Al final, lo consiguió. La reina Isabel II ha batido el récord y se convierte en la actual monarca con más décadas en un trono, siete. Algo que en nuestra historia reciente solo había logrado Bhumibol Adulyadej, el rey de Tailandia que murió, eso sí, solo cuatro meses después de celebrar su jubileo de Platino, a los 88 años. Edad que Isabel II también ha superado con creces, tiene 95, con lo que es además la Jefa de Estado más longeva del mundo. Tan solo 25 años tenía cuando su padre, el rey Jorge VI, murió por un cáncer de pulmón y le tocó ponerse a ella al frente. Para conmemorar tanta excepcionalidad, el Palacio de Buckingham tiene previsto un completísimo programa de festejos con el que tirarán la casa por la ventana con eventos para todos los gustos. Eso sí, los principales se harán del 2 al 5 de junio, para intentar que el mal tiempo no desluzca la pompa. Atrás quedan, por lo menos de momento, las especulaciones e inquietud sobre el estado de salud de la monarca británica después de que no asistiera, el año pasado, a varias citas importantes, como la cumbre del Clima de Glasgow.
Aprovechando su Jubileo de Platino hemos dado la lata, mucho, a nuestros documentalistas para encontrar las imágenes de la parte menos conocida, más personal, de Isabel II. Y nos hemos llevado más de una sorpresa. Por ejemplo, ese momento -que pueden ver en el video de arriba- en el que se pega una buena carrera al enterarse de que uno de sus caballos ha ganado una competición. De hecho, en eso también ha hecho historia real, ya que una de sus yeguas, 'Estimate', ha sido la primera y única que ha ganado en Ascot, esa tradicional carrera en la que dan que hablar más los enormes y llamativos sombreros de las asistentes que los propios caballos, y que Isabel II no se pierda por nada del mundo.
Pasión por los animales
Su devoción por los caballos hace que aproveche cualquier oportunidad para montar. Mítico es su paseo con el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en 1982, por los verdes prados del castillo de Windsor, dos veces más grande que el rancho de Reagan en California. Hasta 250 fotógrafos y cámaras iban tras ellos. Fue una de las muchas veces que vimos a Isabel II con 'Burmese' o lo que es lo mismo, con 'Birmania', su caballo preferido y con el que hizo su entrada triunfal durante 18 años consecutivos al 'Trooping the Color', el tradicional desfile militar con el que se celebra su cumpleaños cada año.
Aunque hay un animal con el que se asocia más que ninguno a Isabel II, los perros y en concreto, los enanos, los 'corgis'. Una raza que ella ha lanzado al estrellato. Susan, Willow, Holly, Canday o Vulcán son algunos de los que más ha presumido y a los que incluso hemos visto en primera fila en algunas audiencias. Hasta ocho ha llegado a tener a la vez. Solamente hay que ver el peliculero video con el que se promocionaron los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, y en el que los corgis no llegaron a lanzarse en paracaídas como la reina y James Bond, pero tuvieron casi el mismo número de planos que ellos.
Tiene un disco de oro
Pocas reinas pueden presumir de cameo en 'Los Simpson', la premiada serie de dibujos animados, y menos aún de tener un disco de oro. Sí, uno igual a los 48 que guardan los Beatles o los 51 de Barbara Streisand, y todo ello sin hacer trabajar a las cuerdas vocales. ¿Cómo lo ha conseguido? Editando el concierto con el que celebró, en 2002, en los jardines de Buckingham Palace sus 50 años en el trono, el llamado Jubileo de Oro y en el que Rod Stewart o Paul McCartney fueron algunos de los muchos grandes artistas que quisieron subirse al escenario. Una fiesta en la que su hijo, el príncipe Charles se vino arriba y se saltó el protocolo llamándola "mummy", mami, y besándola en la mano. Quizá le influyó eso de que la gran canción, el himno de ese día, fuese All you need is love de los Beatles. Solo en su primera semana, el disco, Party in the Palace, vendió 100.000 copias.
La Casa Real británica prometió destinar a causas benéficas lo recaudado. No sólo por el disco, también por las 12.000 entradas que se vendieron del concierto. Algunos todavía recuerdan los saltos de alegría cuando les llamaron de la organización diciendo que les había tocado en el sorteo una de las entradas. Muchos de los que no tuvieron tanta suerte madrugaron para pegarse a la verja del palacio donde se calcula que hasta un millón de personas disfrutaron, en la distancia, del macroevento.
Aunque, no es por ser malos, pero hay un disco con la foto de Isabel II en toda la portada que arrasó más aún en ventas y en impacto social, y en el que estaba el que se convirtió en el himno del punk, Save The Queen de los Sex Pistols. Los chicos supuestamente malos a los que el sistema y la censura pusieron en su lista negra durante años, haciéndoles un favor al convertirles, sin quererlo, en todo un fenómeno social de rebeldía contra lo establecido.
La reina más tecnológica
Muchos le han puesto la etiqueta de clásica, pero Isabel II se ha subido la primera a muchos trenes. En 1976, con 50 años, se convirtió en la primera jefa de Estado en mandar un email. Qué decir de la tele: su boda y su coronación fueron las primeras, reales, retransmitidas.
"La televisión es el medio que hace posible que mucha gente pueda verme", decía ella ya en 1957 cuando aún no era un medio de masas. Por televisión hemos visto sus grandes momentos, los bonitos y llenos de color, pero también los malos como ese en el que más fue cuestionada, la muerte de Lady Di, y en el que para una buena parte de la opinión pública no estuvo a la altura al decidir, por ejemplo, no desplegar la bandera británica a media asta en el mástil principal de palacio. Algo que seis días después intentó arreglar con un discurso televisado, en directo, en el que calificó a la princesa de Gales como "un ser humano excepcional" al que, dijo, "admiré y respeté por su energía, aliento y, sobre todo por su devoción a sus hijos". Si tuvo olfato con el poder que iba a tener la televisión, con las páginas webs y las redes sociales no fue menos. La Casa Real británica siempre ha sido de las primeras en apostar por lo nuevo ya sea Twitter, Facebook, Instagram o YouTube.
Sin pasaporte ni carné de conducir
Misión imposible enumerar las millas que ha hecho durante su casi siglo de vida, como reina de su país y jefa de Estado de quince de la Commonwealth. A España solo ha hecho una visita oficial, en 1988, con su esposo, el recientemente fallecido duque de Edimburgo. Cuando aterrizó, le esperaba a pie de escalerilla el entonces príncipe de Asturias, don Felipe, con 20 años entonces. Un momento que nos contó en Televisión Española, también pueden verlo en el video, nuestra entonces compañera Nieves Herrero.
Viajes para arriba, viajes para abajo, para un lado y para otro que ha hecho sin carnés. Isabel II no tiene ni pasaporte ni carné de conducir. Y eso que la hemos visto conduciendo una ambulancia en plena Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo se explica? La razón es que es ella quién autoriza estos documentos y claro, no puede darse uno a ella misma. Para los que piensan que en su caso todo son ventajas, no siempre. Por ejemplo, no puede votar ni a la izquierda ni a la derecha ni a los del medio, a ninguno. Debe ser neutral y parecerlo.
Sus bolsos parlanchines
Seguro que si les ponemos una imagen con cuatro reinas de las de ahora, de cuerpo entero, sin enseñar su cara, señalan sin dudarlo a la de Inglaterra. Su vestimenta la delata. Siempre vestido o falda, nunca pantalón y monocolor, a poder ser uno chillón. Dicen que es algo que hace adrede para que se la reconozca entre la multitud. Muy suyo también, los sombreros a juego con el color que le toca ese día. Tiene más de 5.000 y unas reglas muy claras con ellos. Únicamente puede ponérselos si es antes de las seis de la tarde, no pueden entorpecerle la visión ni ser un obstáculo para salir del coche oficial.
Otro de sus iconos, resistente a cualquier moda momentánea, son sus bolsos. Los más habituales, de los que se han hecho hasta exposiciones, los de la firma inglesa, Launer. Y en especial, uno, la Traviata de charol negra de más de dos mil euros. Y que utiliza, dicen, para hablar en clave con sus asesores. Si un pelma le aburre, mueve el bolso y la rescataban. Así que ya saben, no quiten ojo al bolso de la reina en la celebración de su jubileo de platino, ¿estará quieto? O mareado con tanto movimiento.