La invasión de Ucrania por parte de Rusia mantiene en vilo al mundo mientras los avances militares se suceden con rapidez, aunque no tanta como parecía al principio, cuando se hablaba de una operación relámpago. En menos de 48 horas, las fuerzas rusas se cernían sobre Kiev. Los combates, ya generalizados en casi todo el país, se recrudecen en la capital, el objetivo principal de los atacantes y la gran esperanza de los defensores. Y se extienden también con fuerza en Járkov, segunda ciudad del país. Éste es el relato, paso a paso, de la primera guerra en suelo europeo del siglo XXI.
De las tensiones al gran estallido
La guerra actual es la explosión definitiva de un conflicto que hunde sus raíces en el viraje del Gobierno ucraniano hacia posiciones más cercanas a la Unión Europea y la OTAN -la revolución del Euromaidán, en 2013- y que comenzó en 2014, con la anexión rusa de Crimea y el inicio de la guerra en el Dombás. Allí, en las provincias de Lugansk y Donetsk, las milicias prorrusas mantenían el control de una parte del territorio y los enfrentamientos con las fuerzas ucranianas eran recurrentes pese a la tregua oficial.
La tensión se acrecentó el año pasado, cuando Rusia desplegó en torno a 100.000 soldados al este y al norte de Ucrania, incluyendo sus bases en la vecina Bielorrusia. En verano realizó una retirada parcial, pero a finales de 2021 se recrudeció el conflicto: Moscú exigía garantías de seguridad que incluían un compromiso vinculante de que Ucrania nunca formaría parte de la OTAN, además de la reducción de los efectivos de la Alianza Atlántica en Europa del Este.
Estados Unidos y la UE rechazaron esas exigencias y alertaron de un ataque inminente de Rusia contra Ucrania, un extremo que el Kremlin negaba a pesar de que en las últimas semanas llegó a acantonar hasta 150.000 soldados en torno al territorio ucraniano. Finalmente, el 21 de febrero las autoridades rusas reconocieron la independencia de Donetsk y Lugansk, las regiones separatistas, y dos días después, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenaba la invasión por tierra, mar y aire del territorio ucraniano.
Tras el anuncio de Putin, que entonces se entendió como una declaración en directo, surgen las dudas. ¿Hasta dónde llegará esa operación? ¿Se limitará a la región del Donbás? Las dudas se despejan pronto, aunque la información fiable seguirá llegando con cuentagotas y la desinformación será la tónica habitual.
Tras los primeros bombardeos, los ataques aéreos continúan en lo que se plantea inicialmente como una operación relámpago, La ofensiva por tierra se dirige a ciudades, aeropuertos e infraestructuras de todo el país, con incursiones desde los cuatro frentes - todas las fronteras ucranianas salvo la oeste. Las tropas rusas batallan en la ciudad fronteriza de Járkov -la segunda más grande de Ucrania, a apenas 80 kilómetros de la rusa Belgorod-, un combate que continúa a día de hoy. La siguiente imagen satelital, de Planet Labs, muestra el efecto de un bombardeo en la base aérea de Chuguev, a las afueras de Járkov.
Las fuerzas ucranianas también combaten a un Ejército ruso con una capacidad cuatro veces mayor en la línea del frente establecida antes del 24 de febrero en las regiones de Donetsk y Lugansk. Según informan desde el mando militar nacional, las Fuerzas Armadas de Ucrania rechazan el avance de 16 tanques enemigos, destruyendo tres de ellos. Los bombardeos en la zona se repetirán a lo largo del día.
La incertidumbre sobre el papel de Bielorrusia se prolonga durante las primeras horas de la invasión, hasta que se confirma que las tropas rusas también han entrado por la frontera bielorrusa, desde las bases que el Ejército ruso tiene en el país. Chernóbil se convierte en el símbolo de la invasión desde el norte cuando las autoridades ucranianas afirman que varios civiles han sufrido las consecuencias del ataque ruso a la antigua central nuclear.
Los ataques a infraestructuras civiles se van reproduciendo a medida que pasan las horas. Se trata de edificios residenciales, pero también de hospitales. Y los fallecidos aumentan: casi 200 en el informe del sábado del Gobierno ucraniano, incluyendo tres niños.
El viernes Rusia asegura haber tomado control de la planta de Chernóbil. Se une a otras regiones en el norte, noreste, sureste y sur que las fuerzas rusas habrían ocupado según el Instituto para el Estudio de la Guerra. El mapa que dibujaba este centro al comienzo del tercer día de guerra muestra una ofensiva que gana terreno y se acerca cada vez más a la sede del Gobierno Ucraniano.
Asedio a Kiev
La llegada de las tropas rusas a Kiev convirtió a la capital ucraniana en el principal escenario de los enfrentamientos en el tercer día desde el comienzo de la invasión. La ciudad, que sufrió bombardeos desde que Putin ordenó el ataque -las primeras explosiones en la capital ya se escucharon en la madrugada del jueves-, soporta ahora los constantes disparos de la artillería rusa. Y los combates se sostienen ya calle a calle, aunque los soldados ucranianos no ceden en sus posiciones, ofreciendo una resistencia mayor de la esperada por Rusia.
La acometida de las fuerzas rusas para entrar en la capital ucraniana se concentra en norte y el noreste de la ciudad, con los efectivos que entraron en Ucrania desde la vecina Bielorrusia. También hay enfrentamientos a unos 30 kilómetros al sur, donde los rusos intentan desplegar a sus paracaidistas, siempre según las autoridades ucranianas, puesto que Rusia no ha reconocido ninguna ofensiva sobre Kiev.
Tampoco está clara la situación del aeródromo de Hostomel, a las afueras de la capital y que acoge la principal base aérea ucraniana: el jueves sufrió una incursión aérea el jueves, pero los combates persisten desde entonces.
Los objetivos de las tropas rusas son las infraestructuras críticas, como una central eléctrica que ha resultado atacada en el barrio de Troieshchyna, al noreste de la capital, pero los edificios civiles no escapan de la crudeza de los choques: un bloque residencial al oeste de la ciudad recibía el impacto de un proyectil durante la madrugada del sábado. Las autoridades ucranianas aseguran, por su parte, que han destruido una columna de cinco vehículos militares rusos, incluido un tanque, en la avenida de la Victoria de Kiev.
Con un objetivo claro -el acercamiento ruso a la sede del Gobierno ucraniano-, las incógnitas siguen siendo muchas. Kiev, al igual que Járkov, ha adelantado su toque de queda a las 17 horas. El ataque se recrudece en la capital y en la segunda ciudad más grande mientras la batalla continúa también en otros frentes. Las sanciones se multiplican y la OTAN se ha reforzado en las zonas fronterizas con Ucrania. Solo el tiempo determinará la escala de un conflicto que ya ha sacudido Europa.
Fuente de las imágenes:
Explosión en Járkov. EFE/Sergey Kozlov
Bombardeo en Sumy. EFE/EPA/Servicio de prensa del Ministerio de Defensa ucraniano.
Blindados en Jersón. Guardia fronteriza ucraniana vía Reuters.
Bombardeo en Dnipro. Obtenida por Reuters.
Tanques en Mariúpol. REUTERS/Carlos Barria/File Photo.
Soldado en Járkov. Sergey BOBOK / AFP
Avión en Kiev. Servicio del Estado de Emergencia de Ucrania vía EFE/EPA.