A la OTAN le ha llevado tiempo considerar a China como un desafío directo. Hasta la cumbre del año pasado en Bruselas, la Alianza Atlántica no había mostrado su preocupación por varios aspectos relacionados con el gigante asiático que podrían afectar a la seguridad. Pero con el nuevo conepto estratégico, los aliados califican a China de "desafío" para sus intereses, seguridad y valores.
Uno de los puntos de preocupación de la OTAN es la constante modernización militar de China, una potencia con armamento nuclear que aumenta cada año su gasto militar y, por tanto, las capacidades del Ejército de Liberación Popular para operar en otras regiones, más allá de la zona de Asia-Pacífico.
Un desafío para la OTAN
"La amenaza que China presenta para la OTAN no es una amenaza militar directa, por lo menos no ahora mismo; pero sí es verdad que China tiene unas ambiciones globales geopolíticas, sobre todo, pero también en temas de defensa y económicos, muy amplias, y está avanzando hacia ellas. Eso significa que la presencia y la influencia globales de China están aumentando y China se está acercando cada vez más a las fronteras de la OTAN", explica Helena Legarda, experta en defensa y en la política exterior de China, donde estudió y trabajó durante años, y actual investigadora del think-tank MERICS, con base en Berlín.
Otro motivo de inquietud para la Alianza Atlántica es la estrecha relación entre China y Rusia. Sus líderes, Xi Jinping y Vladímir Putin, hacen alarde de su buena sintonía y el pasado 4 de febrero, coincidiendo con la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín y poco antes de la invasión rusa de Ucrania, firmaron un acuerdo estratégico “sin límites”.
“ Durante la guerra de Ucrania no hemos visto a China involucrarse, se está intentando mantener relativamente al margen“
"Durante la guerra de Ucrania no hemos visto a China involucrarse, China se está intentando mantener relativamente al margen. Esto no significa que, si hay otros conflictos en el futuro, China no fuera a intervenir en apoyo de Rusia, por ejemplo", advierte Helena Legarda.
Respecto a la guerra de Ucrania, Pekín asume el discurso ruso, tanto en la forma como en el fondo: el Gobierno chino y los medios oficiales culpan a la OTAN y a Estados Unidos de “provocar” el conflicto armado por su intento de expansión hacia el Este, y los responsabiliza de la creciente inestabilidad mundial. Al liderazgo chino le cuesta mantener el difícil equilibrio entre su tradicional respeto a la soberanía y los intereses de su socio estratégico.
Pekín y Moscú también han dejado claras sus intenciones de implantar un nuevo orden global que no esté liderado por su enemigo común, Estados Unidos. Esas ambiciones suponen "una amenaza muy clara a las normas y los valores que defienden en general los países miembros de la Alianza y otras democracias liberales", opina la analista de MERICS, que subraya: "Son amenazas reales, pero no amenazas militares directas".
China mira con recelo a la Alianza
Las críticas de Pekín a la Organización Atlántica no son algo nuevo. China mira a la OTAN desde el prisma de su rivalidad geopolítica con Estados Unidos. En sus intervenciones públicas, el liderazgo chino critica a menudo a la Alianza, como “una reminiscencia de la Guerra Fría” y pide al resto del mundo que abandone esa mentalidad de confrontación en pro de un nuevo orden global.
"Los dirigentes chinos consideran que la OTAN es una alianza dominada por Estados Unidos y, por lo tanto, una herramienta que Washington puede utilizar para intentar contener a China e impedirle que vuelva a ocupar el lugar que considera que le corresponde como potencia mundial", explica Legarda.
En la rueda de prensa que ofrece diariamente en Pekín el Ministerio de Exteriores chino, no es extraño escuchar ácidas críticas a la Alianza Atlántica. El pasado 26 de mayo, su portavoz Wang Wenbin declaró: "La OTAN ha dicho que no busca expandirse a otras regiones. Sin embargo, en los últimos años, ha entrado continuamente en la región de Asia-Pacífico y algunos miembros de la OTAN han enviado aviones y barcos de guerra a aguas adyacentes a China para maniobras militares, lo que crea tensiones y provoca conflictos".
Efectivamente, varios países miembros de la OTAN están aumentando su presencia militar y política en la región; pero eso no implica que la Alianza como tal se esté expandiendo en el Indo-Pacífico. “Que Estados Unidos o que Francia manden buques al Indo-Pacífico no significa que sea una operación de la OTAN. "El miedo principal en Pekín es que Estados Unidos forme una nueva coalición militar en el Indo-Pacífico con el objetivo de contener a China. Eso es algo que China considera una amenaza directa. Pero la OTAN en sí, como alianza, no opera en el Indo-Pacífico y no hay expectativas de que cambie su área de operaciones para incluir el Indo-Pacífico", aclara la analista Helena Legarda.
¿Quién constituye una amenaza mayor?
Tanto China como la OTAN parecen condenadas a reconocerse como una amenaza mutua. Preguntamos a la especialista en política exterior china cuál de los dos actores supone un reto mayor para el otro.
"Yo diría que, si consideramos la OTAN y China, ahora mismo es posible que China sea mayor amenaza para la OTAN que la OTAN para China", nos responde Legarda. Y puntualiza que no se debe tener en cuenta sólo el poderío militar, sino también las ambiciones y aspiraciones de cada actor.
Más tensión en el futuro y Taiwán, en el punto de mira
El hecho de que cada actor mire al otro con desconfianza no hace prever, de momento, el estallido de un conflicto directo, ya que a ninguno de los dos les interesaría involucrarse en una guerra en estos momentos. Eso sí, todo apunta a que las relaciones entre la OTAN y China van a ser cada vez más tensas.
"Se esperan más tensiones. Las relaciones no van a mejorar en un futuro cercano; pero hay que enfocarse, primero, en tratar esos desafíos que China presenta para la alianza. Si hay oportunidades de colaborar en asuntos específicos, también hay que aprovecharlas. Y, sobre todo, intentar controlar cualquier tipo de escalada de tensiones", recomienda la investigadora de MERICS.
En un mundo con la mirada puesta en Ucrania y Rusia, le preguntamos por el riesgo real de que estalle un nuevo conflicto en esta región.
"El peligro de conflicto en el Indo-Pacífico está aumentando, sobre todo, en lo que respecta a Taiwán. Estamos viendo un discurso oficial de Pekín mucho más duro, con mucha más presión militar en Taiwán, y Pekín incluso ha admitido que está preparándose para un ataque eventual contra la isla en caso de que sea necesario. Esto no significa que una invasión de Taiwán sea inminente, es algo que probablemente todavía tarde varios años; pero con el tiempo van aumentando las tensiones y el riesgo de que Pekín decida lanzar ese ataque", advierte Helena Legarda. Ese sería un conflicto de consecuencias imprevisibles.