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De la mutación del Reino Unido a la "aún más contagiosa" de Sudáfrica: ¿Por qué generan alerta mundial?

SAMUEL A. PILAR
6 min.

El Reino Unido ha detectado en su territorio una segunda variante del coronavirus "aún más contagiosa" que la primera de la que ya informó la semana pasada. Según las autoridades sanitarias británicas, esta nueva versión del SARS-CoV-2, relacionada con personas procedentes de Sudáfrica, es "muy preocupante" y tendría aún más mutaciones que la descubierta en el sur de Inglaterra.

En realidad, Sudáfrica ya seguía la pista de esta nueva variante, denominada '501.V2', y la semana pasada ya comunicó que era la responsable de una nueva ola de contagios en el país. Una situación que coincide con la del Reino Unido, que ha visto cómo las infecciones se han disparado debido, presuntamente, a la variante originaria del sur de Inglaterra.

A continuación, se intenta responder a algunas de las principales cuestiones que suscitan estas dos nuevas versiones del coronavirus:

¿Por qué han generado especial preocupación?

La principal razón es que tanto la variante inglesa como la sudafricana tienen un número de mutaciones más elevado que cualquiera de las que se han detectado hasta ahora en todo el mundo. "Muchas de esas mutaciones se habían visto ya antes, pero en ambos casos están combinadas, lo que nos obliga a permanecer vigilantes ante el comportamiento del virus", explica a RTVE.es Isabel Sola, codirectora del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).

En todo caso, esta viróloga recalca que, de momento, "no hay ninguna evidencia que las relacione ni con una mayor transmisibilidad, ni con una mayor virulencia, ni con la capacidad de resistir a los anticuerpos". "Sí que parece que ha habido un salto cuantitativo en el número de mutaciones, pero eso no tiene por qué traducirse en un salto cualitativo en el comportamiento. Los virus son muy difíciles de predecir", manifiesta.

¿Cuántas mutaciones se han producido en cada variante?

En el caso de la variante británica, se han detectado 17 mutaciones, 8 de las cuales se encuentran en la proteína S (la llave que utiliza el virus para acoplarse a la célula y penetrar en ella), lo que podría influir en la capacidad infectiva del virus, aunque este punto aún no se ha demostrado.

Sobre el número exacto de mutaciones de la variante sudafricana, ni las autoridades de ese país ni las británicas lo han precisado. El ministro de Sanidad de Reino Unido, Matt Hancock, se ha limitado a asegurar que "parece contener más mutaciones" que la detectada en Inglaterra.

Lo que sí parece claro es que se trata de dos variantes independientes la una de la otra, aunque coinciden al menos en una mutación. "La variante sudafricana tiene una de las mismas mutaciones pero es distinta. Los científicos sudáfricanos están cultivando el virus para poder llevar a cabo más estudios como los que se están haciendo en el Reino Unido", ha detallado Maria Van Kerkhove, doctora responsable de enfermedades emergentes y zoonosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Por qué se producen las mutaciones?

Como todos los seres vivos, los virus se replican constantemente. Las variaciones que se introducen son errores aleatorios en este proceso de replicación, algo que estos microorganismos hacen millones de veces y a gran velocidad. Algunas de las mutaciones son neutras. Hay otras que se conocen como “deletéreas”, y pueden llegar a ser muy negativas para el virus e incluso letales, porque le dan una clara desventaja. Estas no prosperan. Pero luego están las que le dan alguna ventaja evolutiva, que son las que van a predominar y tenderán a imponerse.

¿El coronavirus muta con facilidad?

El SARS-CoV-2 no es un virus que se caracterice por una especial capacidad de mutación. "Los coronavirus están justo en el espectro contrario a virus como el de la gripe, porque pueden mutar y recombinarse, pero no pueden intercambiar segmentos. Su genoma es un único segmento, a diferencia del virus de la gripe, que son ocho", detalla Isabel Sola.

"Además, son los únicos virus RNA que tienen un sistema para corregir errores, y aún así los incorporan. Primero porque la maquinaria de replicación nunca es perfecta, y segundo porque generar variabilidad para los virus es una ventaja. Es su manera de sobrevivir. Cuando hay presiones selectivas, como anticuerpos o cambios ambientales, los virus se extinguirían si fueran todos absolutamente idénticos", añade.

¿Puede afectar a la eficacia de las vacunas ya disponibles?

Este punto tampoco está aún confirmado, pero todos los indicios apuntan a que las vacunas no deberían verse afectadas. Tanto la de Pfizer como la de Moderna (cuyo planteamiento es muy similar) utilizan la proteína S como antígeno para generar una respuesta inmune en el organismo humano, pero los anticuerpos generados suelen reconocer distintos dominios de esta proteína.

"El hecho de que estas nuevas variantes tengan cambios en algunas regiones de la proteína S no implica que los anticuerpos que induzca la vacuna no vayan a ser suficientes. Es posible que no tengan ningún impacto en la efectividad de la vacuna. Ahora bien, se trata de una hipótesis y lo que hay que hacer es comprobarlo en un laboratorio, que es algo relativamente sencillo", opina Isabel Sola al respecto.

Ugur Sahin, cofundador de BioNTech, la empresa biotecnológica que ha diseñado la vacuna que está produciendo Pfizer, asegura que "como científico nunca se es optimista, sino que se piensa en probabilidades y la probabilidad de que nuestra vacuna sea efectiva también contra esta nueva mutación es muy elevada".

Según ha explicado, durante los últimos meses de desarrollo, cada vez que aparecía una mutación "realmente importante", han observado cómo reaccionaba su vacuna y pudieron determinar que efectivamente era capaz de combatir "toda una serie de diversas variantes del virus". Como apunta, existen muchas mutaciones, pero también hay muchas proteínas en el virus que no varían.

En caso de que afectase a la vacuna... ¿Habría que comenzar desde el principio?

No. Vacunas como la de Pfizer o Moderna se pueden actualizar rápidamente, igual que sucede todos los años con vacunas como la de la gripe. Por ello, es muy importante detectar lo antes posible las posibles variantes que puedan surgir. Al respecto, Ugur Sahin señala que "lo bonito de la tecnología de ARN mensajero", en la que se basa su vacuna, es que permite "rediseñarla" con gran rapidez, lo que significa que "técnicamente se podría diseñar una nueva vacuna en unas seis semanas".

Además, a nivel mundial, se está desarrollando un abanico muy amplio de vacunas que aún se encuentran en fase experimental, basadas en diferentes partes del virus y con enfoques también muy diversos. Esto se traducirá en una mayor cobertura frente a eventuales mutaciones.

¿Habrá más mutaciones?

Con toda seguridad. Mientras el virus circule entre las personas y se replique, va a seguir cambiando. Aunque no siempre tienen por qué ser para peor. "Las mutaciones pueden tener una deriva negativa para nosotros, pero también positiva. Pueden llevar a la atenuación del virus", expone Isabel Sola.

"El cambio forma parte de la naturaleza del virus. Lo tenemos que aceptar así y estar simplemente vigilantes. Por eso, es tan importante hacer tareas de secuenciación para rastrear al virus, para ver cómo va evolucionando", concluye esta viróloga.

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