El rey se ha mostrado convencido de que, en el difícil contexto de la guerra de Ucrania, "la relación transatlántica es más fuerte que nunca y Europa ha permanecido unida frente a la intolerable agresión rusa". En un discurso pronunciado este martes en la jornada de diplomacia pública previa a la cumbre de la OTAN en Madrid, Felipe VI ha destacado que "la unidad y la libertad son valiosos activos estratégicos en un mundo que ahora se define por el retorno de la gran competición por el poder y una renovada lucha entre democracia y autocracia".
La OTAN "demuestra su valor como referencia de libertad" para sus socios más allá de Europa y Norteamérica. "La antigua lucha mundial entre la tiranía y la democracia sigue siendo tan relevante como antes, la gran competición por el poder se mantiene y la guerra prevalece. De ahí la relevancia de mantener y preservar la Alianza Atlántica", ha subrayado.
El conflicto en Ucrania ha demostrado "lo importante que es reunir el apoyo mundial en defensa de un orden basado en normas en Europa", algo que han logrado los países del Viejo Continente y Norteamérica, pero ha advertido de que "conseguir apoyos más allá del ámbito euroatlántico está resultando considerablemente difícil". Lograr estos apoyos en otros continentes "será uno de los retos de la OTAN en las próximas décadas".
Un equilibrio entre la "amenaza inmediata" en el este con otros retos
El rey ha considerado que el papel de España, anfitriona de la cumbre, en la organización debería ser "buscar una comprensión más amplia de la seguridad" para fortalecer "la conexión con África y América Latina", aprovechando su posición privilegiada "como puente entre el Atlántico, Europa y el Mediterráneo".
El reto de la organización en el futuro cercano será "lograr el equilibrio entre responder a amenazas inmediatas en Europa del este y la necesidad contrarrestar las grandes retos sistémicos que hemos estado afrontando durante años". Ha hecho referencia, concretamente, al "recrudecimiento de la lucha por el poder", pero también a otros desafíos transnacionales como "el terrorismo o la relación entre clima y seguridad nacional".
La cumbre de Madrid, que se celebra esta semana en la capital española, llega en un "punto de inflexión en la historia", cuando la guerra de Ucrania ha puesto en duda "muchas creencias que habían prevalecido en Europa durante muchas décadas".
"Hace apenas 20 años nos felicitábamos por el hecho de que Europa nunca había sido tan segura ni tan próspera. Desde entonces, muchas de las predicciones que siguieron a la Guerra Fría se han evaporado y muchas de nuestras esperanzas han quedado en el dominio de los ideales utópicos", ha añadido el rey.
Esta cumbre es una de las más importantes en los últimos años para la OTAN, una organización que ha recuperado su papel protagonista en el tablero mundial a raíz de la invasión rusa de Ucrania del pasado 24 de febrero. En Madrid se decidirá además el nuevo concepto estratégico, la hoja de ruta de la Alianza para la próxima década, y se discutirá la entrada de Suecia y Finlandia, dos países tradicionalmente neutrales pero que han cambiado radicalmente su posición ante la amenaza de Moscú, que ha reconfigurado todo el panorama geopolítico.