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Guerra en Ucrania

La conexión de Italia con Rusia, a debate: ¿se está dando demasiada voz a la propaganda del Kremlin?

BEGOÑA ALEGRÍA (Corresponsal de TVE en Roma)
5 min.

Italia ha sido siempre un país de fuertes lazos con Rusia, pero tras la invasión de Ucrania se ha alimentado el debate sobre si se está dando demasiada voz a la propaganda rusa. El debate empezó por la polémica entrevista al ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, esta semana, la primera que concedía a una televisión europea.

En prime time apareció por videoconferencia en el programa Zona Bianca del canal Rete 4, integrada en el grupo Mediaset. Lavrov aprovechó los micrófonos para repetir las consignas de Putin, la justificación de la guerra o las conexiones nazistas de Ucrania. Llegó a decir que hasta Hitler tenía origen judío y es que los judíos son los peores enemigos de los propios judíos. La polémica estaba servida porque a lo largo de 40 minutos el periodista que lo entrevistaba apenas intervino para desmentir las falsedades de su discurso.

En toda Italia se abrió el debate: ¿estamos siendo vehículo de transmisión de las consignas rusas? Hasta el propio primer ministro italiano, Mario Draghi, salía al paso de la polémica. En Italia, decía, hay libertad de expresión y Lavrov pertenece a un país donde no existe la libertad de expresión. Se aprovecha de que aquí puede hablar libremente, venía a reconocer. Pero fue muy duro en el calificativo: "aberrante", dijo, el discurso de Lavrov fue aberrante. Y obscenos sus comentarios sobre Hitler y los judíos.

La amistad de Berlusconi y Putin

Algunos han apuntado el dedo directamente a Silvio Berlusconi por el hecho de que la entrevista se hiciera en una de las televisiones de su cadena Mediaset. Porque Berlusconi nunca ha ocultado su profunda amistad con Putin. Hablan por teléfono frecuentemente, Berlusconi ha alabado el liderazgo del presidente ruso y juntos han pasado vacaciones y largas estancias aquí y allí. En las redes sociales hay numerosos testimonios gráficos de muchos de sus encuentros.

Para la analista y experta en relaciones internacionales entre Rusia e Italia, Eleonora Tafuro, del Instituto ISPI (Instituto de Estudios de Política Internacional), la presencia de Lavrov en Mediaset tiene más que ver con el interés de captar audiencia a toda costa que con una voluntad de Berlusconi de proteger a sus amigos. Entre otras cosas porque hasta a Berlusconi le cuesta ya defender las posiciones rusas. Ya no apoya a Putin en público y hasta ha condenado la guerra.

Sí que es cierto, asegura Tafuro, que Berlusconi es uno de los que más cultivaron en su día las relaciones Italia-Rusia. Fue él, en los primeros años del 2000, el que empujó para que fuera Rusia el principal suministrador de gas Una dependencia que hoy pagan los italianos.

Histórico socio comercial de Rusia

Pero la relación con Rusia se ha ido forjando a través de los años. "Italia siempre ha tenido esa misión de construir puentes entre Europa y Rusia", dice, un poco por imagen, por estatus político, por alimentar su imagen de potencia europea. Primero con la Unión Soviética y, tras su desaparición, con Rusia, lo cierto es que Italia ha ido estrechando relaciones con el país del norte y haciendo que sus empresas penetraran allí. Es conocida la imagen de un grupo de empresarios italianos en videoconferencia con Putin y ocho de sus ministros a finales de enero, cuando los tanques ya circundaban Ucrania y la Unión Europea hablaba de posibles sanciones.

Entre las firmas invitadas estaban los gigantes de la energía Eni y Enel, el fabricante de neumáticos Pirelli, la aseguradora Generali y los grandes bancos Unicredit e Intesa San Paolo. Todos dispuestos a reforzar la colaboración con Rusia. Son muchos los intereses que tienen allí, de hecho Italia es uno de los principales socios comerciales de Rusia.

¿Qué justifica la presencia, cada vez más habitual del periodista ruso Vladimir Soloviev, en varias cadenas italianas? Es la pregunta que gira también estos días. Estamos hablando de un amigo personal de Putin, conocido conductor de programas en la televisión de más audiencia de Moscú, que bromea en sus tertulias sobre "lo que tardaría en desaparecer Varsovia después de lanzar una bomba atómica". Soloviev hace suyos los mensajes del presidente Putin.

La guerra, punto de no retorno en las relaciones

Prueba de que los ánimos están muy caldeados lo tenemos en otro programa, también del grupo Mediaset, donde dos tertulianos llegaron a las manos. Se trata del parlamentario y crítico de arte, Vittorio Sgarbi, conocido por sus polémicas intervenciones, y el periodista Gianpiero Munghini. En el plató estaba también el cantante Al Bano recordando los buenos tiempos en los que Putin le invitaba a cantar en el Kremlin. Las posturas a favor y en contra terminaron en insultos y un empujón a Sgarbi que cayó por los suelos.

Lo cierto es que cada vez son menos los que, al menos abiertamente, defienden al presidente ruso. Ni siquiera el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que no hace mucho se paseaba por la Plaza Roja de Moscú endosando una camiseta con el rostro de Putin; ahora se desmarca de él.

Pero las cosas están cambiando, asegura Eleonora Tafuro. Ahora es muy difícil justificar la guerra contra Ucrania. "Cuando todo acabe, será difícil que Italia recupere la relación de antes con Rusia, van a quedar marcas porque ha sido también un shock para los italianos". La firme postura del primer ministro Draghi, alineado en todo momento con la Unión Europea y convencido de la necesidad de mantener las sanciones a Rusia, está ayudando a cambiar la imagen que hasta ahora había de esa Italia amiga de los rusos.

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