Los líderes de los países miembros de la OTAN se reúnen en Madrid en una cumbre en la que aprobarán el nuevo concepto estratégico de la Alianza, en un momento en el que la invasión rusa de Ucrania ha incrementado los desafíos para la seguridad internacional.
El concepto estratégico, un documento que establece la estrategia de la alianza militar, lleva 12 años sin renovarse, por lo que la elaboración de un nuevo plan para responder a las nuevas amenazas es imprescindible.
“Los conceptos estratégicos tienen que adaptarse a las circunstancias. El mundo ha cambiado bastante desde 2010”, afirma el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija, Carlos López. “Los conceptos estratégicos necesitan una actualización porque el mundo cambia y lo que se espera de la OTAN es que cambie también”, añade.
Se espera que el nuevo documento no se centre únicamente en la amenaza rusa, sino también en el ascenso estratégico de China, que no se incluye en el documento de 2010. Algunos países miembros, como España, esperan que la OTAN mire al flanco sur, especialmente al norte de África.
“La OTAN se juega su futuro definiendo este nuevo concepto estratégico. Tenemos otros ejemplos de organizaciones que han perdido su sentido, como el Pacto de Varsovia o la OSCE”, indica el catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea, José María Peredo. “La OTAN tiene que ser consciente de que no vale con tener unas siglas”, subraya.
¿Por qué la OTAN necesita adoptar un nuevo concepto estratégico?
El concepto estratégico de la OTAN establece la estrategia que seguirá la alianza, adaptándose a los cambios en materia de seguridad que han tenido lugar en la última década en el mundo. Los últimos conceptos estratégicos se han actualizado con aproximadamente 10 años de diferencia entre uno y otro.
“El concepto estratégico de la OTAN es una valoración de la situación del mundo, de las grandes amenazas y cuál se supone que debe ser el papel de la Alianza”, explica López. “También ofrece al mundo una imagen de qué es la OTAN, qué quiere hacer, para qué está ahí y cuáles son sus soluciones”, detalla.
La última vez que los países de la OTAN actualizaron el concepto estratégico fue en 2010, en la cumbre celebrada en Lisboa. En los años que han pasado desde entonces, el mundo ha experimentado profundos cambios, por lo que la necesidad de elaborar un nuevo concepto estratégico es evidente.
“La Alianza está desarrollando un nuevo concepto estratégico porque el vigente se le ha quedado anticuado”, señala el director de ESADEgeo, Ángel Saz-Carranza. “Entre otras cosas porque ahora existe la amenaza clara de un ataque a un miembro por parte principalmente de Rusia y tenemos dos países neutrales que se quieren sumar a la OTAN”, añade.
Por su parte, la investigadora del Real Instituto Elcano, Carlota García Encina, asegura que “el concepto estratégico ofrece un diagnóstico e identifica las amenazas, los retos…y da soluciones”. “Es la guía para hacer frente a estos retos. Está acorde con el actual entorno de seguridad y también mira al futuro. A veces ocurre que el concepto estratégico va por detrás del entorno internacional, como ocurrió con los atentados del 11-S”, asevera.
La visión de un mundo más crudo, duro y competitivo
La guerra en Ucrania ha vuelto a poner el foco en la necesidad de la Alianza de proteger a Europa de la amenaza rusa, pero este no es el único motivo por el que el concepto estratégico de la OTAN será renovado.
El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha asegurado que el nuevo concepto estratégico preparará a la OTAN para “una era de competencia estratégica y de aumento de las amenazas de seguridad”.
“Sin duda, el nuevo concepto estratégico va a poner encima de la mesa un mundo muchísimo más crudo, más duro, más competitivo”, afirma Saz-Carranza. “Todo en línea con lo que ya ha hecho el compás estratégico de la Unión Europea”, asevera.
Los expertos coinciden en que la OTAN debe tener en cuenta desafíos más allá de Europa, como el ascenso estratégico de China. Está previsto que el nuevo concepto estratégico mencione al gigante asiático, que no aparecía en el documento establecido en 2010.
“En el actual concepto estratégico no aparece China y eso va a ser algo que seguro que va a tener que estar en la cumbre de Madrid: qué ocurre con China desde la visión de la OTAN”, afirma Peredo.
Para García Encina, es “absolutamente necesario para poder guiarnos hacia el futuro” que el nuevo documento tenga en cuenta “el tema de China, las amenazas híbridas y de seguridad”, mientras que el director de ESADEgeo espera que “países como el nuestro consigan incluir alguna referencia al norte de África”.
Países con peso en la definición del concepto estratégico
Todos los países miembros de la OTAN participan en el procedimiento para elaborar el nuevo concepto estratégico, pero buena parte de su influencia en la definición de este documento depende de la inversión en defensa de cada país.
La Alianza Atlántica tiene fijado el objetivo de que los países miembros gasten el 2% de su PIB en defensa, pero solo ocho países cruzan el umbral, entre ellos Estados Unidos, según un informe de la OTAN. Sin embargo, desde la invasión rusa de Ucrania, varios países, como Alemania o España, han anunciado nuevos planes para aumentar su gasto militar.
“Estados Unidos es el que más influye en la definición del concepto estratégico, porque es el país que aporta mayor compromiso y mayor capacidad”, señala Peredo.
En este sentido, García Encina recalca que “hay una serie de países que tienen más peso, como Estados Unidos, Reino Unido o Francia”. “En el Consejo Atlántico todos están ahí, pero hay algunos que tienen más peso que otros, aunque sea solo por la aportación que hacen a la Alianza”, detalla.
Fruto de una negociación complicada
Para establecer el nuevo concepto estratégico es necesario el consenso de todos los países que pertenecen a la OTAN y no todos tienen las mismas prioridades.
Las principales preocupaciones de Estados Unidos son la amenaza y la competencia estratégica que pueden suponer tanto Rusia como China, mientras que la prioridad de los países bálticos y del este siempre se ha centrado solo en la amenaza rusa, ahora todavía más con la invasión de Ucrania. España se ha fijado como uno de los objetivos que la Alianza Atlántica mire al flanco sur y busque respuestas a amenazas como el tráfico de personas, drogas y armas.
“La OTAN, dentro de esa visión integrada del Atlántico, tendrá que hacer una mirada al norte de África, al Sahel”, explica Peredo. “Ahí algunos países estamos muchísimo más preocupados por esa situación de movimiento de personas ilegales, tráfico de estupefacientes, riesgo de terrorismo… Tenemos que contribuir desde las estructuras de la OTAN y desde los propios países que son los más afectados para que eso sea considerado una prioridad”, asevera.
Para López, “en lo que tiene que ver con el diseño del concepto estratégico no debería haber grandes problemas porque al fin y al cabo es un documento que establece previsiones”. “Siempre puede haber cuestiones en las que haya desacuerdos, pero no para poner en peligro la aprobación del nuevo concepto estratégico”, indica el profesor, quien subraya que “a raíz de la agresión rusa sobre Ucrania, el vínculo transatlántico y el compromiso con ese vínculo está muy fortalecido”.