La ONU ha documentado la muerte de unos 50 civiles en Bucha, la ciudad ucraniana cercana a Kiev que permaneció varias semanas bajo control ruso, y donde Ucrania denunció la masacre de ciudadanos desarmados, y ha recabado "evidencias crecientes" de crímenes de guerra en otras partes del país.
La misión de a ONU enviada a Bucha el pasado 9 de abril ha constatado que se han producido "ejecuciones sumarias", aunque no ha concretado cuántas.
"Casi todos los residentes de Bucha con los que han hablado nuestros colegas nos han contado la muerte de un familiar, un vecino o un desconocido", ha explicado en un comunicado la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet.
"Sabemos que se necesita hacer mucho más para descubrir lo ocurrido allí, y también que Bucha no es un incidente aislado", ha añadido.
La Misión de Observación de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania (HRMMU, por sus siglas en inglés) asegura haber recibido más de 300 denuncias de asesinatos de civiles en las regiones de Kiev, Chernígov, Járkov y Sumy, todas bajo control de los rusos entre finales de febrero y principios de marzo.
Este mismo viernes, el alcalde de la ciudad de Mariúpol (sur de Ucrania) ha denunciado que los rusos han abierto fosas comunes en una localidad cercana, donde podrían haber trasladado miles de cadáveres, y lo ha comparado con lo ocurrido en Bucha.
Además, la policía de Kiev ha afirmado haber recuperado ya los cuerpos de 1.084 civiles muertos desde el inicio de la invasión rusa en la región de la capital, que no estaban relacionados con el ejército ni ningún otro cuerpo armado.
"Evidencias crecientes" de crímenes de guerra
La ONU ve "evidencias crecientes" de crímenes de guerra en la guerra de Ucrania. "La ley humanitaria internacional no solo ha sido ignorada, sino totalmente abandonada", ha subrayado Bachelet.
Las fuerzas armadas rusas han bombardeado indiscriminadamente áreas pobladas, asesinando civiles y destruyendo hospitales, escuelas y otras infraestructuras no militares, según añade el comunicado.
El ataque a la estación de tren de Kramatorsk el 8 de abril, que causó la muerte de 60 personas e hirió a otros 111, simboliza según la alta comisionada la falta de respeto a las leyes internacionales que prohíben acciones militares indiscriminadas de este tipo.
La misión de la ONU ha documentado también lo que parece ser el "uso de armas con efectos indiscriminados", con daños a los civiles y a infraestructuras no militares, por parte de las fuerzas armadas ucranianas en el este del país.
Desde el comienzo de la invasión, el 24 de febrero, la ONU ha documentado 2.345 muertos y casi 3.000 heridos entre la población civil, además de más de 5 millones de refugiados.