La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha advertido este martes de que Rusia podría lanzar un ataque en contra Ucrania en cualquier momento y ha asegurado que la crisis ucraniana es extremadamente peligrosa.
Las declaraciones se producen después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, acordaran reunirse este viernes en Ginebra para tratar de reducir las tensiones.
Blinken ha reiterado a Lavrov el compromiso "inquebrantable" de Estados Unidos con la soberanía e integridad territorial de Ucrania y ha recalcado que cualquier decisión sobre la seguridad en Europa debe incluir a los socios europeos y a los aliados de la OTAN.
Reunión en Ginebra
Blinken y Lavrov han mantenido este martes una conversación telefónica para hablar sobre las reuniones celebradas la semana pasada entre Rusia, Estados Unidos y los aliados de Washington sobre la crisis ucraniana.
Durante la conversación, ambos han considerado "útil" reunirse en persona, aprovechando que el secretario de Estado estadounidense viaja esta semana a Kiev. Se reunirán este viernes en Ginebra. Una alta funcionaria del Departamento de Estado ha calificado la reunión como "una oportunidad" para que Washington comparta sus preocupaciones con Rusia sobre la situación en Ucrania.
En su viaje a Ucrania, Blinken tendrá un encuentro con el presidente del país, Volodímir Zelenski, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, para analizar la amenaza rusa.
La OTAN descarta la respuesta militar
Previamente, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, ha descartado una respuesta militar en caso de una agresión armada de Rusia a Ucrania. "La tarea principal ahora es prevenir un ataque militar contra Ucrania - ha declarado Stoltenberg - Y por eso precisamente envío un mensaje muy claro a Rusia, que si una vez más decide usar la fuerza contra Ucrania, tendrá un alto coste para Rusia: económico, financiero y sanciones políticas". El secretario de la Alianza respondía a una pregunta directa sobre la posible respuesta militar.
Stoltenberg se ha reunido este martes con el canciller alemán, Olaf Scholz, en Berlín. Ambos ha recordado el derecho de Ucrania a su autodefensa, pero han subrayado que los conflictos se deben resolver a través del diálogo, respetando derechos clave, como son "la soberanía, la integridad territorial y naturalmente la libertad de cada país de elegir sus alianzas", según Scholz.
Además, el jefe de la OTAN ha informado de que ha invitado a Rusia a una nueva serie de encuentros, en el marco del Consejo OTAN-Rusia, para encontrar una vía para reducir la tensión.
La semana pasada ya hubo conversaciones de Rusia con Estados Unidos, la OTAN y la OSCE, sin ningún resultado. Washington acusa a Moscú de amasar tropas en la frontera y de estar preparando la invasión de Ucrania, mientras Rusia exige que la OTAN no se expanda más hacia sus fronteras y limite sus movimientos en los países del Este de Europa.
Pese al aumento de la tensión, de momento Estados Unidos tan solo ha amenazado con sanciones, pero no con una represalia militar.
España insiste en su compromiso con aliados
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha insistido en su primera visita oficial a Washington en su "compromiso" con sus aliados y la "integridad territorial" de Ucrania, una crisis que, según el ministro, ha provocado que el mundo "esté conteniendo la respiración".
Albares se ha reunido este martes con el secretario de Estado estadounidense para analizar los principales temas de la agenda bilateral. El ministro ha remarcado a Blinken la intención de España de trabajar con Washington por "el diálogo, la desescalada y la distensión" y ha dicho estar dispuesto a recurrir a la "disuasión si fuera necesaria", en caso de que dicho diálogo no dé los frutos deseados.
Scholz advierte de que peligra el gasoducto Nord Stream 2
El canciller alemán ha advertido de que una agresión rusa a Ucrania podría hacer peligrar la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2. Este gasoducto debe llevar gas ruso a Europa Occidental, pero está aún pendiente de aprobación por los reguladores alemanes y europeos.
"Está claro que habrá un alto precio a pagar y que todo tendrá que discutirse si hay una intervención militar en Ucrania", ha dicho Scholz.
El gasoducto ha sido un punto de conflicto permanente entre Alemania y otros socios de la OTAN, sobre todo Estados Unidos. No obstante, el canciller ha asegurado que Alemania quiere "que las relaciones con Rusia sean mejores y constructivas, a nadie le sirve que haya tensiones".
Por su parte, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, ha visitado Moscú y ha dicho que es "difícil" no interpretar con una amenaza la concentración de tropas rusas cerca de la frontera ucraniana.