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La competición por las vacunas pone en riesgo la inmunización en los países con menos recursos

JAIME GUTIÉRREZ / DatosRTVE
10 min.

"¡Por fin!". Así celebraba el director general de la OMS la llegada de las primeras 600.000 dosis de la vacuna contra la COVID-19 a Ghana el pasado 24 de febrero. Desde entonces, el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas COVID-19 (COVAX) ya ha distribuido más de 30 millones de inyecciones en más de 50 países, la mayor parte en Asia y África.

"La brecha entre el número de vacunas administradas en los países ricos y el número de inyecciones gestionadas a través de COVAX está creciendo y es más grotesca cada día", ha afirmado recientemente, Tedros Adhanom, que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha urgido a los países a buscar soluciones que faciliten un aumento de la producción de dosis.

Para la organización, los acuerdos bilaterales de compra entre países "generan caos" y son uno de los principales obstáculos en la campaña global de vacunación. Para sustituirlos, propone soluciones que podrían pasar por un banco de patentes compartidas.

Desde Unicef -responsable logístico del proyecto- aseguran que el ritmo del reparto "no es malo", pero advierten de que las vacunas siguen siendo escasas y, si los países abordan la competición para abastecerse desde el 'nacionalismo vacunal', los que tienen menos recursos se quedarán atrás una vez más. Por el momento, COVAX solo representa el 6 % de los más de 500 millones de dosis que ya se han administrado en el mundo.

30 millones de dosis en menos de un mes

El Mecanismo COVAX se enmarca dentro del Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (ACT-A) creado en la primavera de 2020 para potenciar el desarrollo, la producción y el acceso a las pruebas diagnósticas, los tratamientos y las vacunas contra el coronavirus. Está codirigido por la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (Gavi), la Coalición para la Innovación en la Preparación de Epidemias (CEPI) y la OMS,

Su objetivo es llevar 2.000 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 a diferentes países en todo el mundo durante 2021 y, entre ellos, a una gran parte de estados con pocos recursos, de ingresos bajos o medios-bajos.

Hasta el pasado 23 de marzo solo se habían distribuido poco más de 30 millones de inyecciones, según datos de Unicef: un 1,5 % del objetivo total. "El ritmo no es malo", explica a DatosRTVE la responsable de Programas de Unicef España, Blanca Carazo, que no obstante reconoce que "en algún momento hubo dudas razonables" sobre su cumplimiento.

"Costó bastante arrancar por los mismos problemas que todos hemos vivido: la falta de disponibilidad de las vacunas y el reto logístico de llevarlas a muchos lugares [como Nigeria, Etiopía, la República Democrática del Congo o Indonesia] en los que las condiciones no siempre son las necesarias", asegura.

"Vacunamos a casi 400 personas en un día en Líbano"

Vacunación en una residencia de Baalbek (Líbano). MSF/Tariq Keblaoui

El miércoles fuimos al Hosptial Psiquiátrico de La Croix, en la zona del Monte Líbano. Es una de las residencias de mayores más grandes del país y atiende a personas con enfermedades mentales. Vacunamos a casi 400 personas en un día.

Tania Hachem, coordinadora médica de MSF que apoya al Gobierno libio. Hasta la fecha han vacunado a 1.050 personas.

Asia y África, principales receptores

Asia y África son los principales receptores de COVAX: hasta ellos han llegado nueve de cada diez dosis de las repartidas hasta la fecha, mientras que a países americanos solo se han enviado 1,9 millones de inyecciones (un 6,4 % del total).

A la cabeza del reparto se encuentra Ruanda, que ya ha recibido el 40,5 % de las cerca de 847.000 dosis comprometidas. Le siguen Jordania, con un 33 % de 436.800 dosis; Albania, 32 % de 120.000; y Nicaragua, 31 % de 432.000. Sin embargo, la distribución todavía no ha llegado a 84 de los más de 180 países beneficiarios del mecanismo entre los que se encuentra Pakistán, que con 14,6 millones es el territorio con más vacunas asignadas hasta la fecha.

Con todo, Unicef espera llegar a 2.000 millones antes de que acabe el año para poder vacunar a un 20 % de la población de cada país. Además, se plantea movilizar un mayor número de fondos o de donaciones para aumentar la distribución "por lo menos en 500 millones de dosis".

Asimismo, hace pocos días que COVAX anunció que planea reservar el 5 % de las dosis que produce como retén para su uso en casos de emergencia humanitaria: una cantidad que supondrá 100 millones de inyecciones de aquí a final de año, según ha explicado la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización.

¿Cómo llegan las vacunas a cada país?

Las vacunas que se están distribuyendo por ahora de forma mayoritaria a través de COVAX son Pfizer y AstraZeneca, y el orden en el que se envían depende de factores como la disponibilidad, los acuerdos comerciales y, sobre todo, de que el país esté preparado para empezar a vacunar.

"Cada país tiene que tener desarrollado un plan nacional de implementación y vacunación para poder recibir las dosis", afirma Carazo, que cree que esto "define que haya países que van por detrás de otros".

"El primer cargamento de COVAX apenas cubre a los médicos de Irak"

Tratando la COVID en el Hospital Al-Kindi de Bagdad. MSF/Hassan Kamal Al-Deen

Ya ha llegado el primer cargamento de 336.000 vacunas de COVAX, pero hasta entonces el país solo había recibido 50.000 dosis. Esta pequeña cantidad a duras penas cubre a los 216.000 médicos, enfermeras y paramédicos de Irak y no servirá de nada para el resto de la población (38 millones). Hay que hacer más para que las vacunas lleguen a Irak y para ayudar al gobierno iraquí a que las aplique.

Omar Ebeid, coordinador de proyecto de MSF en Irak

En el caso de India, que por ahora tiene asignadas diez millones de dosis, todas han llegado a su destino sin necesidad de salir del país, ya que allí se está produciendo buena parte de las que distribuye COVAX. "Con AstraZeneca, existe una transferencia de tecnología al Serum Institute de India y muchas de las vacunas se suministran desde allí", aclara la responsable de Unicef, que recuerda que los países receptores deben gestionar el proceso de importación desde el país asiático hasta su territorio y eso también está afectando al proceso.

Lo que salva o lo que previene la enfermedad no es la vacuna, sino la vacunación

"Lo que salva o lo que previene la enfermedad no es la vacuna, sino la vacunación", sentencia Carazo, que define el proceso como un triángulo de coincidencias: "Tienen que darse en el mismo lugar y momento la vacuna, el personal de salud que va a realizar la vacunación y la persona que va a recibir la dosis".

Esto, que a priori puede parecer sencillo, ya supone un reto en países donde la estructura del sistema de salud es sólida y asentada. Pero es algo todavía más complicado en regiones con muchísimas carencias y con sistemas de salud muy débiles.

COVAX solo alcanzará al 20 % de cada país

Como en España, explica la responsable de Unicef, el objetivo debería ser llegar al 70 % de las personas de cada país antes del verano. Sin embargo, lamenta, "está claro que si estamos todos compitiendo por las vacunas y se hace lo que ha venido a denominarse nacionalismo vacunal, los que tienen menos recursos se quedan atrás una vez más y eso es un peligro para todos".

Esta advertencia llega al mismo tiempo que la Comisión Europea ha modificado el sistema de control sobre la exportación de vacunas para incluir la reciprocidad y la proporcionalidad. La exportación de inyecciones hacia la Unión Europea y el ratio de población vacunada se suman así a la capacidad del cumplimiento de los contratos con la UE a la hora de decidir si se permite la entrega de los fármacos producidos en territorio comunitario a terceros países.

Algo parecido está ocurriendo en India que podría lastrar el avance de COVAX. El país valora la posibilidad suspender temporalmente las exportaciones de AstraZeneca para cubrir un repunte de la demanda al aumentar los contagios locales. "Es probable que los envíos a países con ingresos bajos se retrasen tras un revés en las garantías de exportación para nuevas dosis producidas por el Serum Institute of India que se esperaban para marzo y abril", reconoce Unicef en declaraciones a Reuters.

De acuerdo con cálculos del organismo, de alcanzarse los 2.000 millones de vacunas comprometidos por COVAX, solo se vacunará al 20 % de la población de cada país beneficiario, por lo que otras formas de financiación, las donaciones o los apoyos suplementarios siguen siendo fundamentales.

Donaciones: un imperativo moral y ¿una cuestión de imagen?

Una de las vías para apoyar la vacunación en países con ingresos bajos o medios-bajos -aquellos que no tienen recursos suficientes para autofinanciar los envíos de COVAX- son las donaciones directas de dosis. Hasta el 23 de marzo, nueve países han donado más de 21,7 millones de inyecciones, según datos del mercado de vacunación de la COVID-19 recabados por Unicef.

Casi la totalidad de las donaciones proceden de Asia. India y China han aportado 21 millones de dosis. Rumanía ha enviado 200.000 mientras que países como Emiratos Árabes Unidos, Israel, Chile, Serbia, Francia y Rusia no superan las 100.000 cada uno.

En cuanto a los receptores, Myanmar (la antigua Birmania) ha sido el principal beneficiario por ahora y solo seis países -todos ellos asiáticos- han recibido más de un millón de vacunas. A la cola se encuentran territorios europeos y sudamericanos como Macedonia del Norte, la República Checa, Honduras, Eslovaquia o Ecuador.

"Los países desarrollados se han centrado primero en inocular a la mayor parte de su población y esto está creando una ventana de oportunidad para que otros actores puedan hacer donaciones a terceros países y mejorar su imagen", explica en declaraciones a TVE el profesor del Centro de Estudios de Asia Oriental de la UAM, Mario Esteban.

Con las donaciones, asegura, esperan no solo contribuir a mejorar la situación sanitaria en los países receptores, sino también predisponerlos de forma más favorable para una colaboración futura en ámbitos como el diplomático, el comercial, el militar o el de la seguridad.

China e India donan vacunas contra la COVID-19 a los países más pobres

España, por su parte, cuenta desde enero con un Plan de contribución en especie al acceso universal a las vacunas en el que también incorpora a Andorra, país al que revende dosis a precio de coste para paliar una dificultad de acceso al mercado debido a su tamaño.

Nuestro país prioriza los mecanismos multilaterales como COVAX, el Team Europe puesto en marcha por la Unión Europea o la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y pone el foco en la población refugiada y los países menos adelantados. No obstante, deja abierta la posibilidad a acuerdos bilaterales en casos como los de los refugiados saharauis o la población venezolana desplazada.

"Desde varios países europeos, se han emitido declaraciones con la intención de donar dosis sobrantes a países con menos recursos", comenta la representante de Unicef, para quien lo principal es que las vacunas lleguen a cualquier rincón del planeta cuanto antes. "No es lo ideal, pero tenemos que conseguir que las vacunas lleguen; más vale tarde, que más tarde", comenta.

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