitos del OIEA.
Tras el ataque, que según la OIEA no ha provocado "una liberación de material radiactivo", solo permanece operativo un reactor, mientras que los otros cinco están fuera de servicio o en cierre de seguridad para evitar cualquier riesgo de fuga.
Rivne
Esta central está ubicada junto a la ciudad de Varash, en la región de Rivne, y es la mayor fuente de energía en la zona occidental de Ucrania.
Cuenta con cuatro reactores, con una potencia de 2.835 MW: el primero se puso en marcha en 1980 y el último, en 2004, debido a un retraso debido a la moratoria sobre la construcción de este tipo de instalaciones que se introdujo en Ucrania tras Chernóbil.
Ucrania Sur
Ubicada en la región de Mykolaiv, en la zona meridional del país, esta central nuclear forma parte de un complejo energético, en el que también se incluyen una central hidroeléctrica y una planta de almacenamiento, que producen en torno al 10% del total de energía eléctica del país y en torno al 20% de lo que generan las plantas nucleares en Ucrania. La central se inauguró en 1992 y cuenta con tres reactores nucleares.
Jmelnitski
Ubicada en el noroeste de Ucrania, esta central cuenta con dos reactores operativos, con una potencia total de 2.000 MW. El primer reactor comenzó a construirse en 1981 y se puso en marcha seis años después, mientras que las obras del segundo reactor se iniciaron en 1983 pero no se completó hasta 2004, debido a la moratoria citada.
Aunque tiene otros dos reactores en construcción, se encuentran paralizados actualmente, a pesar de que se han firmado acuerdos para su reanudación, hasta el momento sin resultados.
Chernóbil, la mayor catástrofe nuclear de la historia
La primera planta atómica construida en Ucrania fue la central de Chernóbil, que entró en funcionamiento en 1977.
El 26 de abril de 1986, la explosión del reactor número cuatro de esta central, ubicada en el norte del país, junto a la frontera bieolurrusa, desencadenó la mayor catástrofe nuclear de la historia, arrojando a la atmósfera una radiactividad equivalente a entre 100 y 500 bombas atómicas como las de Hiroshima.
Según calculan expertos ucranianos, unas 100.000 personas han muerto a causa de este desastre.